Capítulo 07: Fuego ardiente

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En el momento en que Luke se marcha de la escena, un grupo de soldados, lanza desde lo alto de una torre de vigilancia una cantidad de troncos de madera y yesca, todo esto atado con unas cuantas cuerdas; luego arrojan un montón de piedras, en resumen, les suministran las suficientes cosas para hacer las cinco fogatas. Ady, Nataly, Joel, Amber y William junto con otros 19 chicos más, se ponen de acuerdo para hacer equipo e intentar hacer su fogata; el resto, al ver dicha coordinación, deciden hacer lo mismo.

—Recuerdo que las piedras son importantes para una fogata, creo que si las ponemos debajo de la madera mantendrán el calor por toda la noche —comenta Nataly.

—Yo no sé mucho sobre supervivencia, pero creo que es mejor que encendamos la yesca lejos de la madera para que arda mejor, y cuando haya encendido, le colocamos la madera encima —sugiere William.

—Me parece bien, ¿te encargarás de eso? —pregunta Joel.

—Sí.

William no tarda mucho en encender la yesca, logrando así que su grupo fuera el primero en terminar la fogata; seguido por el grupo en el que se encuentra Malcolm, Mike, George, Víctor y Marco. Al terminar, ambos grupos se dividen para ayudar a las otras ramas de la misma tarea, sin dejar de vigilar su propia llama para que no se apagase. Unos 15 minutos después, el sol desciende hacia el oeste, pero cinco llamas visibles a kilómetros de distancia emergen vívidas, anunciando a todos en la ciudad, que hoy nacieron los héroes portadores de la salvación y de un fuego ardiente. Tiempo después, Luke se presenta.

—Soldados, puede que sean un grupo de adolescentes  inútiles; pero es evidente el hecho de que se las arreglaron para trabajar en equipo y lograr un bien común —anuncia Luke mientras observa con cierto orgullo las dichosas fogatas—. Escuchen, el chico con mejor estado físico de ustedes, sería un payaso en un ejército común y corriente, pero la inteligencia de algunos, la determinación de otros, va más allá de un simple soldado. Además de que todos, sin importar si terminan o no su entrenamiento, poseen una voluntad que los impulsa a seguir adelante. En fin, tengan eso presente, será mejor que duerman ahora; mañana el entrenamiento no será fácil, recuerden que siguen siendo unos enclenques.

Cuando Luke se marcha, los 123 jóvenes intentan dormir. Sin embargo, Joel y Ady son de los pocos chicos que no logran conciliar el sueño; así que se sientan alrededor de su fogata a conversar.

—Me pregunto cómo estarán los demás chicos, digo, ellos no están corriendo con espadas de madera y esquivando soldados con bastones, ¿verdad? ­ —bromea Ady.

—¿Eso es lo que te preocupa?, ¿no te preocupan cosas como que aparecimos en un campo erosionado, casi desértico, y de repente estamos en una ciudad con canales y ríos? O algo más simple, ¿no te preocupa que hayamos aparecido así sin más? —pregunta Joel con curiosidad. Ady soltó una pequeña carcajada.

—Simplemente no es algo que sienta que deba pensar, sobre todo porque no sabemos nada. Sería una pérdida de tiempo y lo sabes.          —responde mostrando una sonrisa tranquilizante.

—Me encantaría poder pensar así. —El silencio invade por un minuto la conversación. —Aunque si algo puedo asegurar, es que los demás están mejor que nosotros, ¿no crees? —retoma el tema mientras le devolvía la misma sonrisa.

Al seguir la conversación, ambos se apoyan de espalda a espalda para seguir hablando, luego deciden acostarse cruzando sus cabezas para observar las estrellas, sólo para luego quedarse dormidos de manera totalmente apacible.

A la mañana siguiente, Joel se despierta a medias, pero lo suficiente para ver como un montón de soldados comandados por Luke salen del castillo con unos cubos llenos de agua helada, las cuales claramente no eran solo para las fogatas. Tras el inminente baño de agua fría, Luke se posiciona al frente de sus estudiantes.

—Levántense, tomen su equipo y formen ante mí; esta vez lo harán bien. —Los jóvenes soldados se logran formar de manera más ordenada, además de tardar menos tiempo para equiparse; Luke pone su puño en su pecho—. Ahora, ¡soldados antes de héroes!

—¡Soldados antes de héroes!



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