once

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Me había despertado, por golpes en la puerta, seguro era Jenny para avisarme que iba a la farmacia.

Abro la puerta, y me encontraba a Christopher.

— Perdón por lo de...

— Vete de aquí Christopher.— lo interrumpo.

— Pero...

— Quiero hablar con tu madre, porfavor, permiso.— digo y lo empujo levemente para que se corra.

— Perdón.— me toma de la mano.— en serio, perdón, no sabía lo que decía estaba muy..., enojado.

Y devuelta me mira con esa cara de perrito abandonado, que me causa mucha ternura y abrazarlo lo más fuerte posible.

— Te amo..., Tn, como nunca lo hice.— me susurra, luego me abraza.

— Me..., me dejas sin respirar.— digo con dificultad, y realmente me estaba dejando sin respirar.

— Perdón, perdón... Diablos! ¿Y si le pasa algo al bebé? — reacciona rápido y me suelta.

— ¿Qué bebé?

— ¿No estabas embarazada?

— Em... Yo todavía no lo...

— Tn, regresé de la farmacia. — me interrumpe la madre de Chris.

— ¿Por qué fuiste a la farmacia? — le dice Chris a la mamá.

— Om..., nada hijo, no te debe importar.

— Mamá...

— Nada, vete a cambiar, mira, ¡estás en bóxer!

Y sí, Christopher estaba en bóxer y yo no me di cuenta, ¿en qué pensaba?

— Diablos...— susurra y entra corriendo a su habitación.

— Traje el...

— Sí... es hora de saber.— dije y entré al baño.

Minutos después...

— Mierda, mierda...— susurraba a cada rato.

— ¿Pasa algo Tn? — dice la madre de Christopher.

— Em..., nada, nada.

No podía tener un hijo de Christopher, no, no y no.

— Tn...— Chris golpeaba la puerta.— ¿porqué no sales?

— Em.... Ya...— abro la puerta, escondo el test y corro para la habitación en la que dormí, es decir, la de la madre de Christopher.

— Pequeña...— murmura Jenny detrás de la puerta.

— ¿Sí?

— ¿Y el resultado?— dijo y caminé hacia la puerta, la abrí y la abracé, mierda Christopher porqué tú..., un hijo tuyo...

— Pues...— me solté de ella.— dio..., positivo.

— ¿Qué? — apareció Chris detrás de ella.

Desvié mi mirada.— nada, Velez.— murmuré

— Eres muy bipolar.— dice

— Bueno..., los dejo.— dijo Jenny y se fue, le iba a decir algo pero Chris me interrumpió abrazándome, otra vez.

— ¿Hoy es el día de los abrazos? — dije

— ¿Quieres ir a desayunar algo?

— Me voy a cambiar, ya vuelvo.

300 NOCHES | Christopher Vélez y tú | HOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora