La mente del Psicópata © [Trastornos 1] ✔

No mires

...

T R E I N T A  Y  S E I S

»Última parte del especial de San Valentín <3

Advertencia: Este capítulo contiene mucha información y terminarlo en la madrugada tal vez me haya afectado un poquito, así que puede resultar confuso o más raro de lo normal.

...

Era de noche. Adam y Casey estaban a las afueras del pueblo, muy cerca del bosque.

Desde hace ya varios minutos no se cruzaban con nadie, así que la chica decidió quitarse el gorro, liberando así su corto cabello, pero por alguna razón conservó los lentes.

—Oye, ¡Creció un poco! —exclamó Adam tomando uno de los no tan cortos mechones— Ya no se ve tan mal.

Casey lo observó con el ceño fruncido. Él se lo había cortado hace un tiempo.

—¡Dijiste que me quedaba bien! —recriminó.

—Puess... —Adam desvió la mirada— ¡Oh, mira! ¡Un perrito!

Antes de que Casey pudiera decir algo, alguien tocó su hombro, interrumpiendola:

—Hey, eres la chica del parque —dijo una voz a su espalda.

Casey volteó encontrándose con el chico con el que se había chocado en la mañana y se quedó congelada en su sitio.

Adam estaba tan distraído observando al perro que incluso había empezado a perseguirlo y no se dio cuenta de la situación.

—Oye Cass. ¿Convencerias a Matt de tener una mascota? —al no recibir respuesta giró la cabeza hacia ambos lados pero no vio a nadie— ¿Casey?

“Maaaatt”

“Casey se me perdió”

¡¿Qué?!

Al girarse Adam vio a Casey hablando con un extraño.

“Ah, ya la encontré”

“Un momento...”

“¡Ayuda! ¡Tenemos un 3312!”

Ese imbécil otra vez.

Dame el control.

“¿Estás loco? Ni creas”

“¿Cómo sé que me lo devolveras luego?”

¡¿Para qué me llamas entonces?!

“Siempre quise decir lo del 3312”

Ya lo hiciste, Bravo. Ahora... ¡Haz algo allí antes de que te quite el control a la fuerza!

“Ay, ya pero no me grites”

—Sí, hola —habló Adam al llegar junto a Casey, interrumpiendo lo que el chico estaba diciendo— ¿Quién eres y por qué estás hablando con mi hermana?

El chico frunció el ceño al escuchar al castaño.

¿Hermana?

No parecían hermanos antes.

—Nos vimos antes —le recordó— ¿No me recuerdas?

Adam frunció el ceño confuso y entrecerro los ojos.