down the road [cashby]

seis

Alan tardó varios segundos en darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Quiso empujarlo, mandarlo a la mierda e irse al hotel... pero terminó correspondiendo el beso. Sentir los labios de Austin moverse contra los suyos le hacía sentir mil explosiones en el estómago mientras intentaba seguirle el ritmo de forma torpe. Quizá era el alcohol, ¿quién sabe? A fin de cuentas: lo hecho, hecho está. Ellos estaban besándose en un baño público y nadie más que ellos dos lo sabrían.

Segundos después, Alan se separó con brusquedad, con la respiración agitada y a nada de entrar en un ataque de ira. ¿Por qué? Bipolaridad.

— Yo... Tú... Agh, ésto no debería haber pasado —murmuró, desviando la mirada—. Por más de que haya sido un puto reto, no deberías haberlo hecho. ¡Tengo novia, Austin!

— Oye, tampoco te he apuntado con un arma en la cabeza para que me siguieras el beso ¿sabes? —reclamó el castaño, mordiendo su labio inferior y queriendo que el menor le mirara. La había cagado—. Lo siento, Alan. Olvídalo, ¿bien? Olvida lo que ocurrió y listo.

— Para ti es fácil, para mí no —finalizó la conversación, saliendo del baño con rapidez.

Caminó y caminó, ignorando los llamados de sus amigos, ignorando la sensación rara en él e ignorando su alrededor. Solo caminó por las frías calles iluminadas por faroles, agitado y frustrado. Sabía que era un estúpido por tratar mal a Austin ya que él no se había separado tan rápido pero no sabía cómo reaccionar ante ello.

Al cansarse de caminar, se sentó en la banca más cercana y prendió un cigarrillo. Inhaló y exhaló el humo, intentando calmarse con el poder de la nicotina mientras ignoraba a su propia mente. Nadie pasaba por allí, así que no se preocupó por nada más que el cigarrillo que se consumía entre sus labios.

Cuando decidió que ya era suficiente, se puso de pie y retomó el camino hacia el hotel en donde se quedarían. Deseaba que los chicos no estén allí, aunque eso era casi imposible. Y cuando llegó, no oyó nada más que ronquidos, así que caminó hacia la habitación que le había tocado y se echó en la cama, quedándose dormido segundos más tarde.

ᅝᅝᅝ

Gruñó al escuchar el sonido irritante de su móvil. Tanteó en sus bolsillos, aún con los ojos cerrados, y contestó la llamada con brusquedad, soltando un "¿qué quieres?" sin saber quién era la persona con la que hablaba.

— Ah... lo siento. Te he despertado, ¿cierto? —al oír la voz de Ashleigh, sonrió levemente hasta que recordó lo que ocurrió con Austin. Entonces desapareció.

— Lamento haber contestado así, bebé. Y sí, me has despertado pero no importa —respondió con la voz ronca mientras se tallaba los ojos con su mano libre—. ¿Cómo estás? ¿Cómo va todo con Nugget?

— De seguro has bebido y estás con resaca. Te conozco, Ashby —rió la mujer con dulzura—. Pues, todo va bien. Nugget es un amor y te extraña, al igual que yo. Por eso te he llamado. ¿Tú cómo estás?

— Yo también las extraño —sonrió levemente y se puso de pie, caminando hacia el baño—. Yo estoy bi... —se calló al ver a Austin frente a él, con el cabello húmedo y con gotas cayendo por su marcado cuerpo cubierto de tatuajes; había abierto la puerta del baño sin permiso— en... —finalizó, cerrando la puerta de golpe.

— ¿Seguro?

— Sí, sí —se encerró en su habitación nuevamente—. No te preocupes, estoy bien.

— Bueno... ya debo irme, ¿sí? Sacaré a pasear a Nugget para que se distraiga —avisó Ashleigh—. Llámame cuando puedas. Te quiero.

— Yo a ti... y gracias por cuidarla. Hasta pronto —y cortó, lanzando el celular a la cama antes de tirarse en el suelo.

No podía quitar la imagen de Austin semidesnudo de su mente. Había ido tan distraído que no tocó la puerta y simplemente abrió, encontrándoselo con una toalla rodeando su cintura. Su suerte iba de mal en peor.
Y era cierto que miles de veces lo había visto sin camiseta, pero ahora era diferente. Estaba avergonzado por primera vez.

Esperó varios minutos antes de volver a salir del cuarto con ropa para ponerse luego de la ducha. Caminó con cuidado hacia el baño y ahora tocó la puerta, asegurándose de que nadie estuviera dentro.

Una vez que se duchó y vistió, salió del baño y se dirigió a la sala, fingiendo estar normal. Se sentó al lado de Tino y apoyó su cabeza en el hombro de éste, cerrando los ojos por unos segundos.

— ¿Qué hora es? —preguntó el pelirrojo a su amigo.

— Uh, las tres.

— ¿A qué hora debemos ir a hacer la prueba de sonido?

— A las siete.

— Ah...

— ¿Pasa algo? —cuestionó el pelinegro, viendo a su amigo con curiosidad: él nunca era tan cariñoso con alguien que no fuera Austin. Alan negó—. ¿Seguro? Sabes que puedes contarme lo que sea...

— Está todo bien...

♧

La prueba de sonido finalizó y la tensión entre el guitarrista rítmico y el vocalista de OM&M se notaba de lejos. La banda que hoy abriría sería Of Mice & Men, luego Rise Against y al final Linkin Park, así que dejaron que las otras bandas practicaran antes de que el show comience.

— Alan, ¿ocurre algo? —preguntó Aaron con timidez. El pelirrojo podía ser muy agresivo a veces, como también podía ser la persona más tierna del mundo.

— No, ¿por qué?

— Porque has roto una de tus cuerdas mientras tocábamos You Make Me Sick

— Ya estaba mala de antes —se excusó y se alejó del lugar, saliendo del estadio para fumar antes de tener que volver.

El concierto comenzó y los gritos no se hicieron esperar. The Flood, Feels Like Forever y Would You Still Be There fueron coreados y cantados por todos los presentes mientras que Valentino, Aaron y Phil tocaban sus instrumentos con pasión. Alan parecía querer romper la guitarra con la fuerza que utilizaba, pero nadie decía nada al respecto.

Casi al final, cuando anunciaron que tocarían Another You, el pelirrojo quiso correr del lugar e irse bien a la mierda. Sin embargo, se quedó y suspiró sonoramente, evitando a toda costa mirar al vocalista o acercarse siquiera.

La voz de Aaron junto a los primeros acordes se hicieron oír. La gente aclamaba y parecía que se quedarían sin voz para mañana, pero eso era lo que causaba el entusiasmo y la emoción de estar en un concierto.

— Say anything, say anything! Say anything that could make this all okay —cantaban Austin y Aaron al mismo tiempo, siendo acompañados por los fans—. Take it away, take it away! Take away all of this emptiness I feel 'cause I will never find another...

— I may never find myself —murmuró Alan, manteniendo su mirada fija el las cuerdas de su guitarra.

— And I will never find another you!

Las luces se apagaron y la gente gritó. OM&M dejó el escenario, deseándole suerte a Rise Against cuando los cruzaron, y fueron hacia los camerinos. Alan, esta vez, decidió esperar a llegar al bus para ducharse ya que estaba cansado. Se preguntaba por qué añadieron Another You a la lista si a esa no la iban tocar... pero no quería saber la respuesta.

O quizá lo sabía y no quería reconocerlo.