Capitulo 11- Mi destino.

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Luciana

- Luciana, oye abre los ojos- Obedecí aquella orden abriendo mis ojos y sentándome en lo que parecía un valle de flores, vi a aquella figura de pie extendiendo su mano hacia a mí, la tome y logre mantenerme de pie, ya no me sentía abatida físicamente por aquella mazmorra, debía ser otro sueño. - Luciana- Tomó mi atención y al aclarar la vista, vi que era de nuevo el.

- Nyx... ¿Que está pasando? - A pesar de la bella vista de flores, el panorama era lúgubre y gélido en pocas palabras, aterrador, lo único que daba luz eran flores azuladas las cuales nos dejaban vernos mutuamente. - ¿Por que este lugar está tan...?-

- Es la representación de tu alma- Mire el lugar dando una media vuelta y después gire de nuevo hacia el.

- ¿Mi alma? ¿Por que mi alma estaría así? -

- Ardyn te ha tendido una trampa, debes dejar de hacer sus misiones- Lucía serio y muy apegado a esas palabras, sé que no cedería tan fácil.

- Pero solo pondré en riesgo a Noctis, no pienso rendirme y equivocarme de nuevo- Me miro y proceso un poco sus palabras.

- Si sigues haciendo lo que hiciste en esa mazmorra no serás capaz de mantener tu control... aunque si lo haces... la Santálita seguirá aceptando a tu padre... y otorgándote por derecho el poder a ti... podrías ser un peligro- Soltó un suspiro y ahora me vio con lastima. - Te corromperás si sigues haciendo esto.-

- ¿Que me corromperé? - Al escucharme, esa pregunta sonó ahora muy obvia, pues lo sucedido en la mazmorra era anormal, sabía que no estaba derrotando del todo a los cadentes. - Pero... si lo hago... sé que mi propósito no cambiará- suspire y mire de nuevo a Nyx. - Tú diste tu vida para usar el sello... ¿No? - Asintió y aún mirándome se acercó a mí.

- Esto que tú usas... costará caro para ti- Tomó mi mano y me mostró el sello, ya no recuerdo cuando fue el momento en el que me lo coloque, sin embargo, se acercaba el momento de usarlo. - Y si dejas que Ardyn te controle, todo acabara... para ti- Baje mi mirada y al volverla alzar Nyx había desaparecido.

Apreté mis puños y solté un suspiro pesado dando una última mirada al panorama, cada vez todas las palabras, sueños y visiones, se hacían más claras...- ... Tranquilo, yo sabré qué hacer...-
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Mi rostro dolía y ni se diga mi cuerpo, podía mover los dedos de mis manos pero no levantar mis brazos o piernas, no estaba atada o inmovilizada de manera involuntaria, así que podría ser que ir a esa mazmorra me afectó de gravedad. Cerré mis ojos con tranquilidad, ni siquiera sabía dónde estaba, pero lo que quería era descansar.

- Por fin, ya creí que habías ido a saludar a tus padres- Cerré fuertemente mis ojos deformando mi rostro en disgusto, mi tranquilidad duró poco, muy poco.

Abrí mis ojos y lo vi sonriendo con burla.

- hice tu estupida misión, ahora déjame descansar ¿Si?- Intente levantarme pero un dolor agudo que avanzó por todo mi cuerpo me hizo detenerme y lanzarme de nuevo a la cama.

- Por lo que veo no estás en muchas condiciones... Hmm- Se sentó en una silla que estaba al lado de la cama en donde me encontraba, me limité a escuchar lo que diría, puesto que sufriría más mi cuello al girar que mis oídos al escuchar. - ¿No es lindo?-

- ¿Que?- Lo observe de reojo y él sonrió.

- Haber salvado a tus amiguitos a costo de tu salud- Recargo su brazo en la camilla, mientras yo en cambio fruncí el ceño.

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