Capítulo 30: Indiferente normalidad

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El sonido de cinco campanadas tocadas a las puertas de Skochi-Venecia, marcan el regreso exitoso del equipo a la ciudad, el movimiento de la misma es inminente. Unas cuantas calles antes de llegar al castillo, comienza un aglomerado el cual hacía de camino a la puerta principal del castillo, en donde está Luke, contemplando de manera sosegada.

Cuando el equipo se asienta, Luke los acompaña a su habitación de grupo, la cual está preparada con una mesa que contiene ocho bolsas llenas de canales; los jóvenes se dan cuenta de que esa es su paga por cumplir la misión. De cualquier manera, la misma tiene ciertos contratiempos; según lo que dicta el protocolo, las especificaciones de la misión tienen que ser redactadas a detalle en un informe de misión; sin embargo, Aaron se adelanta a la mesa, y mencionando la anterior actitud de insubordinación por parte de Marco, toma una de las bolsas y la vacía hasta la mitad. Inmediatamente, guarda los canales que ha extraído y se los entrega a Luke, para posteriormente salir.

Horas después, el equipo se prepara para dormir por órdenes de Luke; de todas formas, el equipo sigue debatiendo sobre lo vivido en su recién terminada misión.

—A lo que me refiero, es que es físicamente imposible que un hombre pueda desaparecer de la nada... Mi hipótesis es que el hombre se escabulló entre alguno de nosotros, mientras la bomba de humo nos cegaba a todos; en el momento en que se dio cuenta de que estábamos rodeando a la nada, decidió huir lo más rápido posible —continúa William, escéptico por lo que contempló.

—¿Y no hizo ningún tipo de ruido?, ¿con dos bolsas repletas de monedas pesadas y dos cuerpos adultos? Por favor, William. No tiene mucha lógica —replica Amber, tras dejar de entrenar con Mike.

—Bien, punto para Amber —añade George cuando camina cerca de las puertas de las habitaciones, terminando en una de las esquinas de la sala que dan al imponente lago en el que está cimentado el castillo.

—Es un hombre bastante robusto, tal vez no se dieron cuenta, su capa lo disimula bien —contesta el joven de cabello rubio, mientras se recostaba de una pared.

—Eso es ridículo, es una explicación sin pies ni cabeza —dice Amber con un tono burlón.

—¿Acaso tienes una mejor explicación? —cuestiona William con cinismo.

—¿Alguno de nosotros se dio cuenta de que esta pared está a punto de romperse? —comenta George, interrumpiendo de lleno la discusión.

—Genial, ahora no solo tenemos que caminar medio kilómetro para llegar a la cama, sino que además tenemos que soportar el que nuestras habitaciones se caigan a pedazos. —Amber, ya cansado. le hace una seña a Mike, dejando sus espadas en el suelo y acercándose con gran parte del equipo para observar la pared.

—¿Eh?, déjame ver eso —William se acerca y observa detenidamente la pared—. Bueno, si algo está claro, es que esta pared está hecha de otro material distinto al resto de la habitación; tampoco parece un trabajo bien hecho, parece que lo hicieron con mucha prisa... Espera un segundo, eso... —El joven se acerca para mirar a través del hoyo, que da a los muros exteriores del castillo; allí se percata de que esa pared del muro exterior, es de exactamente el mismo material. Para mayor sorpresa, observa unos pilares que sobresalen del agua asimétricos y bastante deteriorados; William voltea a ver a los chicos, con una expresión de confusión en su rostro. —Toda esta pared es una salida más rápida a la ciudad.

—¿Qué te hace creer eso? —cuestiona Mike con alevosía.

—¿Un par de paredes mal hechas convenientemente ubicadas bajo cuatro columnas? Yo creo que es demasiada casualidad... Tenemos que... —La puerta de la sala se abre con potencia.

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