seis

5.6K 401 171
                                    

— ¡Calmate TN! — me grita Joel

Hoy era el día de la boda, estaba a minutos, mierda.

— No quiero, la voy a posponer — dije

— No me vengas con esas tonterías, toma, esto me dió Christopher.— estiró su mano con un collar muy bonito.

— Parece muy valioso...

— Lo es.— sonríe

— Ash, no lo voy a usar.

— ¡TN tienes que salir! — interrumpe Erick entrando a la habitación.

— Pe-pero falta una hora...— tartamudeé

— Faltaba.— me corrigió Joel

Tragué saliva. — ¿Ahora? — dije y asintieron los dos.

— Vas a tener que ir sola o alguno de nosotros dos te acompaña, del brazo.— dijo Joel

— No, lo haré yo — entra Zabdiel

— Está bien...— respiré profundo.

Estábamos enfrente de la puerta, por salir al patio, hacía frío, pero claro, a Christopher se le ocurrió que se haga afuera, por que es tan... Christopher.

— Te entregarás a mi mejor amigo, wow, me acuerdo cuando nosotros salíamos — ríe — éramos un desastre.

— Zabdiel, creo que no se tiene que hablar del tema, además éramos adolescentes.

— Lo sé, y todo cambió, pensar que antes lo odiaba, ahora es mi mejor amigo.— suspiró — bien, hora de abrir las puertas.

Tocó la manija y lo detuve. — No, estoy nerviosa.

— Todos se ponen nerviosos, no puedo creer que Christopher se case primero que yo, pienso que yo viviría sol...

Alguien más abrió las puertas, no había nadie a nuestro lado, habrá sido alguna persona que estaba el otro lado.

Mierda, odio las canciones que ponen en las bodas, las odio.

«Odias todo»

No sé como se llama, pero en todas las bodas que he ido, la de mi mejor amiga hace tiempo.., siempre la escuché.

— Estás bellísima — susurra Christopher en mi oído.

¿Estará bien lo que estoy haciendo ahora mismo?

«Si tú no te quieres casar con él, me caso yo»

— ¿Están dispuestos a amarse y honrarse mutuamente en su matrimonio durante toda la vida? — pregunta el padre

Miré a Christopher. — S-sí.— tartamudeé

Luego de unas cinco preguntas del sacerdote, entre ellas, estar dispuestos a recibir con amor a nuestros hijos, estar dispuestos a amarnos, etc. Por fin llegaba la última parte.

— Así pues ya que quieren establecer ente ustedes la alianza santa del matrimonio, unan sus manos y expresen su consentimiento delante de Dios y de su Iglesia.— dice y Christopher gira a verme, mis piernas temblaban, pero por el vestido no se notaba.

— Tn — ríe. ¿Qué le parecía gracioso?...

Narra Christopher.

— Tn — río, carajo, estaba tan nervioso que reír era lo único que me podía calmar. — te pido a ti, que seas mi esposa — tomé su mano — prometo amarte hasta que me muera — río nuevamente — prometo serte fiel siempre — apreté su mano. — siempre, prometo cuidarte a ti, a nuestra hija. Las amaré, las cuidaré y protegeré de todo...— salió una lágrima de mi ojo, no te muestras sensible Christopher...

300 NOCHES | Christopher Vélez y tú | HOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora