No debo hacer esto

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...

C U A T R O

»En general, las distintas identidades no recuerdan lo experimentado por el resto.

...


Había pasado mucho tiempo. Casey no tenía idea de cuanto pero se sentía muy cansada, hambrienta y con sed. Sin embargo, aún intentaba desatarse o por lo menos quitarse la venda de la boca.

El sonido de la puerta hizo que se quedara totalmente inmóvil nuevamente. Esperó los pasos acercándose, pero no hubo nada más que un insoportable silencio por unos segundos. Parecía que el primer desconocido, el segundo o los dos se habían quedado completamente inmóviles en la puerta.

Se sobresalto cuando algo se estrelló contra el suelo y luego unos pasos se acercaron con rapidez hacia ella.

— No puedo creer que me hayan ocultado esto —dijo una voz diferente.

Era otro chico.

"Ayuda", quiso gritar. Aunque también tenía una venda en la boca y...

Este era el tercer chico que entraba.

¿Cuántos vivían aquí?

¿Eran todos cómplices?

¿Cuántas posibilidades habían de que este la ayude?

De cualquier forma su cuerpo no le respondía. Casey sintió que unas manos frías tomaron su rostro con delicadeza y lo movieron de un lado a otro.

—Malditos enfermos —mascullo el nuevo chico, mientras le quitaba la venda de la boca.

"Me está soltando", pensó la chica y una pizca de esperanza volvió. "Haz algo. Muévete. ¡Grita!", enviaba ordenes a su cabeza hasta que por fin sus labios se movieron en un insignificante susurro.

—Ayúdame —su voz salió ronca y apenas audible— Por favor.

El tercer desconocido le desató las piernas rápidamente pero al llegar a los brazos, que ella no sentía hacia un largo tiempo, se detuvo de improviso.

—Yo...—dijo como un susurro que ella escuchó perfectamente—...no debo hacer esto.

Todo cansancio pareció esfumarse cuando escuchó eso, al menos mentalmente porque su cuerpo le respondía a duras penas, y una alerta se encendió en su interior. Él era su única salida.

—Por favor, desátame —habló con rapidez— Solo las manos.

El tercer desconocido soltó por completo sus ataduras, pero sus manos se posicionaron al instante a cada lado de la cabeza de Casey, impidiendo que se quitase la tela que cubría sus ojos.

Ella movió la cabeza a ambos lados y puso sus manos sobre las de él. Por un momento quiso quitarlas al sentir el tacto frío del chico pero las dejó allí, ejerciendo la mínima presión que le permitía su estado.

De pronto el chico se arrepintió de lo que había hecho y soltó un sonoro suspiro.

No se sorprendió de que se lo hubieran ocultado, la mayoría de veces se enteraba de las cosas a último momento y no de la mejor manera sin saber que hacer exactamente.

Hacer lo correcto, para los demás, estaba mal la mayor parte del tiempo cuando se trataba de él.

Tal vez no debió haberla soltado.
¡Claro que no debía!

Como siempre, tampoco pensaba en las consecuencias que traerian sus "actos buenos". Tal vez lo hacía con buena intención pero ¿Cómo reaccionaría la chica al quitarse la venda? De todos modos, ya era demasiado tarde. No podía volver a atarla de nuevo, no podría con la culpa.

Maldijo por dentro, pudieron haberle dejado una nota...¡O algo!

Hola, gracias por ser el único que limpia la casa, pero ¿Podrías no entrar a este cuarto? Secuestramos a una chica. Gracias!

¿Era tan difícil?

Las palabras de la chica lo sacaron de sus pensamientos.

—¿Por qué haces esto? ¿Por qué no me sueltas?—se notaba que no tenía fuerza suficiente, aún así continuó ejerciendo una mínima presión sobre las manos del chico para intentar apartarlas.

—Si lo hago, vas a odiarme —respondió y ella negó con la cabeza como única respuesta.

"No fue tu culpa. Suéltala y no te odiara", pensaba el chico. "Serás su héroe".

Y como un impulso, sin detenerse a pensar en las consecuencias, alejó sus manos del rostro de la chica.

Ella se quitó la tela con rapidez. Sus ojos se cerraron, adaptándose a la luz por unos instantes. Miró todo a su alrededor deteniéndose por más tiempo en la puerta, luego sus ojos quedaron fijos en el chico frente a ella. Todo volvió a pasar demasiado lento.

Esto no era real.

Claro que no.



La mente del Psicópata © [Trastornos 1] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora