Capítulo 22: Responsabilidades

39 5 7
                                    


Después de seis meses de la aparición de los jóvenes en la ciudad de Skochi-Venecia, la no entrada de algunos y la partida de unos pocos a las Fuerzas Armadas es algo previsible, excepto para Joel; que no sabe cómo tomar la decisión de Ady, y luego una discusión los lleva a distanciarse por más de un mes. Sin embargo, tras todo el tiempo transcurrido, ambos hallan distintas formas de aprender que uno no existe para el otro. Por ejemplo, Ady, decide junto con Arianna y Abraham, abrir un pequeño local en el que se plantearon confeccionar cualquier tipo de vestimenta; algo bastante mundano, sobre todo porque Arianna es la más comprometida con el negocio, haciendo que Abraham y Ady no emprendan tantas obligaciones; pero eso no significa que ninguno de los dos tenga mucho tiempo libre. Entre encargos, mantenimiento, inventario y renta, los jóvenes carecen casi totalmente de tiempo para ellos; no obstante, todo esto les llena de furor, como una presa llena de agua cristalina, que se mantiene expectante para desbordarse y liberar toda su extensión.

Por otro lado, a Joel le cuesta mucho más centrarse en lo que tiene que hacer. Para intentar vencer esa dispersión, el chico de gafas se esfuerza en entrenar mucho más; y posteriormente con su participación en las peleas que organiza Luke, para seleccionar el siguiente equipo de las misiones, Joel se encuentra con una agenda de tiempo bastante limitada.

Hoy, a la víspera de su primera misión y salida de la ciudad, Joel y el resto del equipo se mantienen impacientes por el acontecimiento ya nombrado, y ver de una vez por todas cómo es el uniforme, del cual les había comentado Aaron hace unos días. Para esta tarea, Joel se ofrece de voluntario con el fin de buscar todos los uniformes; Aaron le indica la dirección y el joven parte con calma pero sin pausa.

—Veamos... "Sigue el muro que rodea todo Ragondora, luego verás una calle adyacente a un canal amplio; caminando unos dos minutos más, podrás ver un letrero que dice Toripuru" —repasa Joel, mientras camina por el canal—. A no ser que Aaron vaya a los sitios corriendo, debería estar cerca del lugar —Joel continúa caminando, hasta que queda sorprendido por la chica de vestido color marrón claro, con una manga larga en su brazo derecho y capa morada de encajes dorados a diez metros de su posición; Joel identifica inmediatamente quién es al ver con claridad una capucha que es parte de la capa, y ese característico pelo negro largo semiondulado, el cual reposa en su hombro derecho.

Ady casualmente está doblando y colocando los uniformes de los chicos en un pequeño carruaje, para hacer más fácil su transporte; luego se percata de la presencia de Joel y ambos se quedan mirándose en un momento muy incómodo, hasta que Joel rompe el silencio.

—Hola, Ady. Déjame ayudarte con eso —dice Joel, con una indiferencia actuada.

—Hola, Joel. Si insistes, espera a que termine de organizar esto y partimos —responde Ady con completa tranquilidad.

Ambos emprenden camino hacia el castillo en completo silencio, pese a que el único que se encontrase tenso fuera Joel; a unas cuantas calles de llegar, Joel decide hablar.

—No sabía que habías empezado a elaborar ropa, aunque eso explica de manera directa por qué nunca estabas en Ragondora. ¿La ropa que estás usando la hiciste tú? —pregunta Joel para intentar abrir un tema de conversación.

—Eh, sí —responde Ady con incomodidad, por la pregunta tan forzada.

—Ya veo... Escucha Ady, lo siento. Sé que tenía que haber dicho esto antes, pero es que no he tenido tiempo de nada, de hecho...

—¿De qué hablas? —cuestiona Ady de manera retórica—. Si querías hablar conmigo para decirme esto, te haré un resumen: ambos fuimos tercos y orgullosos, pero ya ha pasado un mes. Creo que podemos pasar la página. Además, de haber venido a visitarme, no te habría dado mucho tiempo para hablar, yo también he estado tremendamente ocupada.

—Entiendo —dice Joel, sintiéndose un poco más cómodo—. Aunque no quería hablar contigo sobre la disculpa, me importa más lo que va después de la disculpa... Lo que conlleva el "nosotros" en la situación actual.

—Nosotros... Recuerdo que hace ocho meses cada vez que escuchaba esa palabra, mi corazón empezaba a latir con mucha rapidez. De hecho recuerdo que lo nuestro, aunque no era algo confirmado, era algo recíproco, que poco le faltaba para ser algo más comprometido. —Ady deja de hablar y frunce el ceño—. Pero luego aparecimos aquí, y me aferré a ti con ceguera, pero cuando tomé una decisión por mí misma no me apoyaste, así que me distancié, y sólo gracias a eso me pude dar cuenta de que tal vez nos estábamos perdiendo en nosotros mismos, dejando todo de lado para ser sólo nosotros dos, y eso no me parece correcto —culmina, dejando a Joel pensativo tras detenerse a las puertas del castillo.

—Supongo que tienes razón, sobre todo porque ahora mismo no sé qué sentir exactamente con respecto a lo nuestro. Asumo que el hecho de que ambos estemos bastante ocupados, ayudó a que tomáramos perspectiva sobre nuestras prioridades —continúa Joel, devolviéndose a sí mismo la seriedad que había perdido al principio de la conversación.

—¿Sabes qué, Joel? Ya que estamos tan confundidos respecto a todo esto, ¿qué tal si mejor dejamos que se enfríen las cosas?, continuamos con nuestros hechos individuales, y cuando haya pasado un poco más de tiempo, podemos volver a intentarlo para ver qué pasa; pero por ahora, mientras organizamos nuestras ideas, volvamos al momento en que éramos amigos sin más insinuaciones.

—Podríamos intentarlo —responde Joel con decisión, antes de darse la vuelta para entrar al castillo.

—Joel... —dice Ady cuando le giró de la manga de su camiseta y le observa fijamente a los ojos. —Te podría besar, pero realmente es algo que no quiero hacer, así que escúchame bien: tú y yo resolvimos las cosas, pero ahora somos amigos y estamos en paz. Te lo digo porque necesito que cuando salgas fuera de la ciudad, estés completamente centrado; no es bueno que tu mente esté en otro lado cuando se supone que estás arriesgando tu vida. Al fin y al cabo, si vamos a intentarlo de nuevo, sería bastante idiota que decidieras morir por estar distraído pensando en tonterías.

—Lo tendré en cuenta —responde Joel marchándose.

Horas más tarde, en la zona de entreno del nuevo equipo, la mayoría descansa al frente de a una chimenea.

—Amber, estás entrenando como si fueras a hacer una misión de prioridad país; además, gastas energía para mañana, deberías calmarte —recomienda Malcom, al estar cansado de escuchar estocadas, golpes y gruñidos de Amber.

—Me estás subestimando, haría falta que estuviera entrenando toda la noche para cansarme... Por cierto, ahora que lo mencionas, ¿alguno de ustedes sabe cómo funcionan exactamente los niveles de prioridades? —pregunta Amber con curiosidad.

—Yo tampoco sabía cómo funcionaban, así que le pedí a Aaron que me explicara. Los niveles de prioridad básicamente varían dependiendo de cuál sea la cantidad de personas que represente la amenaza; siguiendo esta lógica, el orden de prioridades, de la más a la menos urgente sería: País; Estado; Ciudad; Pueblo; Conjunto; Caravana; Carpa; Persona          —contesta William de manera didáctica.

—Entiendo... ¿soy el único al que le parece ridículo que tengamos que llevar armaduras, uniforme y equipamiento real a excepción de nuestras armas? Es decir, me parece absurdo que no podamos usar armas reales, cuando se supone que allá afuera hay amenazas mortales  —critica Amber con descontento, y cambiando completamente el tema.

—Fue decisión de Luke, no cree que aún tengamos la experiencia suficiente como para usar armas reales —replica Marco—. Además, yo creo que es lo más sensato; es la opción más segura para todos.           —Justo cuando Marco termina su frase, la puerta principal se abre.

—Chicos, lamento ser un aguafiestas, pero... recuerden que mañana tienen misión, y que además están haciendo demasiado ruido; no es una sugerencia, vayan a dormir —comenta Luke, con cara cansada y obstinada, para cerrar la puerta de golpe.

—Bueno, ya lo escucharon. A dormir —termina George, mientras toma un vaso de agua y lo deja sobre la chimenea.



-----------------------------------------

Vota y comparte el libro para que más gente lo lea.

Sígueme para saber cuando subo un nuevo capítulo

Los 300Donde viven las historias. Descúbrelo ahora