Quince

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Dedicado a: LAURATENAHUGUET

¡Gracias por tus comentarios tan hermosos, preciosa! ¡Te adoro montones!




Me despierto de golpe. Me siento sobre la cama y respiro bocanadas de aire temblorosas y rápidas. Aprieto los ojos con fuerza mientras masajeo mi cara con ambas manos, mi cuerpo esta bañado en sudor frío. Mi piel esta helada. Mi corazón no se detiene. Mi alma se hunde.

Mi corazón late tan rápido. El ahogo que se ha formado en mi pecho me confunde por un instante, pero el miedo me hace recordarlo y sentirlo de nueva cuenta, esta vez más fuerte y más real de lo que pudo haber sido.

Estoy llorando, desperté llorando.

Me duele tan fuerte el pecho que no puedo evitar llorar a mares, sin importar que puedan escucharme. Me siento horrible, el nudo en mi garganta no deja de apretarse cada vez más y los recuerdos pasando por mi mente no me dejan pensar.

Cuando tengo el valor de levantarme, mediante pasos torpes y lentos camino hasta la puerta de mi habitación para salir y cuando esta se abre, me siento más aliviada.

Brahms se ha ceñido a mi cuerpo para abrazarme de manera protectora y preocupada, mi rostro está hundido en su pecho mientras me cubro con ambas manos. Las lágrimas bajan sin parar mientras Brahms trata de susurrarme cosas tranquilizantes al oído, no entiendo nada de lo que dice, pero estoy calmándome. El alivio está llegando a mi cuerpo.

Después de un rato, estando en la misma posición y tratando de regular mi respiración, el cansancio está apoderándose de mí, siento que voy a quedarme dormida. Siento que voy a caerme.

Los brazos de Brahms dejan de rodearme y una oleada de aire frío me sorprende enseguida. Las lágrimas que estaban en mi rostro ahora están secas, mi respiración vuelve a ser lenta y mi pecho ha vuelto a la calma.

Lo miro con cierto agradecimiento, sus ojos preocupados de pronto se vuelven cálidos y dulces otra vez, desliza una pequeña sonrisa tranquilizadora por su rostro y yo imito su gesto. Le doy la mano y él la toma enseguida, damos unos cuantos pasos hasta llegar a mi cama y nos tumbamos los dos juntos.

—Es la tercera noche seguida y siempre olvidas lo que sueñas, ¿Qué era lo que soñabas? —era verdad, en la mañana, cuando salía el sol y él me preguntaba qué había pasado la noche anterior, no era capaz de recordar nada.

Pero ahora sí lo recuerdo.

—Soñé que me encontraba con Harry, y él me asesinaba —digo en un murmuro muy bajo, sólo para que él pueda escucharlo. Su gesto cambia inmediatamente, hace una mueca de disgusto y me mira con aún más preocupación—. No me mires así. Te lo dije porque ahora lo recuerdo, pero no quiero que te sientas mal por ello —digo intentando creérmela también. Lo cierto es que tengo mucho miedo, y no quiero que él tenga el mismo miedo que yo.

—Gabrielle está torturándote —contesta con una mueca triste y decepcionada, es tarde, no podré evitar que él sepa que está pasándome. No podré ocultárselo—. Esto no puede ser posible, no debería estar pasando.

Me acerco hasta su cuerpo y lo abrazo como puedo, mientras recargo mi cabeza sobre su pecho y cierro los ojos con fuerza.

—Y todavía no termina, ella dijo que me haría implorar mi muerte —respondo recordándole lo que sucedió la otra noche, porque eso también se lo conté, no puedo ocultarle nada.

A veces me gustaría haber podido evitar que él se involucrara conmigo, así él no estaría tan triste y preocupado por mí, pero es mi mejor amigo, ¿Cómo íbamos a saberlo? Si él no estuviese ahora mismo conmigo, estaría sola en el mundo. Como siempre lo he estado, y no quiero estarlo nunca más, la soledad y la incomprensión son terribles. Siempre he sido la chica de los sueños rotos.

Vida Y Muerte | H.S | COMPLETA | (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora