Capitulo 13- Tiempo entre Madre e Hija

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- Chicos, nos vemos... reúnanse con Weshkam, yo estaré bien- Me apresure a calmar la tensión entre los chicos, ver a Ravus no se les hace muy sencillo y mucho menos tener que ir con el después de querer casi matarme.

- Luciana no podemos dejarte está vez- Noct tomó mi muñeca, el no me dejará ir. Creo que estaba por llorar como niña pequeña, los extrañaría... por qué se que a partir de aquí no habrá nada bueno de lo qué hablar.

- Noct- Sonreí y tome su mano para después mirarlo a los ojos. - Le mandare saludos a Luna de tu parte ¿Está bien?- Pareció detener su agarre unos segundos, luego termino rindiéndose, no podíamos poner en peligro el ritual.

- Entiendo... pero ve con cuidado- Asentí y solté su mano.

- Lucí... ¿Podrías llevártela? No queremos perdernos de nada- Recibí la cámara de Prompto, sonreí triste al verla entre mis manos, el me miró y asintió con confianza.

- Te haré sentir orgulloso Prompto...- Suspire y tome la cámara con cuidado, mire a Ignis y a Gladio. - Ustedes que son más razonables, cuiden a Noct por mi- Reí un poco y ellos sonrieron, di media vuelta y me acerqué a Ravus, el me dio paso y caminamos hacia uno de los botes que nos llevarían hasta donde se encontraba mi madre, no mire atrás, no quería que me viesen llorar.

- ¿Por qué lloras? - Lo mire incrédula, creo que era obvio la razón por la cual estaría llorando, sin embargo, decidí limpiar mis lágrimas.

- No es importante- Baje la mirada haciendo que mi cabello cubriese mi vista, no quiero verlo ahora, aunque era inmaduro de mi parte, no sería fácil verlo. Escuche un suspiro y un movimiento de asiento.

- Lo lamento - ¿Que acaban de escuchar mis oídos? ¿El actual Ravus Nox Fleuret disculpándose ante mi? - Tal vez deba comenzar a creerme aquello de lo que se me ha contado de ti- Levante mi mirada y lo observe ¿Lucia arrepentido?

- No necesitas disculparte- Relaje mi rostro y mi explosivo interior y sucumbí a la tranquilidad, en estos momento es mejor tenerlo de aliado. - Yo solo vine a ayudar, no para ser agradable para todos... de nuevo- Me encogí de hombros y el barco se detuvo, colocamos nuestros pies en tierra y observamos el edificio de gobierno, supongo que ahí estaba mi madre.

- No, Luciana, debo hacerlo, tomaste y soportaste todo lo que el imperio... incluyéndome... te hemos hecho ¿No es así? - Miró mis vendas y yo sujete mi brazo, tiene razón.

- Si... aunque no solo vengo a salvar a mis padres... ¿Te lo dije no? - Lo mire sonriendo, en muchos casos puedo ser bipolar, pero lentamente las cosas con Ravus vuelven a ser como antes... o como serán más bien... - Ahora entremos, no debemos dejar esperando a Luna- El me miró y después miro a uno de los guardias, él asintió sin recibir palabra alguna y nos dio el paso, observe el jardín y el gran ventanal del segundo piso, al parecer había alguien más ahí. - Ravus... ¿Donde estamos?-

- En el edificio de gobierno, aquí se encuentra la primera ministra, Camelia, es quien mantiene a salvo a Luna- Entramos al lugar, era espacioso y bastante elegante. - Por aquí- Lo seguí sintiendo mi corazón bombear contra mi pecho, golpeándolo como si quisiese salir, estaba por ver a mi madre. Entramos a unos pasillos y seguido subimos unas pequeñas escaleras, llegamos a otro pasillo y caminamos hasta al final donde yacía una gran,puerta que daba a la habitación, las puertas se abrieron y entramos a una pequeña sala, Ravus siguió caminando y yo siguiendo sus pasos, hasta al fin dar con una puerta.

Ravus tocó la puerta delicadamente y al otro lado se escucho un dulce y armonioso "adelante" escuchar esa voz fue una tranquilidad inmensa...

- Luna, ha llegado- Escuche a alguien levantarse y los sonidos de unas zapatillas apresuradas corrían hacia nosotros, de pronto unos brazos delicados me abrazaron con cariño, yo aún estaba procesando todo esto, hasta que al fin pude corresponder ese abrazo y estallar en un llanto silencioso entre sus brazos.

Futuro y DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora