Capítulo 02: Skochi-Venecia

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Luke levanta su brazo derecho, arregla su peinado hacia atrás y muestra una sonrisa burlona.

—Permitan que me presente de manera correcta —dice, de manera educada—. Yo soy Luke, el general en jefe de todas las fuerzas bélicas y actual presidente de la ciudad de Skochi-Venecia.

—Ahora que les he dicho quién soy, es momento que les diga quiénes son ustedes. ­—La confusión entre la multitud aumenta—. Ustedes son "Los 300", los 300 jóvenes provenientes de otro mundo que profesan los antiguos, ustedes son... la salvación de este mundo.

—Los 300... —dice confundido uno de los chicos de entre la multitud, su nombre era William. Medía aproximadamente 1.77, no se veía en muy buena forma, pero parecía, de alguna manera comprender la situación.

—¿Skochi-Venecia? No sé de qué, pero me suena de algo —dice Joel, que parecía verse menos confuso.

A lo lejos, dos piernas delgadas se acercan hacia Joel y Ady, con la decisión de un psicópata antes de asesinar, pero con la duda digna de una joven de su edad.

—¿Joel? —pregunta aquella chica de pelo corto castaño, baja, tímida, y lógicamente, asustada; Joel se gira reconociendo inmediatamente esa voz.

—Nataly, tú también... —expresa Joel con cierta decepción y empatía.

—Entiendo su confusión —dice Luke—. Así que les explicaré un par de cosas. Comenzaré por el hecho de que una de las características presentes en todos ustedes es la existencia de una amnesia colectiva, que no solo les impide recordar el cómo llegaron aquí, sino que también hizo que olvidaran cosas obvias como sus apellidos, los cuales nosotros también desconocemos. Además, a algunos les sonará algo de lo que les he dicho hasta ahora, eso es porque todos ustedes conocen este lugar, y la leyenda de Los 300, solo que aún no lo saben.

La tensión es completamente palpable; Luke decide bajar hacia donde están los jóvenes, pero continúa hablando.

—Ah, casi lo olvido. Cada uno de ustedes posee un brazalete en su mano dominante, si lo observan se darán cuenta de que aparecerá lo que conocemos como un ectagrama, el cual, para que todos me entiendan, les muestra un aproximado a sus capacidades, enseñándoles su vitalidad, su fuerza, su agilidad, su resistencia, su inteligencia, y su capacidad mágica, además de monitorizar su ritmo cardíaco en todo momento. También es capaz de mostrarle su esperanza de vida en tres convenientes colores: verde significa que estás bien; amarillo, deberías ir al médico; rojo, mejor empieza a cavar tu tumba.

Joel mira detenidamente su muñeca, algo le parece familiar.

—Entiendo, como los stats de un videojuego, pero en la vida real           —afirma Joel.

Luke observa detenidamente a los jóvenes y se dirige hacia ellos.

—Ahora que ya saben lo básico, es momento de que les hable de mi propuesta hacia ustedes, héroes. —Una sonrisa acompañada de una sutil risa rompe el silencio—. Esa propuesta podría sacarlos a todos de aquí, de paso salvarían nuestro mundo, pero tienen que entender que también podría matarlos, a todos.



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