Capitulo 22- Marilith

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(Música altamente recomendada en la parte que se muestra este icono "*")

- Este es mi destino final, Insomnia. Ahora pueden ir a refugiarse... por qué con la ida de mi padre, saben que es lo que viene... ¿No? - Estábamos frente al bloqueo imperial, la puerta fue abierta gracias a Ravus y con ello podría entrar, sin embargo, aquí era el momento en el que me separaría de todos, el punto de no retorno.

- Lo sabemos... y sé que yo sola no podré detener lo que es el problema de las noches más largas... sería desperdiciar la vitalidad que me has dado, sin embargo, ayudaré a las personas afectadas. No permitiré que nadie muera, no permitiré que mi labor como Oráculo termine o se reduzca - Sonreí con alivio, ella nunca cambiaría, estaba por seguro eso.

- Lo sé muy bien, madre, y Ravus, por favor trata de evitar que se sobre esfuerce - El asintió y tomó el hombro de Luna, todos procesábamos el camino que habíamos recorrido y la senda final que nos aguardaba. - Yo... sé que no nos conocemos lo suficiente como la haremos en un futuro... o más bien como lo hicimos en lo que fue mi presente... pero aún así, después de todo, los amo - Camine y abrí lentamente las rejas que daban camino a la larga calle de entrada hacia Insomnia.

- Sé... que mentiríamos al decir que te amamos, sin embargo, tenemos un gran aprecio a tu persona, Luciana- Los mire una última vez, al menos sería la última vez viéndolos con mi mente cuerda. - Y haremos a que tú nacimiento sea el más esperado - Los abrace con mi poca fuerza y enseguida me separe.

- Gracias por todo... y antes de que lo olvide - Volví mi mirada hacia ellos y tome en manos las cartas que habían sido cuidadas por mi pequeño bolso. - Podrían... ¿Dárselas a sus respectivos dueños? Y díganles... que las abran cuando todo termine - Mire a Ravus y el fue quien asintió, tomó las cartas con cuidado y me miró.

- Suerte

Seguí mi camino, entrando a lo que fue la base y cerré las rejas mirando por última vez a los hermanos Nox Fleuret, cerré mis ojos y di media vuelta, para así poder caminar tranquila y calladamente por las calles donde una vez pise para escapar...

Cada paso me traía demasiados recuerdos, como si nunca hubiese viajado al pasado.

Mire a lo lejos y ahí estaba la entrada a la ciudad, sus grandes puertas y sus edificios caídos, destrozados al igual que las calles, no quería mirar más profundo, pues vería a personas que ya no están, que perdieron su vida y es bastante con estar aquí para recordar lo que sucedió en Insomnia, pero en mi presente.

Comenzaba a entrar y lo primero que se me vino encima fueron soldados imperiales, suspiré con pesar, aún temía tener el coro espectral corrompido, los Reyes de Lucis me habían ayudado, sin embargo, aún temo decepcionarlos. Mi mano tembló al intentar estirar mi brazo, e imagine la escena de cuando ataque a Gladiolus y a Ignis.

- Esto es más difícil de lo que pensé... - Los soldados aún no atacaban, ni siquiera se molestaban en disparar o golpearme.

Un soldado detuvo todo antes de que pudiesen jalar el gatillo de sus armas, se acercó y caminó abriéndose paso entre los demás, me miró y después hizo señas a los otros, baje mi mano y uno de ellos corrió hacia dónde se encontraba La Ciudadela, aunque no tardó en regresar para informarle al otro.

- Vaya, así que después de todo pusiste un pie aquí - Gire mi cuerpo y Ardyn se acercaba la hacia mi, retrocedí unos pasos, sin embargo, los imperios les me detuvieron y me hicieron caminar.

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