Solo un beso, llorona

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...

D I E C I S I E T E

»Este trastorno se caracteriza por un tipo de amnesia, que no es uniforme en todas las identidades, de modo
que lo que desconoce una puede saberlo otra.

...


Cuando cruzaron la puerta de la habitación, la voz de Matt inundó los pensamientos de Ethan.

Ethan, no quiero molestarme.

Devuélvela al cuarto y todo estará bien.

—Ay, Matt Matt, creo que no puedes hacer nada —soltó el castaño inconscientemente haciendo que Casey se detuviera, pero tomó su brazo y la condujo para que siguiera adelante.

No la toques.

Una sonrisa apareció en el rostro de Ethan al escuchar eso.

«La soltare entonces»

La chica no podía ver nada en un segundo y al siguiente la venda había sido retirada de su rostro. Lo primero que vio fueron unas escaleras, no muy lejos de donde estaban.

—Las reglas son muy fáciles —susurró Ethan detrás de ella— Te suelto y corres, así de sencillo.

—¿Cuál es el truco?

—No lo hay. Ganas si encuentras la salida.

—¿Qué pasa si no la encuentro? —cuestionó Casey con desconfianza.

—Tendrás que lidiar con Matt.

Eso era. Ethan no lo hacía para ayudarla, solo le importaba molestar a Matt. Sintió un pinchazo de decepción en el pecho pero apartó ese sentimiento con rapidez.

"A él no le importa ayudarme y a mi solo me importa escapar", se repitió la chica.

—Tu tiempo está corriendo.

Casey se dispuso a dar el primer paso pero el castaño detrás de ella pasó ambos brazos al rededor de su cuerpo, atrayéndola hacia él. Le dio la vuelta y quedaron frente a frente.

—Eres libre como el viento, pero antes... ¿No vas a despedirte de mi, llorona?

No te atrevas.

La voz de Matt no era más que un incentivo para él y debido a que era mucho mas alto que la chica, tuvo que agacharse un poco para acercar más sus rostros.

—¿Qué haces? —preguntó Casey con el corazón latiendo desenfrenado en su pecho.

—Voy a besarte ¿No es obvio? —el chico se acercó mas a ella cuando una idea pasó por su mente— ¿Sabes? preferiría que me lo dieras tú.

—¿Qué?

—Bésame —pidió poniendo sus rostros a escasos centímetros

¿Qué haces?

Suéltala.

Maldito traidor.

«¡Miren quien habla!, El suplantador de identidades»

— Solo un beso, llorona —susurró rozando los labios de la chica.

Casey puso ambos brazos en el pecho del castaño intentando apartarlo, pero Ethan la sostenía con fuerza. Esta era su oportunidad, pero si no le daba un beso no iba a soltarla.

"Esta bien, Casey. Hazlo rápido", pensó.

Tomó un respiro profundo sosteniendo con ambas manos en el rostro del castaño. Este último abrió los ojos con sorpresa y ni si quiera le dio tiempo de reaccionar cuando la chica se puso de puntillas y estampó sus labios contra los suyos por lo que parecieron microsegundos.

El agarre en su cintura dejó de ser tan fuerte y Casey aprovechó eso para alejarse de él al segundo siguiente.

Estuvo a punto de darse la vuelta para correr en dirección a las escaleras pero el castaño sostuvo su brazo, impidiendo su escape por segunda vez.

Ethan no pudo contener la risa imaginando el rostro de Matt. No se esperaba que la chica lo besara en serio, esto estaba pasando mucho mejor de lo que imaginó. Puso una mano en la espalda de la chica y la otra en su nuca impidiendo que se alejara. Acercó su rostro al de ella y esta vez la besó él.

O eso intentó.

El dolor en la parte baja de su cabeza fue tan intenso, que más que un beso fue un pequeño roce entre sus labios.

Casey se quedó completamente inmóvil cuando sintió los labios de Ethan contra los suyos, una corriente de electricidad le recorrió el cuerpo entero pero no duró mucho porque al segundo siguiente, se separó de ella con una mueca de dolor.

Soltó un grito cuando no pudo soportar por más tiempo el dolor en la parte baja de su cabeza y se apoyó en la pared detrás de él, soltando a la chica por fin. Sin embargo, ella no se movió.

—Ya nos despedimos, llorona. Este es el momento en el que corres por tu vida.

Ella se acercó con la intención de ayudarlo mientras el chico se deslizaba hacia el suelo. Antes de que pudiera tocarlo, la voz del castaño la detuvo.

—¿Recuerdas cuando Matt estaba enfermo y tuviste la oportunidad de escapar pero no lo hiciste?

Casey asintió inconscientemente sin apartar los ojos del rostro del chico. Ahora estaba sentado en el suelo, apoyando su cabeza en la pared detrás de él con los ojos cerrados con fuerza.

—¡¿Por qué lo haces de nuevo?! —exclamó— ¿Acaso eres tonta?

—Pero tú...

—¡Que corras!

Ethan empezó a reírse cuando la chica dio media vuelta y se fue corriendo, las maldiciones que soltaba la voz de Matt en su cabeza eran únicas y no las olvidaría en un largo tiempo. Sin duda, esto era mejor de lo que había pensado y ni si quiera tuvo que sacarla de la casa.

Soportó todo lo que pudo hasta que de un momento a otro la risa cesó y del suelo se levantó un chico con nada más que odio en el rostro.

No era Ethan, tampoco Matt.

Era alguien que la quería de una manera enferma y no iba a dejar que se fuera.

Nunca.



La mente del Psicópata © [Trastornos 1] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora