catorce

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Faltaban unas horas para que el grupo de amigos se dirigiera a la fiesta en donde estarían los integrantes de las dos bandas con las que estuvieron de gira durante todo estos días.

Ayer por la noche fue el último concierto del tour y había sido increíble. No podían creer lo rápido que había pasado el tiempo y todos estaban emocionados por volver a sus hogares, unos más que otros. Hoy les quedaba el último día en Edmonton y mañana partirían hacia California.

Ahora mismo los cinco hombres se estaban arreglando para la fiesta del cierre del grandioso The Hunting Party Tour. Aaron, Phil y Austin ya estaban listos mientras que Valentino y Alan peleaban con sus cabellos difíciles de cepillar.

— Joder, debería ir a la peluquería para cortarme las puntas —murmuró el pelirrojo mientras intentaba pasar el cepillo por su cabello—. Me ha crecido mucho.

Ambos fueron hacia la sala del bus, aún combatiendo contra sus cabellos. Los otros tres los miraban la escena con diversión y Phil soltó un comentario en voz baja, diciendo que deberían ducharse unas mil veces más.

— A ver —habló Austin, quitándole el cepillo a Alan—, yo lo haré.

El castaño comenzó a tomar mechón por mechón para pasar el cepillo con delicadeza, dedicación y cariño, evitando hacerle doler mientras que el pelirrojo esperaba con los ojos cerrados. Cuando terminó, abrió los ojos y pasó su mano por su cabello naranjo. Se sorprendió al notar que había logrado deshacer los nudos tan rápido, algo en lo que él tardaba un largo tiempo aunque sólo ocurría cuando lo descuidaba por unos días.

— Gracias —sonrió y Austin le dejó un beso en la frente.

— De nada —murmuró el mayor—. Por cierto, el cabello largo te queda sexy —agregó y guiñó un ojo, a lo que Alan soltó una risa.

— ¿Me ayudas? —preguntó Tino a Phil.

— No seré tu Austin si es eso lo que quieres —dijo con una mueca, a lo que Alan soltó una risa—. Además, ustedes no sirven para tener el cabello largo —comentó Phil mientras acariciaba su cabello perfectamente suave con aire de superioridad.

Una vez que todos estuvieron listos, partieron hacia el lugar donde sería la gran fiesta. Probablemente se encontrarían con gente conocida así que estaban preparados para todo lo que pudiese ocurrir, aunque no sería algo muy grande; o, al menos, eso era lo que habían dicho.

Antes de llegar al lugar, la música ya se oía pero no era como en esas fiestas que llegas a quedarte aturdido. Se notaba que podías hablar sin la necesidad de gritar por lo que, al entrar, no pasaron desapercibidos. Los chicos de Linkin Park y Rise Against los recibieron con abrazos y les dijeron que tomaran lo que quisieran; en simples palabras, que disfruten de la noche. Y nadie dudó en hacerlo.

Fue a eso de las dos de la madrugada cuando todo se había descontrolado pero para bien. Alan, Aaron, Mike y Tim estaban bailando arriba de la barra mientras que el resto los veía y reía a más no poder por la escena. Claro, ya se había pasado de tragos y casi nadie estaba en su sano juicio como para importarles lo que pasara en ese momento. Alan se aburrió y se tiró hacia las personas amontonadas frente a la barra y, para su buena suerte, detuvieron su caída y lo mantuvieron arriba un rato hasta que Austin apareció y lo tomó en sus brazos. El pelirrojo se limitó a rodear sus brazos en el cuello del mayor.

— Pudiste haberte lastimado —reclamó el castaño, bajando al menor hasta que sus pies tocara el suelo—. ¿No crees que es mejor irnos?

— Eres un aguafiestas, Carlile —bufó Alan, pero mantuvo su agarre e inclinó su cabeza hacia el hombro de Austin—. No estoy tan ebrio pero es que me aburro y entonces hago cosas sin pensar. ¿Dónde están Valentino y Phil?

down the road [cashby]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora