Dos

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Me quedé un poco inquieta, no sé si debería dejar pasar por alto los extraños sucesos que han estado pasando. Ahora que reflexiono, puede que esto sólo sea la gota que derrame el vaso. Siento que las sombras me vigilan, las pesadillas no me dejan dormir tranquila y siempre vienen acompañadas de hipersomnia y ahora la nota. Todo indica que estamos nuevamente en problemas, y no sé que tan bueno o malo sea.

Podría significar que...

—Ya tenía hambre. Me dejaste morir de hambre por un buen rato —pone dos pizzas grandes sobre la mesa. Sé que notó cuán distraída estoy e inmediatamente baja la cabeza, no quiere hablar del tema de la nota.

—Allen me invitó a acampar en las montañas el fin de semana —empiezo por abrir un tema de conversación cualquiera, si es que este es el caso. De alguna manera cuando empieza a mirarme de una manera extraña me arrepiento un poco, estoy nerviosa. No debería darle el placer de evadir un tema de mi interés.

— ¿Tu jefe?... oh, genial —contesta casi impresionado, con medio bocado aún en la boca—. ¿Crees que sea buena idea?

—Pues no es tan mal parecido —en serio lo estoy considerando, por Dios, es increíble. ¿Qué está pasándome? Tal vez sólo esté madurando—. Es agradable, inteligente y lo conozco desde hace un año.

—No te pedí una descripción para que ocupe el puesto que estás pensando —me sonríe vacilante, casi juguetón. Definitivamente escogí mal el rumbo de esta conversación, tiene razón en pensar eso por como lo estoy considerando—. Dile que sí entonces. No tengo idea de porque estás preguntándomelo, pareces estar segura.

—No estoy segura —me apresuro a expresar, necesito un consejo. Mi cabeza es un verdadero lío desde hace tiempo.

—Me describiste al tipo como un príncipe, ¿por qué carajo no?

—No creo que esté lista, puedo estar forzando las cosas. Puede que necesite más tiempo del que he tomado.

— ¿Tres años más? No, olvídalo —niega suavemente con la cabeza, se está tomando muy en serio el asunto. Parece querer pensar muy bien lo que va a decirme. Oh no, debí detenerme cuando podía, debí cerrar la maldita boca—. Sé que Harry de alguna manera marcó un vacío muy grande en ti, Heather. Tengo una idea de por lo que estás pasando, pero ya pasaron tres años de tu vida. No te estoy diciendo que lo superes, sino que aprendas a vivir con ello. Él no puede pretender volver a tu vida cuando tengas cuarenta años e hijos, tienes que seguir con tu vida, justo como querría.

¿Por qué no?... concéntrate, maldición.

—Parece tan difícil a veces.

—Tienes la oportunidad enfrente. Además fuiste tú quien me describió al príncipe de un cuento de hadas, dices que es bien parecido, lo cual quiere decir que ya te gustó. ¿Ves? No es tan difícil.

— ¿Y si las cosas salen mal?

—Hay millones de hombres en esta ciudad. No te estoy diciendo que tengas sexo con todos, pero diviértete. Las cosas ya han salido mal antes, aquí voy a estar de todos modos.

— ¿Vas a estar cuidándome? ¿Vigilándome? ¿Eso quieres decir?

—Sí —asiente orgulloso, mostrándome una sonrisa reluciente—. Si es necesario.

—Lo suponía, ¿Para eso me dijiste todo un discurso?

—El discurso va en serio, no lo práctico en vano. Sólo será un vistazo para estar tranquilo —levanta las manos al aire como un criminal mientras se ríe de mí—. Hay que ser precavido.

Vida Y Muerte | H.S | COMPLETA | (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora