Capitulo 20- Luciana Aeterna

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(Música altamente recomendada en la parte que se muestra este icono "*")

Prompto

Había caído desmayado mientras hablaba con Luciana, no se que pudo haber pasado, sin embargo, Ardyn llegó y se la llevó, lucia mal y sin fuerzas, temía que le pudieran torturar más, aún recuerdo cómo me defendió...

Habíamos sido trasladados a Zegnautus mediante una nave imperial, la del canciller para ser precisos, Luciana seguía inconsciente cuando logre despertar, llegamos y fuimos encerrados en celdas distintas. El canciller llego a querer hacernos "pruebas", Luciana para entonces ya estaba consciente, ella lo insulto a más no poder, Ardyn tomaba todo a burla y decidió tomarme fuera de mi celda, Luciana enseguida calló y le dio un trato a Ardyn, llevarla a ella en mi lugar, me negué y trate de evitar que la sacasen de su celda, pero ella no me dejo, evitó que la salvará, ella regresó con ayuda de soldados imperiales, y fue colocada en una base metálica que la mantenía atada... tomó mi lugar, aún y si los dos no fuimos tratados muy bien, ella fue la que se llevó la peor parte, lo que ella no sabía es que a mí me trajeron aquí por ser parte de Niflheim, sin embargo, ella... ella no tenía nada que ver...

Mire a mí alrededor y ahora ya estaba absolutamente solo... Mis ojos pesaban, ¿Que he hecho?

- ¡Prompto!
- Ahí está
- ¡Hey, Prompto!

Abrí mis ojos rápidamente, frente a mí estaban Noctis, Gladio e Ignis. Ahora estaba aliviado, pero a la vez avergonzado, se han llevado a Luciana por culpa mía.

- Chicos...

- Nos haz preocupado bastante... Prompto ¿Estás bien? - Asentí y me levante lentamente, apreté mis puños y los mire.

- Por mi culpa... Luciana... ella - Noctis tomó mi hombro y me miró con oda la seriedad en el mundo.

- La encontraremos y la llevaremos con nosotros - Mire a Noctis boquiabierto, no dudó ni un segundo de sus palabras.

- Tiene razón, no deberías de culparte - Gladio dio una palmada en mi espalda y me ayudó a salir de la celda.

- Dime Noc... ¿Te preocupaste por mi? - Noctis asintió haciendo esa pregunta mínima.
- Por supuesto que sí ¿Que te hace pensar que no?
- No, nada, es obvio, por eso están aquí... andando chicos, no hagamos esperar a Lucí -

Nos pusimos en marcha a buscar el elevador central, hasta que Ignis dio con algo importante.

- ¡Ese sonido!...
- ¿El que? - Preguntó Noctis.
- Lo oímos en el tren... justo antes de que no pudieras usar tus armas, viene de cerca y tal vez sea la clave para restaurar tus poderes
- ¿Esto? Está cerrado
- Viene de adentro ¿No habrá una forma de entrar? - Dijo Gladio intentado cerciorarse de encontrar otra entrada.
- Yo sé cómo... - Interrumpí a los chicos y con temor me acerqué hacia el lector que abriría la puerta... - Los infantes, tienen una marca de identificación... como la mía
- ¿Si? No me había dado cuenta - Dijo anoche sarcástico como siempre.
- Si... el caso es... que soy uno de ellos. No es algo que pueda ir diciendo muy a la ligera en Lucis... Aún así, ustedes son los únicos amigos que eh tenido... ojalá... todo volviera a ser como antes
- ¿Que más da dónde hayas nacido?
- Dudo mucho que vayas a traicionarnos. Ni ahora ni nunca - Se unió Ignis con una sonrisa.
- Gracias chicos... aún así no podré cambiar el lugar donde nací ni que soy...
- ¿Desde cuando te ha importado la procedencia de alguien? - Dijo Noct sonriendo con burla. - Nunca me has tratado como un príncipe.
- Ahí te ha tomado - Dijo Gladio con una leve risa.
- Tampoco es que des aires de serlo - Dijo Ignis.
- Andando ¿Que esperas?
- Eres uno de nosotros ¿No? - Dijo Gladio, sonriendo.
- A no ser que reniegues - Negué y entre junto con Ignis al lugar, Noctis terminó destruyendo ese generador y ahora por fin podía usar sus armas.
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