Capítulo 43: Inténtalo otra vez

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La misma noche en la que William y George logran enterarse sobre la verdad que Luke les había decidido esconder, eligen ir a contarles a sus compañeros de equipo, esto porque son los que tienen más cerca; la revelación para el resto del equipo lógicamente no es algo que se tomen de buena gana: Malcolm, Mike y Victor se intentan desahogar expresando el descontento general producto de la desafortunada noticia; por otro lado, tanto Joel como Amber se mantienen en shock por el mismo motivo. Marco tiene una reacción un poco particular, dado que tras el enunciado, se mantiene en silencio absoluto, con la mirada perdida, como si algo dentro de su mente se hubiera roto en ese momento, aquel trance dura unos cinco minutos, después, Marco se levanta frívolo, y como si nada, sale de la sala común sin decir ni una sola palabra; esta acción hace que todos sus compañeros le miren preocupados, pero sin palabras para detenerlo. Nadie lo ha entendido, a excepción de Joel, que de alguna manera sabe por qué dilema pasa su amigo.

Hoy, a primera hora de la mañana, el equipo se levanta percatándose de que Marco aun no ha vuelto, pero tienen que omitir ese hecho ya que están ocupados. El equipo se divide en dos grupos: William, Victor y Amber ofrecen quedarse para darles la noticia a los reclutas del castillo; cuando reciben la misma, la multitud se estremece, obteniendo opiniones divididas por parte de los reclutas, las cuales se representan por los que deciden confiar en la veracidad de la información, y los que no, generando un gran revuelo y descontrol en el atrio del castillo. Mientras tanto, en Ragondora, Joel, Mike, George y Malcolm siguen el mismo modus operandi que los chicos en el castillo, solo que en este caso, al ser muchas más personas, el descontrol general fue algo inminente, haciendo que muy pocas personas se cuestionen si lo que les dijeron es completamente cierto o no; el desorden se extiende unos cuantos minutos más, para sosegarse con un ambiente más bien lóbrego. Con la locación aún en una tensión palpable, Mike busca a Katherina sin mucho apuro por todo el viñedo; tras unos diez minutos caminando que le parecieron eternos, el chico localiza a su confidente la cual está sentada intentando consolar a una Meghan entristecida, ceñida en lágrimas, y destrozada por su futuro incierto; Mike toma aire, se arma de valor y decide acercarse.

—Katherina, ¿tienes un momento? —pregunta con una falsa rudeza. Katherina suspira cansada, y sin quitar la mano de la espalda de su amiga, le notifica de su intermitente ausencia para caminar junto a Mike en completo silencio hasta una zona mucho mas intima.

—¿Que sucede Mike? —rompe el silencio impaciente.

—Meghan, ¿cómo está ella? —vuelve a preguntar Mike con dejos de pena.

—Cariño, ustedes le acaban de decir a ella y a 293 personas más que, a grandes rasgos, estaremos atrapados en este mundo hasta el dia de nuestra muerte —reprende a Mike irónica—. Lamento que no te hayamos recibido entre besos y abrazos.

—A ver, realmente no dijimos eso, lo que dijimos es que hasta el momento, no se ha registrado nada dentro de las escrituras en cuanto al regreso de los 300 a su mundo de origen, no es algo que sea un hecho —dice Mike molestando aún más a Katherina.

—Por favor Mike, utiliza el cerebro ¿tú crees que algo de lo que hemos visto o vivido hasta ahora nos da una mínima esperanza de que saldremos de aquí? —confronta claramente enojada.

—Claro que no Kath, pero me gustaría tener una mínima excusa para pensar que lo que he estado haciendo todos estos meses no fue en vano, ¿sabes?—confiesa con rabia pero sin drama, haciendo una expresión en su cara desafiante. Katherina comprende la situación y tuerce los ojos.

—Y ahí está, te bloqueaste en tus ideales... otra vez —reprende obstinada, mira al suelo en silencio por un momento, niega con la cabeza—. ¿Sabes qué, cariño? mejor dejemos esto hasta aquí, tú no me vas a escuchar, yo no voy a dar mi brazo a torcer, y esto solo puede ir a peor, así que mejor regresa al castillo, ¿quieres? No deseo que esta discusión decida cómo te recordaré mañana —culmina cansada. Katherina se gira y se empieza a marchar. Mike suspira estando en la misma condición.

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