-¡A los moradores de la cueva!, se exige un representante que explique esta situación- grité.
Se oyó un gran murmullo en el interior.
Un hombre, que gracias al cielo iba vestido, salió de la cueva, tenía el rostro surcado de cicatrices y unos ojos pardos que parecían querer aullar.
-Mi nombre es Borsul, ¿quién se atreve a venir armado a nuestra puerta?-dijo el hombre con voz ronca.
-Soy el señor de estas tierras, tengo entendido que sois un gran clan de afectados por la enfermedad de la luna. Mis hombres no os temen, no os harán daño, pero debo pediros que os marchéis y liberéis a nuestras mujeres y niños de sus pesadillas.-
El hombre estalló en unas sonoras y profundas carcajadas.
-No nos marcharemos, Señor Elfo, no tenemos hogar y aquí hay buena caza, viviremos aquí tengamos su permiso o no.-
Entonces empezaron a salir lobos de la cueva, habían aprendido a controlar el cambio, podían transformarse a su antojo.
En un instante nos rodearon.
-No nos dejáis otra opción,
-dí la orden de ataque y las flechas volaron hacia los lobos, los elfos del Bosque Negro somos más precisos y más rápidos que los demás Elfos Sindar.
Los lobos caían heridos a montones, no quería una masacre de inocentes en la mismísima puerta de mi casa, perdimos a dos de los nuestros antes de que los lobos iniciaran su retirada hacia las montañas, pero capturamos a uno de ellos para ser interrogado.
Era un lobo enorme y pelirrojo, con los ojos de un amarillo brillante, nos costó retenerlo, lo llevamos de vuelta al castillo.
Bien entrada la noche me avisaron que se había des-transformado.
Me lo trajeron, iba vestido con una túnica que le habían proporcionado los míos, tratamos bastante bien a los rehenes, maleantes y encarcelados, no como mi padre.
Era un elfo, ya desarrollado, tendría cerca de 500 años. En los demás aspectos era igual a su yo cánido, pelirrojo, alto y con los ojos amarillos.
-le pregunté su nombre.
-No comprende nuestra lengua, señor, o tal vez no quiere entenderla, creemos que proviene de las imperecederas.-me informó el guardia en mi lengua.
-¿Así que un elfo Eldar?,- dije en la lengua común para que me comprendiese - ¿cuál es tu nombre?-
-Soy un Teleri, mi nombre es Ankris, pero no me reconozco por ese nombre,- dijo con la cabeza gacha mirando las baldosas del suelo- llámeme Fenris si no le importa- dijo al cabo de unos segundos. Su voz seguía siendo suave y musical cómo lo es la de los Teleri, pero tenía un fondo ronco, efecto de aullar a la luna.
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¿Y qué pasó con Legolas?
Fanfiction¿Nunca os habéis preguntado qué pasó con aquel elfo hermoso que acompañó a Frodo Bolsón en su difícil misión? Bueno, pues aquí se relatan esas increíbles aventuras que vivió Legolas Hojaverde, Príncipe del bosque Negro. Leed y sabed más.