AmarTeDuele.

29. Todo Tuyo.

Todo Tuyo.

Quizás te diga un día que dejé de quererte,

aunque siga queriéndote más allá de la muerte;

y acaso no comprendas en esta despedida,

que, aunque el amor nos une, nos separa la vida.

"Quizás", Juan Ángel Buesa (fragmento).

1.

Zoro observó la calle con fastidio. La mayoría de las personas habían dejado de transitarla hacia un buen rato, poco después de que la noche cayera. Su estómago estaba vacío y rugía de vez en cuando exigiéndole que lo llenara. Empezaba a preguntarse si hubiese sido mejor acompañar a Luffy a comer y dirigirse a su reunión después, al fin y al cabo no había fijado una hora.

Suspiró cansado y aburrido. Estaba seguro que desde el barco aquella ciudad no parecía tan grande como estaba resultando.

Una preciosa luna creciente adornaba el estrellado cielo de manera poética y encantadora. Era una noche hermosa para compartirla con la persona amada...

« La persona amada... » Vio varias parejas caminar abrazadas alrededor de una fuente, en lo que parecía la plaza principal. « Me preguntó dónde estará Mihawk. » Estaba aburrido y harto de no tener ni la menor idea de donde se encontraba. Sacó un papel del bolsillo de su pantalón mientras un ligero rubor invadía sus mejillas sin que lograra evitarlo, recordando el incidente con sus nakama al recibirlo. Observó el mapa con cuidado antes de darle la vuelta para contemplar la perfecta caligrafía que estaba escrita en la parte de atrás.

= "Te espero en el hotel Shusajii, cariño" =

— Tsk —chasqueó la lengua desesperado—. Me perdí... —reconoció en un murmullo al tiempo que negaba con la cabeza, furioso con su sentido de la orientación. Normalmente siempre le pasaba, lo sabía y lo aceptaba secretamente, ante sí mismo. Solía vagar por horas antes de encontrar el lugar al que se dirigía, pero siempre llegaba a los lugares.

El problema era que aquel día había esperado llegar rápido a aquel sitio. « Se habrá ido ya... » Le preocupaba lo que pudiera pensar el shichibukai de su retraso, le preocupaba que dudara de él. « ¡No! Él confía en mí. » Sacudió la cabeza intentando alejar sus dudas. No podía preocuparse por todo, todo el tiempo, no era su estilo y era absurdo. Mihawk era un hombre confiado y seguro de sí mismo, de ninguna manera dudaría que le gustase, no siendo tan atractivo.

Escuchó pasos aproximarse a él por detrás, pero lejos de ponerse en guardia, se dio la vuelta y sonrió a la elegante silueta que lo abordo.

—No pensé que tu orientación fuera tan mala como se rumorea —declaró con una sonrisa divertida, en especial al notar que el muchacho torcía el gesto fastidiado.

—Se supone que me esperarías en el hotel —se quejó en pose de defensa, cruzándose de brazos, pero sin apartar la vista de él.

El mayor llevaba puesta una camisa negra de elegantes encajes victorianos y un pantalón ajustado del mismo color, encima traía un saco guindo con bordados en negro y botones dorados, traía puesto un sombrero de copa color negro con detalles en rojo y dorado, a juego con su ropa.

Estaba increíblemente elegante, sexy y apetecible.

Zoro se lamió los labios sin darse cuenta.

—Si hubiera hecho eso, no nos habríamos visto esta noche.