Veintisiete

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Dedicado a: jxnnyarista
¡Gracias por acompañarme hasta el final de esta extraña historia! ¡Te quiero muchísimo, eres genial!



Tengo la sensación de ser una con la nada. Es extraño, pero no siento mi cuerpo. Es como si estuviese en el aire, revoloteando y girando en todas las direcciones posibles. Me siento tan ligera y al mismo tiempo no puedo sentir nada.

De pronto siento cómo un enorme peso cae sobre mí de manera brusca y se incorpora a mí de inmediato. La brisa que me golpea por la espalda me hace abrir los ojos repentinamente y encontrarme a mí misma en una especie de lugar en dónde no veo nada más allá de mi mojada nariz.

¿Por qué estoy mojada? Es raro, ¿Por qué está lloviendo? ¿Qué clase de lugar es este?

Parezco estar bien, completamente bien de hecho. No me duele nada, pero la sensación es fría. El vaho que sale de mi boca lo comprueba. Tengo puesto una especie de vestido de un color que parece ser azul claro. Y a pesar de que escurre el agua de mi cabello, de mi ropa y por mi piel, no tengo sensación alguna de que me moleste demasiado.

Trato de echar un vistazo alrededor y aunque todo está oscuro, logro encontrar la fuente de luz que ilumina mi cuerpo. Hay un poste de luz sobre la banqueta que ilumina un círculo bastante amplio en el cuál no estoy adentrada.

¿Es una calle? Parece serlo.

Por alguna extraña razón no veo nada más allá del poste de luz, así que empiezo a caminar descalza hasta ahí y me detengo justo debajo de él. Es justo ahí cuando empiezo a sentir el frío en mis huesos, cómo si me restregara la piel de una manera en la que nunca lo había hecho. Empiezo a frotarme los brazos y miro hacia los lados sin saber qué hacer.

Entonces un silbido llega hasta mis oídos, y el sonido de un coche andando por ahí en alguna parte. Es escalofriante. Espero nerviosa y asustada, no sé exactamente qué es lo que quiero que pase, pero sin duda estoy esperando algo. Tal vez a que el coche pase por aquí.

Y un tiempo después, cuando empiezo a dejar de sentir mis piernas; un coche negro y de estilo clásico y elegante pasa delante de mí. El silbido viene de adentro, lo oí acercarse junto con el sonido del motor. Y curiosamente, el silbido se escucha aún más que la maquinaria del vehículo viejo.

Se detiene a un metro de distancia de mí, un metro más allá de la banqueta. Entonces decido acercarme un poco, me paro de puntillas sobre la orilla de la banqueta, aún sin bajar, y trato de ver más allá de la ventanilla oscura que está cerrada. Está completamente empañada y no logro ver nada.

No hago nada pero el carro tampoco se mueve. El motor sigue andando hasta que el olor a gasolina llega a mí nariz. Es entonces cuando decido articular palabra.


¿Hola? ¿Puede ayudarme? —el silbido no ha dejado de escucharse en todo este rato, y cómo era de esperarse no dejó de hacerlo a pesar de mi pregunta.


Estoy a punto de bajar y tocar la ventanilla del carro con mi puño cuando el vehículo empieza a avanzar y a alejarse de mí. Entonces el miedo me invade nuevamente en forma de escalofrío.

¿Dónde demonios estoy?


—Qué alguien me ayude... —pronuncio las palabras en voz muy baja, nerviosa y a nada de que rompa en llanto.

Vida Y Muerte | H.S | COMPLETA | (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora