Así nunca va a quererte

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...

S E I S

»Las personas afectadas suelen escuchar voces. Estas pueden ser conversaciones internas entre las distintas identidades o pueden dirigirse a la persona directamente, a veces haciendo comentarios sobre su comportamiento.

...


Después de que el chico salió, ella se fijó en toda la habitación. No había ninguna ventana y a parte de la puerta de salida había solo una más, que como supuso era un baño. Afuera había un armario que rápidamente abrió. Revisó cajón por cajón, prenda por prenda. Toda, sin excepción, era exactamente de su talla. Y todos eran cortos vestidos como el que tenía puesto.

Un momento.

Por fin se percató de que tenía puesto un corto vestido blanco. Definitivamente no había llevado puesto algo como eso. ¿Acaso él...? ¿La había cambiado?

Camino hasta la puerta y se recostó en ella hasta caer y abrazar sus rodillas. Todo era tan frustrante. ¿Qué podía hacer? ¿Por dónde podía escapar? Miles de preguntas rondaban su cabeza, pero la que más le incomodaba era la que tenía que ver con el extraño comportamiento de Matt. Nunca lo había visto actuar de esa manera y...

La puerta se abrió de golpe, su espalda y cabeza impactaron fuertemente contra el suelo. Cerró los ojos y se quedó inmóvil en el lugar donde estaba, esperando así no sentir el dolor por el impacto.

Antes de que pudiera asimilar todo sintió que la levantaron en brazos y ella no dudo en seguir con los ojos cerrados. No quería ver a Matt, no podría hacerlo sin que las ganas de darle un golpe aparecieran.

Abrió los ojos cuando sintió que la depositaron en la cama.

—Te veías preciosa amarrada a la cama pero así me gustas más —habló el chico sin apartar la mirada de sus piernas. El vestido se había subido demasiado.

Casey se incorporó y se sentó sobre sus rodillas bajando el vestido con ambas manos.

—¿Donde está mi ropa? —le recriminó— No soy una muñeca a la que puedes vestir como te da la gana.

—Ah sí, tu ropa. Te cubría demasiado. Así estás mejor. Ahora, cariño, eres mi muñeca y eso —señaló el corto vestido—, es lo que te vas a poner. A no ser que quieras que te cambie siempre.

Casey no hizo más que dedicarle una mirada de odio. Ni loca iba a dejar que la cambiara de nuevo.

El castaño sonrió, pensando que siempre podría verla con esos vestidos tan cortos. Después de todo no tenía nada más que ponerse. 

Pensó en lo hambrienta que debía estar y salió a por la bandeja que había traido consigo, pero que había dejado fuera al ver a la chica tirada en el suelo. Torpe como siempre.

Casey lo vio salir por la puerta y entrar con una bandeja de comida. Se la extendió cuando estuvo frente a ella pero la ojiazul no la recibió.

—¿No vas a comer?

Ella admiro el sándwich de pollo que reposaba en un plato al lado de un vaso con agua. No cubiertos, ni algo útil que pudiera utilizar como arma. Su estómago gruñó y ella maldijo por dentro. No comería nada que él le diera.

—Soy vegetariana.

Matt sonrió. Llevaba observándola suficiente tiempo como saber que no era vegetariana.

—Tiene lechuga —le siguió el juego. En algún momento comería.

—¿Por qué haces esto? —le preguntó la chica recibiendo la bandeja pero dejándola a un lado de ella en la cama.

—Eres hermosa, Casey —ignoró su pregunta, poniéndose en cuclillas para estar a su altura.

—Tú no haces estas cosas, Matt —intentó razonar con él— Por favor déjame ir.

—No puedo. Solo así podemos estar juntos —estiró su mano hasta acariciar la mejilla de la chica— Ahora nadie podrá alejarte de mí.

—Estas enfermo —dijo ella a la vez que apartaba su rostro del toque de Matt.

—Enfermo de amor, tal vez.

—Nunca voy a quererte.

—¿Conoces el síndrome de Estocolmo? —preguntó a la vez que se levantó del suelo y se acercó al rostro de la chica— Te vas a enamorar tanto de mí que en algunos meses podré dejar todas las puertas abiertas y no te irías aunque te lo pidiera.

—Gracias por la información —la chica cogió el vaso y se lo llevó a los labios como si fuera a darle un sorbo— ¡Trataré de odiarte lo suficiente como para que no me de el jodido síndrome! —exclamo al instante en que, en lugar de tomar del vaso, intentó tirarselo en la cabeza al castaño.

Matt, sin embargo, sostuvo el brazo de la chica a tiempo. El agua ni siquiera se derramó por completo pero unas gotas le salpicaron a la cara y eso fue suficiente para molestarlo. Le quitó el vaso a la chica y lo sostuvo en su mano libre, pero no dejó de retenerla con la otra. Quedaron frente a frente.

Casey lo miraba pero esa no era la mirada que el se había imaginado que le dedicaría tantas veces. ¿Acaso lo odiaba? ¿Tanto le disgustaba estar con él?

¿Qué esperabas, secuestrador?

Matt apartó la molesta voz. Estaban tan cerca que sus ojos no pudieron evitar caer en los labios de la chica. Casey al percatarse de esto, tiró de su mano para alejarse pero el castaño la retuvo con más fuerza.

—Es una lástima que esas cosas no se controlen.

Intentó besarla y ella al no poder zafarse se quedó completamente inmóvil. Sus rostros quedaron a escasos centímetros y él se detuvo para observarla con detenimiento. Había dejado de intentar soltarse de su agarre pero tenía los ojos cerrados con fuerza, temblaba ligeramente y su mano libre se había cerrado en un puño, que apretaba tan fuerte que de seguro las uñas se le estarían clavando en la piel.

"Esto no es lo que quiero", pensó Matt. Soltó su mano con molestia y ella cayó a la cama. Al instante retrocedió hasta alejarse de él lo más que pudo, hecho que solo logró molestarlo más.

¡Felicidades! Así es como haces que una chica te quiera

La voz y la actitud de la chica no hacían más que enfurecerlo. ¿Qué estaba haciendo mal? No había levantado la voz en ningún momento, le había traído comida e incluso trató de ser amigable pero la chica parecía repudiar su contacto. Tomó la bandeja y se dirigió a la puerta, pronunciando unas últimas palabras antes de salir de la habitación.

—Muere de hambre entonces.

Así nunca va a quererte

Cuando cerró la puerta a Casey se le llenaron de lágrimas los ojos y se encogió en la cama cuando desde fuera se escuchó el estruendo de lo que parecía un cristal rompiéndose.


La mente del Psicópata © [Trastornos 1] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora