25)Fimbrethil

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Me desperté temprano y paseé por los alrededores. La verdad era una cabaña sencilla vista desde cualquier ángulo.

Llevaba el pelo suelto ondeando detrás de mi, a pesar de que Baya de oro se había ofrecido ha peinarme.

Le había dicho que no porque los peinados élficos significan cosas, no quería que me peinase como un pastor...o acabar aparentando ser un Elfo de los puertos.

Quería volver a casa, no sabía cuanto tiempo había pasado en casa de Tom Bombadil, pero me parecía que ya había abusado suficiente de su amabilidad y caridad, además ya me sentía perfectamente.

-Buenos días señor Legolas, hace una mañana preciosa ¿no es cierto?-dijo Tom, Él sabía que era una de las pocas personas que podía moverse sin que yo la oyese de lejos y parecía deleitarse en asustarme y pillarme desprevenido.

-Buenos días Señor, estoy impaciente de conocer a las Ents-mujeres.-dije sin rodeos.

-Bueno, pues a qué esperamos, vamos a buscarlas, a estas horas ya estarán en su huerto, -dijo adentrándose en el bosque, le seguí, iba a buen paso.- las Ents construyeron un huerto de árboles frutales y cultivaron cereales aquí en medio del bosque, cuando llega la época de la recogida, nos traen a baya de oro y a mi todo tipo de frutas y demás. Unos melocotones...almendras...nísperos, además sin ningún tipo de insectos o imperfecciones, saben lo que hacen esas Señoras.-Tom parecía presumir de ellas como si Él colaborase a que eso fuera posible.

Llegamos a un claro grande, parecía que nos habíamos transportado a otro sitio. Era maravilloso, todo era maravilloso.

Un olor delicado a flores de azahar, un colorido espléndido, las Ents-mujeres habían hecho un verdadero paraíso.

-Tom-dijo una sombra.

Al salir de entre los árboles ví a la primera Ent de mi vida entera. Era una mujer-roble, con seis dedos en cada mano. Tenia el tronco más estrecho, y las ramas más alargadas, Sus ojos eran como los de cada Ent que había visto, profundos y misteriosos, con una historia detrás. Pero en los ojos de ella vi el dolor de las llamas y cansancio.

-Ohhhhh querida Fimbrethil, te presento a Maese Legolas- Al oír mi nombre me incliné respetuosamente. Aunque fuimos los Elfos quienes les enseñamos a hablar, les teníamos y tenemos mucho respeto a los pastores de árboles.

-Encantada Legolás, recuerdo haberte cargado en brazos hace menos de una semana.-dijo ella con un acento muy curioso que recordaba a los cantos de los pájaros.

Me había llamado Legolás...preferí no corregirla.

-El placer es mío señora, le mando recuerdos de parte de Bárbol o Fangorn no sé a que nombre responde entre los Ents-cumplí mi promesa de llevar el mensaje a las Ents-mujeres si algún día las encontraba.

Fimbrethil abrió mucho los ojos sorprendida.

Miré a Tom con preocupación, la cara de Fimbrethil era extraña.

-Ehhh...¿he dicho algo indebido?- le susurré a Tom.

-No, solo es que...Fimbrethil es la esposa de Bárbol.-




¿Y qué pasó con Legolas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora