Los 300

Capítulo 19: La última espada será la más inteligente

Pasan los días, y Luke se las arregla para comprometer la presencia de los jóvenes en la última pelea, entre Malcolm y William; todos opinan lo mismo: es la pelea más interesante de presenciar, porque son los que manejan un estilo de pelea muy estratégico, pausado y bastante premeditado.

El día de la batalla, Joel y Amber se encuentran frente al octágono, conversando de manera despreocupada después de entrenar y haciendo tiempo para que lleguen Víctor, George y Marco; luego se percatan del saludo a la lejanía de Mike, con algunos invitados que vienen con él.

—Hola, chicos —inicia Mike, con Katherina y Meghan también saludando. Mike mira a los alrededores con confusión— ¿Dónde están los demás?

—Víctor y Marco me dijeron en la mañana que estarían aquí, pero que pueden tardar un poco, creo que tienen que cumplir uno de los recados de Luke; en cuanto a George, vendrá dentro de poco. Estaba entrenando con nosotros y decidió dejar el equipamiento en su habitación —responde Joel, luego de saludar a los tres jóvenes—. Por cierto, solo por curiosidad, ¿qué hacen aquí? —pregunta refiriéndose a Katherina y a Meghan—. Creía que no les interesaba nada de esto.

—No es que nos interese, realmente —contesta Katherina—. La cosa es que Mike nos invitó; además, si vuelven a dejar inconsciente a William, me gustaría tratarlo al instante y no esperar más de una hora —dice mirando con severidad a Mike.

Luego de una plática corta y satírica sobre la resistencia física de William, la llegada de George, y posteriormente la de Víctor y Marco, genera cierta desesperación en el grupo. Más tarde, aparecen William y Malcolm junto a Luke, avisando a todos los presentes que la batalla está punto de empezar.

Con ambos portando el mismo equipamiento de su primera pelea, se disponen a pelear; pero luego que de Luke diera la señal para empezar, los contrincantes se mantienen impertérritos durante un largo periodo de tiempo, inquietando a los presentes, pero sorprendiendo a Luke. Cuando al fin deciden acercarse, lo hacen muy lentamente, con calma; la pelea empezaría cuando ellos quisieran; Malcolm empieza con una estocada de su alabarda, William la toma el aire y responde arremetiendo contra él en los puntos los cuales dejaba completamente desprotegida su armadura; Malcolm cae al suelo con el impulso de la parábola de William. Malcolm, sin dejar caer sus piernas, las enrolla en el tobillo de William, haciéndole caer al suelo también, solo que esta vez, Malcolm vuelve su alabarda contra William, golpeándole en el costado; Luke hace una pequeña sonrisa.

—¡Aléjense! No estamos en una pelea de barro —ordena Luke, para justo después llamar a uno de sus soldados que se encontraba de espectador—. Aaron, ¿crees que podemos permitirnos una octava vacante en nuestro equipo especial? —pregunta, cuando ve a aquel dueto levantarse y separarse, para lo que presume es planear su siguiente movimiento.

—No sería mucho gasto económico, uno más no marcará mucha diferencia —responde el soldado de armadura llamativa.

—Entonces, espera mi señal —concreta Luke.

—William no parece nada cansado después de esa primera ráfaga de golpes —susurra Katherina a Mike con estupor.

—No deberías subestimarlo tanto, desde la última vez que perdió, estuvo entrenando su resistencia como un loco, y por lo visto, le está saliendo bien —responde Mike con tranquilidad.

—Entiendo— dice Katherina y continúa observando.

La batalla continúa, pero mientras más tiempo pasa, más parece que no avanza; todo esto porque con cada ráfaga, ambos contrincantes aprenden el uno del otro, sus técnicas, sus fintas, sus trucos, todo se consolida en una batalla que se termina alargando a niveles absurdos. Ya llegado a este punto, William no es el único que ha llegado a amarillo por el simple cansancio, pero ambos se mantienen dispuestos para seguir luchando. Luke llama al mismo soldado de hace un rato.

—Prepara otro puesto para la fiesta —dice Luke.

—Ahora mismo —afirma el caballero de manera solemne, antes de partir. Luke se adelanta hacia el octágono.

—Está bien, ya he tenido suficiente. ¡Deténganse! —Ambos contrincantes se movilizaron con cansancio en sus posiciones de inicio—. A este paso no llegaremos a ningún sitio, así que he tomado una decisión; declaro a esta pelea como empate —anuncia Luke, generando una gran sorpresa entre los presentes.

—Tanta tontería para que al final todos "ganemos", ¿en serio?                  —comenta Joel con decepción.

—Si, a mí también me... Espera ¿que se suponía que obtenemos por ganar? —Se pregunta Amber con detenimiento.

—¡Silencio! —exige Luke, para calmar a la multitud—. Ya que saben mi veredicto sobre esta pelea... todos los anteriores ganadores, den un paso adelante —El resto de jóvenes aparecen de entre la multitud—. Parecen confundidos, eso se resolverá dentro de muy poco —informa en voz baja— ¡La pelea terminó! Pueden retirarse —ordena al aglomerado—. Está bien. Ahora síganme, hay algo de lo que tenemos que hablar.