Capitulo 38: Yo, el peor de todos

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Después de que John abandonara el recinto de los Mccartney, aquella casa perdió el color que el chico castaño había causado. Los niños ya no querían comer y Mary solo se la pasaba tejiendo en el jardín. Todos parecían bastante intranquilos, pero nadie más intranquilo que Paul, el más dañado de toda la familia. Su vida volvió tanto al viejo molde que se hartó rápidamente. El ya no podía volver a esa vida, no se lo permitía, había visto tantos colores que prácticamente todos sus sentidos estallaron provocando una reacción de inconformidad. Y todos lo sabían...Peter lo sabía, el lo sabía más que nadie.

-Padre, puedo pasar?- dijo el chico mientras abría la puerta del estudio

-Claro! Adelante- dijo el hombre dando una señal con la mano indicándole que pasara y rápidamente el chico se sentó frente a el- ¿Como te encuentras hijo mío?-

-No lo se, me siento tan vacío que ni siquiera recuerdo como me sentía antes de que todo pasará- dijo el chico como si estuviese bajo los efectos de alguna droga

Peter Mccartney tenía a la mismísima culpa estorbándole los hombros. Aquel hombre veía como su hijo se desmoronaba frente a sus ojos y no podía dejar de sentirse mal por ello.

-Paul yo...-

-No, no quiero que hables, me voy- dijo el chico levantándose de inmediato

-Paul espera!- dijo el padre del chico

-Que?-

-Paul yo...-

-Olvídalo, tu sabes cómo soy yo, lo sabías y no te importo-

-Tu no puedes ser así-

-No lo elegí padre, eso es lo que no logras comprender y yo... yo había encontrado al amor de mi vida- dijo el chico dándole la espalda a su padre

-Paul yo no quería...no pensé, no quería pensar, ya no...-

-Exacto! No pensaste! Y ahí recae el error-

-El no era el amor de tu vida-

-¿Tu que puedes saber? No eres un sodomita-

-Mi hijo no es un sodomita, ese chico implantó el mal en tu corazón, debes orar para...-

-Pedí por mi alma, trate de no dejarme llevar, pero imposible fue todo aquello...yo no puedo evitarlo porque literalmente no pude enamorarme más- dijo el chico reflexionando- Yo soy como el tío James-

-Eso no es cierto!- dijo el hombre

-Pertenezco al mundo terrenal-

-Paul no me hagas esto!-

-Yo anhelo el retorno de John-

-Basta! Por favor!-

-Así como James anhelo el retorno de Albert-

-Cállete! No lo puedes saber!-

-Tenían que ocultarse para hacer el amor, así como yo me ocultaba estando con John-

- ¿Por que? ¿Por que me haces esto?-

-Debíamos ocultarnos todos, no como prisioneros...Si no como viles perros! Y todos somos malos, pero sabes que?- dijo el chico colocándose frente a su padre con una cara que reflejaba demencia- YO SOY EL PEOR DE TODOS!- dijo e inmediatamente Peter empujó a su hijo contra el suelo mientras el chico no paraba de reír mientras caía- YO SOY EL PEOR DE TODOS!!!-

-Cállate! Eres un pagano que irá al infierno ¿Porque me haces esto?-

-La pregunta es padre...¿Porque tu me haces esto a mi y al tío James-

-¡No metas a James en esto!-

-No, no debemos hablar de James, la oveja negra, el innombrable, la vergüenza de la familia- decía el chico mientras caminaba en círculos rodeando a su padre

-Yo...-

-Yo soy James y mi legado queda- dijo el chico ya volviéndose completamente loco

-Cállate! ¿Porque me haces esto James?- dijo el hombre sabiendo que ahora hablaba con su difunto hermano, pues su alma entro en el cuerpo de Paul por unos instantes- Yo no quise que todos estuvieran en tu contra, yo no quise que murieras-

-Pero me negaste! Me diste la espalda como Judas dio la espalda a Jesus-

-Yo...yo-

-Tu hijo soy yo! Tu hijo soy yo, Peter!-

-Ya basta!- dijo el hombre y salió de aquel estudio mientras el chico se desmayo, indicando que James había dejado de poseerlo

Paul se quedó allí, tendido en el suelo mientras pensaba en todo lo sucedido. Y pronto pudo darse cuenta de que todo parecía un sueño, todo lo vivido con John era tan lejano que incluso creyó el haber delirado todo ese tiempo, como si estuviese dormido o en un trance. Se había perdido y no había otra manera de encontrarse que no fuera entregar su manuscrito, pues aquello significaría su libertad simbólica de las cadenas del prejuicio.

Por otro lado, John se hundió en sus pensamientos y empezaba a creer que todos bailaban un vals que el no lograba descifrar. El mundo giraba mientras el estaba en una pausa automática que parecía no tener fin. Y fue así como pasaron 5 meses en los cuales ninguno se olvido del otro.

-Y le pido al viento que me devuelva a ti...- dijo Paul

-Porque donde tú estés, ahí estará mi hogar- dijo John

El padre de Paul no logró nunca entender a su hermano, no logró nunca ver más allá de la barrera de la religión. Esto no significa que la religión sea mala, si no que el mundo no estaba entonces preparado para este tipo de chicos que eran titanes que no cabían en una tasa de té.

El chico que murio de amor (McLennon) (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora