Capítulo 37: Herida moral

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A unas horas de lo acontecido en el castillo con la llegada del primer equipo de Los 300, su líder, el General Aaron Vryzas, se dirige decidido para entregar el informe de misión a Luke, como dicta el protocolo. Al llegar a la oficina, se encuentra con el hombre sentado, con una mirada severa con toques de cinismo.

—Montaron un buen espectáculo en mi castillo —dice con decepción, Aaron sigue caminando.

—Lo siento, no tenía idea de que mi equipo y sus semejantes harían tanto revuelo.

—¿Cómo está el chico? —pregunta con más seriedad.

—Vivirá, por suerte no hubo necesidad de amputarle la pierna; puede seguir en el equipo. En cuanto a la misión... —Aaron posa sobre la mesa los papeles que tomó de la carpa. —Te traje algunos regalos extra—. Luke observa las cartas superficialmente.

—Continúa —Aaron se sienta para empezar a explicar; toma una de las cartas.

—Primero que todo, creo que esto solucionará una de las dudas que teníamos hace poco —le entrega la carta a Luke—. Esta carta es de uno de los criminales que escaparon; por lo visto notaron a tus espías, así que iban a enviar la mitad de los rehenes y de los objetos valiosos hacia los bosques del sur. —Luke chista con frustración. —¿Qué pasa?

—No es la primera vez que descubre a mis hombres, hace tiempo que no cuento con ningún cazarrecompensas íntegro... ¿Seguro que no quieres volver a ser uno? —pregunta con picardía. Aaron se mantuvo impertérrito.

—¿De verdad tengo que responder?

—Por supuesto que no, espero que esta generación tenga a algún cazarrecompensas escondido —responde con una carcajada—. Volviendo a la carta, he de decir que habría sido un movimiento muy astuto; la cosa es, ¿por qué darse tantas molestias?

—Eso mismo pensé. Sigue leyendo. —La mirada del general vuelve al papel—. Es obvio que el remitente es amigo del destinatario, por lo que se tomó la libertad de desvariar un poco. —Luke abre sus ojos como platos. Estupefacto, arruga el papel, traga saliva con rabia; se tranquiliza antes de recitar.

—"Por desgracia no obtuvimos información sobre la ubicación de la maga, tal vez esté en el sur. Les deseo la mejor de las suertes a ti y a tu equipo en la búsqueda; pero si te soy sincero, que los dioses nos libre de encontrarnos con ese ser, y no estar preparados." —Luke observa a Aaron, asiente con la cabeza para que continúe leyendo—. "Que los pétalos sangrientos bendigan tu acero, Atentamente: SH"

—Tenía mis dudas, pero creo que es oficial. Supnoza renació de sus cenizas; no sé cómo, pero lo hizo —afirma Luke, para luego suspirar con calma.

—¿Qué más tenemos?

—El motivo de esta misión. —El serio caballero le muestra un mapa del continente, con un tumulto de círculos señalando diferentes lugares, y una carta de letras con acabados muy sofisticados. —Tus capacidades deductivas nunca dejarán de sorprenderme... Es como habías dicho, Supnoza está tras los fragmentos.

—Y aquí es donde me pierdo, para siquiera ver un fragmento de la paz se necesita un ectagrama que lo libere, de otra manera, sería imposible. —Luke se mantiene en silencio, para luego en un momento de lucidez, mirar al frente con decisión—. ¿No había una leyenda que relacionaba a las hechiceras directamente con los fragmentos?

—Sí, es de los pueblos del sur.

—¿Cómo era exactamente? —Aaron comienza a entender hacia dónde va su superior.

—No lo recuerdo al pie de la letra, pero sé que hablaba de cómo una hechicera lo suficientemente poderosa, puede liberar y manipular a su antojo los fragmentos de la paz; sin embargo, es un ritual muy largo y laborioso.

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