Capitulo 24: Locos son los tiempos

400 59 7
                                    

Al día siguiente, John partió a casa de los Mccartney con el objetivo de todos los días...comerse a besos Paul ¿Que? ¿Creyeron que diría "cuidar niños"? ¡Por favor! Aquello había pasado a segundo plano en el momento en que estos jóvenes se confesaron su amor. Pero regreso pues a lo que estábamos.

John había sacudido el baúl de su memoria y aquello se notaba, pues de nuevo estaba a punto de ser arrollado por un auto si no fuera por un hombre sin brazo que lo apartó del camino. Había que agradecerle, ya que ese hombre no sólo logró apartarle del camino sino que también le permitió vislumbrar al señor Thompson a lo lejos, el cual se encontraba buscando algo.

-Mayor Thompson?-

-Oh ¡John! Muchacho!-

-¿Mayor que hace usted aquí?-

-Bueno jejeje veras, todo es parte de la búsqueda-

-No puedo creerlo, creí que ya no lo haría-

-¿Que cosa?-

-El buscar en los lugares prohibidos-

-¿Que tan malo puede ser?-

-¿Olvida que hace menos de 24 horas estaba encarcelado verdad?-

-Hombre no lo he olvidado- dijo el señor Thompson como queriendo hacer el tonto intentando no toparse con la mirada de John

-¿Mayor Thompson porque hace esto?- dijo John soltándolo finalmente

-No lo entenderías muchacho-

-Quizá si tratara de explicarme yo podría...-

-No John, no puedo-

-Pero ¿Porque?-

-Ya te lo he dicho, soy un cobarde-

- Estuvo en combate 2 ocasiones y se considera cobarde ¿Es enserio?-

-Has de saber muchacho que un hombre no se mide solo por sus actos, sino también por el hecho de enfrentarse a si mismo-

-¿Usted no se ha enfrentado a si mismo?-

-Lamentablemente muchacho, las guerras me han mantenido distraído de ello-

-Pero no lo entiendo-

-Lo entenderás cuando llegues a mi edad-

-No, eso lo entiendo, al que no entiendo es a usted-

-John he de confesarte que en verdad me doy miedo-

-¿Miedo? ¿Porque?-

-Ahora soy un loco y antes mi vida era tan normal, jugando ajedrez y solo esperando a que la muerte tocara a mi puerta para llevarme de su mano gentilmente-

-¿Porque surge esta búsqueda mayor Thompson?-

-Por una carta muchacho, una carta que perdí y encontré de nuevo hace poco, si lo piensas bien todo tiene una esencia-

-¿Usted lo cree?-

-Seguro! Al leer esa carta sentí por unos minutos que había regresado a mis días de juventud-

El recuerdo del señor Thompson era certero, puesto que al leer dicha carta de nuevo lo hizo transportarse a los días en donde la edad no pesaba y sus articulaciones no dolían. Pero como todo, no sólo su mente se transportó a aquellos días si no que también su cuerpo había sido parte de aquel exquisito viaje, y John, por supuesto le creía.

-Mayor debería tener más cuidado con esta búsqueda-

-Lo se muchacho, el volver a la prisión no es como yo pensaba, ahora todo tiene más toque de crueldad- dijo el mayor riéndose levemente- ¿Quieres jugar una partida de ajedrez?-

-Eso sería bueno mayor pero tal vez luego, debo ir al trabajo-

-Eso es cierto, anda y ve entonces-

-Lo veo luego señor Thompson-dijo alejándose un poco el chico

-Ah John!-

-Si?-

-...Se gentil, la amabilidad es un regalo enorme en estos días-

-Está bien mayor- dijo y ambos se separaron

Al dirigirse a casa de los Mccartney John decidió hacer caso al consejo de su padrino y decidió llevar un presente para el que ahora era su amor.

-Por fin haz llegado- dijo Paul abrazando a su hombre

-Te he comprado esto- dijo el castaño dándole un libro a Paul

-Interesante- dijo el pelinegro sosteniendo tal libro entre sus manos, sin embargo no miro el título

-¿No miraras de quien se trata?- dijo John intrigado

-No- dijo el chico abrazando a John por el cuello- Quiero ponerte toda mi atención ahora-

-Ya veo- dijo y ambos se fundieron en un beso que fue interrumpido poco tiempo después- Hey! Espera cariño tus padres nos verán y eso será malo-

-Descuida ellos no están, se han ido-

-Jejeje de verdad?-

-Si-

-Ya veo, eso es bastante conveniente- dijo el chico castaño e inmediatamente beso de nuevo al chico pelinegro

Ambos se hundieron en besos hasta llegar a la habitación de Paul...como era de costumbre. Pero lo más curioso de todo es que en realidad nunca se llegaba a algo muy concreto si ustedes me entienden, cualquier persona no hubiera esperado para concretar un amor como ese, sin embargo, John sentía que ese amor ya se había concretado aunque no fuese de manera física, pues él amaba más allá de lo que cualquiera de nosotros pudiera hacerlo.

En verdad el chico era un caso especial, pues para el, el ser paciente con Paul era un regalo y no un martirio. Y muy pesar de que las mariposas fastidiaran y la lava quemara, el era feliz con el simple hecho de tener a Paul a su lado.

El chico que murio de amor (McLennon) (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora