300 NOCHES | Christopher Vélez y tú | HOT

u n o

Me arreglé y caminé hasta el parque.

No conocía a ese tal Christopher, ni sé cómo me encontró.

Llamada entrante.

—Hola.—dije.

—Te ves hermosa con esa blusa rosada y ese jean.— dice, miro para los costados, me doy vuelta y... ¿Ese es Christopher?

—Disculpa... Tú ere...— dije.

Pero lamentablemente me interrumpieron sus labios, besándome salvajemente. Logré soltarme, y le dí una bofetada.

—¿Que te sucede estúpida?— me dijo.

—¿Quién te crees para besarme? Ni te conozco.— dije.

—Yo sí, se todo sobre tí, siempre me quedo esperando afuera del local de comidas en el auto, sales y te persigo. Definitivamente no te das cuenta.— dice

Yo lo miro frunciendo el ceño.

—Estás— río— totalmente loco, te confundes de persona o algo.

—Tienes, un bonito cuerpo.— me dice

—¿Qué quieres?

—Nos tenemos que conocer mejor.— me dice y me toma de la mano hasta llegar a una banca.

—Me llamo Christopher Velez, tengo 21 años, empresario, a veces canto, a veces, me gusta el skateboarding, comer lassagna, amo a las chicas con buen cuerpo y... Nada más.— dice y luego me toca el muslo con su mano lo cual yo se la quito rápido.

—Me llamo ______ Castes, tengo 18 a...— dije pero su voz me interrumpió.

—Que pequeña eres, pareces de unos veinte...— me dice.

—Ya basta, bueno, tengo 18 años, trabajo en un local de comidas rápidas, mi familia no anda por su casa desde hace tiempo por viajes, y no los veo... Como antes... Em...¿Soltera?— digo y Christopher se ríe.

—Genial.— dice y otra vez pone su mano donde no debe.

—Ya basta.— le digo y me voy caminando hacia... Cualquier lugar para alejarme de él. Parece joven. ¿Realmente tiene 21 años?

Un choque con una persona hizo que vuelva a la tierra...

—Hola.— dice ese chico con rulos.

—Oh, discul...

—_____ necesito hablar contigo, ven.— me interrumpe Christopher detrás de mí.

—¿____? Lindo nombre, mi nombre es Zabdiel, Zabdiel de Jesús.— dice devuelta, al parecer le cuesta pronunciar la "r".

—Soy ____ Cas-castes.— dije

—¿Cas-castes? ¿No era Castes?— dice Christopher burlón.— Ya vete, hermano.

—Bueno, un gusto conocerte ____ y...— y se fué.

—¿Quién era?— me pregunta con el ceño fruncido.

—Un desconocido, al igual que tú.

—Yo me presenté, y te mostré cómo soy. Te tengo un trato.— me dijo y yo crucé mis brazos.

—Dime.

—Nueve meses y veintisiete días, sólo sexo, viajando por todo el mundo, TODO, ¿aceptas?—dijo

—¿NUEVE MESES?—exclamé.

—Y veintisiete días.—

—Eres un... Bueno...—suspiro.—Acepto el trato.