21. Tempestad.

701 57 26
                                    



Tempestad.

En algún lugar del alma se extienden los desiertos de la pérdida, del dolor fermentado; oscuros páramos agazapados tras los parajes de los días.

Sealtiel Alatriste

1.

El cielo se había nublado de pronto y estaba lloviendo con fuerza, también tronaba y relampagueaba bastante, aunque Nami comprobó que sólo era una lluvia sin importancia, hacía que todo el barco se sintiera tenebroso y angustiante.

Chopper estaba inconsciente en la cama de la pelirroja. Era más que claro que el golpe que Zoro le dio había sido muy fuerte, era un milagro que no le hubiera matado.

Usopp estaba revisando de vez en cuando al renito y miraba la puerta de reojo, no se escuchaba ruido de las otras habitaciones, así que lo que estaba pasando en la enfermería entre el capitán y el primer oficial era un misterio para él, al igual que para los demás. Hacía mucho tiempo que había dejado de temerle al espadachín, pero luego de ver cómo había dejado al pequeño doctor ya no estaba seguro de encontrarse a salvo con él.

Sanji estaba echando humo como una locomotora en el pasillo sin dejar de dar vueltas de un lado a otro angustiado, odiaba esa situación, odiaba tener que alejarse y esperar, odiaba que Zoro confiara en Luffy y no en él, aunque lo entendía, lo odiaba. Odiaba todo aquello, en especial no saber lo que le sucedía al peliverde, quizás su cabeza tenía razón y debía preocuparse más por Chopper, pero sentía tanta opresión en el pecho, que lo único que era capaz de atinar a hacer, era pensar en el espadachín, lo único que su mente alcanzaba a procesar era el mar de sentimientos que el estado de Zoro le provocaban.

« ¡Maldito marimo! » Renegó tirando la colilla y pisándola con frustración.

Estaba a punto de estallar, no le cabía duda de eso, de un momento a otro terminaría gritando o haciendo alguna estupidez. Tenía que saber de qué estaban hablando Luffy y Zoro, y tenía que saberlo ya. Al demonio que el peliverde no confiara en él, al demonio que Luffy les hubiera ordenado dejarlos solos. Iba a ir a averiguar que pasaba en ese instante, lo que pasara después estaba de más, si tenía que pelear con el espadachín lo haría, si tenía que discutir con el capitán o recibir otro de sus puñetazos estaba dispuesto a que pasara, pero no iba a dejar que esa angustia que sentía lo carcomiera más tiempo.

Sacó y encendió otro pitillo con una desesperación apremiante, y sin pensárselo más se dirigió a paso rápido a la enfermería. Iba a averiguar que pasaba aunque esos dos no quisieran que lo supiera.

2.

Zoro terminó de contarle a su capitán todo lo que había sucedido mientras no estuvo con ellos. Se había puesto de pie y le daba la espalda mientras observaba el caer de la lluvia y el golpeteo de las olas en el barco por una de las escotillas. No se atrevía a mirar al moreno, no era capaz de enfrentar lo que sea que hubiera en su mirada, asco, decepción, miedo... lo que fuera seria insoportable.

Luffy se había puesto de pie encolerizado, preocupado, y afligido. Jamás había visto de aquel modo a su primer oficial, jamás había visto a su mejor amigo a punto de desmoronarse, no era algo para lo que estuviera preparado. Lo que Zoro acababa de contarle... se sentía tan culpable por no haberse dado prisa, por haber asumido que estaría bien, él era el capitán, se suponía que debía cuidar de todos sus nakama, aunque fueran tan fuertes como lo era Zoro, él era el responsable. Si no tuviera esa loca obsesión por ir tras todas las aventuras de las que oía sin preocuparse de lo que podía suceder o de las advertencias que le dieran...

AmarTeDuele.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora