Capítulo 42

1.5K 87 0
                                    




Fiorella bajo a media madrugada por un vaso con agua y así hizo, cuando volteo vio a Aleksandro y ahogó una exclamación y casi se le cae el vaso pero él lo agarro el en aire.

—Me pegaste un susto— gruñó molesta, él rió un poco.

—Te asustaste sola.— mencionó tranquilo.

Se sentó en un banco de la encimera y la veía buscar alguna cosa en la nevera. Se levantó y posó sus manos en su cintura, acercó su boca a su cuello besándolo lento, ella suspiro profundo por el contacto los labios de él en su piel.

—¿Qué haces?— susurro ella y él se encogió de hombros.

—Hacerte cariño, ¿qué haces tú?

I'm feel hungry, sweetie [Tengo hambre, dulzura]— le dijo riendo y Aleksandro rió.

Consiguió algo de carne guisada con vegetales, colocó un poco en un plato y busco una tortilla y comenzó a comérselo así, frío. Aleksandro la miraba con el ceño fruncido.

—¿No prefieres que te lo caliente un poquito?— preguntó mirando su plato.

Ella negó.

—Yo me como así desde pequeña, a veces esperaba que se pusiera fría y me la comía así—  le sonrió a Aleksandro.

—¿Por qué? —preguntó.

—Se me hizo costumbre comer así.

—Voy a subir, no soporto verte comiendo así— dijo incómodo y subió. Sentía que se le subía la bilis a la garganta.

Saco las distintas carpetas un tenía, reviso una. La cual eran de fotos de Fiorella en sus peores momentos, la maldita de Priscila se las envió.

Una de las fotos era de ella comiendo así, como estaba comiendo. Bajo de nuevo las escaleras y la chimenea estaba encendida, se sentó enfrente de ella al verla cada una.

Habían algunas en las que Fiorella salía llorando en el que era su cuarto, otras en las cuales estaban sentados en la mesa, pero comían jodidamente poco, otras de ella recogiendo botellas por toda su casa con Christoffer.

"este es su pasado. Míralo bien" decía la nota.

Fiorella se sentó a su lado en silencio y él al verla parpadeo dos veces seguidas, no la había sentido.

—No las mires todas— le recomendó en un susurro—, vi algunas que no creo que te sean agradables— él negó.

—Vamos a verlas todas, juntos. No puedo quemarlas sin saber que me dio— le dijo él, ella asintió.

A medida que pasaban las fotos la cosa se ponía peor. Eran fotos cada vez más fuertes, habían unas donde ella salía vendiendo droga, otra donde salía consumiendo drogas, pero esa foto ya el la había visto.

—Ella me envió las fotos aquel día— susurro Aleksandro impresionado—¿recuerdas cuando éramos novios y me llegaron fotos tuyas drogandote? Ella me las envió.

Fiorella suspiro mientras las miraba negando.

— Vaya padres los míos— admitió ella con tristeza.

Aleksandro la abrazo y suspiro.

— ¿Qué madre quiere destruir a su hija? —susurro confundida—. Solamente ella, yo no le hice nada.

Él la miró con tristeza, le dolía verla así. Sentía mucha rabia hacia su mama, no lo podía negar.

—Te debe regocijar el hecho de que eres una buena madre —dijo Aleksandro dándole fuerzas—. No te sientas mal, reina, ella se perdió la oportunidad de tener una hija excelente— ella sonrió y asintió.

Amor Sin Límites ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora