down the road [cashby]

ocho

2/3

25 de enero; [Barclays Center] Brooklyn, New York.

Las primeras notas de Glass Hearts resonaron en el lugar, seguido de gritos eufóricos. Austin comenzó a cantar y a moverse por el escenario mientras todos seguían la letra de memoria, a gritos.

Alan tocaba las notas con esfuerzo, intentando seguir el ritmo a la banda. Movía su cabeza y saltaba de vez en cuando, dejándose envolver por la música, aunque le hacía sentir algo enfermo. Desde la charla, no pudo sentir otra cosa más que tristeza, pena y arrepentimiento, pero intentaba cubrirlo y entonces rasgaba las cuerdas con furia.

— How am I supposed to hear what you hear... —cantaba Aaron con su voz tan melódica.

— When you never heard the sound of our glass hearts breaking with every tick of the clock when you are gone?

Una nota se le fue de la mano cuando oyó claramente que Austin había cantado aquella parte. Se limitó a continuar tocando hasta que finalizó la canción, así como su turno en el escenario.

El vocalista despidió a todos y bajaron de allí, yendo a los camerinos. Allí Valentino le preguntó qué le ocurrió, a lo que solo respondió un simple «me perdí» e intentó fingir que se había dormido en el sofá. Fracasó.

— No mientas, ¿quieres? Tú te sabes las notas de cada canción y nunca, ni siquiera cuando apenas habías ingresado a la banda, te has equivocado —continuó el pelinegro, aprovechando que el resto de la banda había ido a ver la presentación de Linkin Park—. Sabes que puedes confiar en mí, Alan.

— Mamá Arteaga ha regresado —murmuró con una pequeña sonrisa y volvió a su semblante triste—. No sé qué es lo que pasa conmigo, ¿sabes? He arreglado todo con Austin hace días pero, por alguna razón, sigo mal. Y es que... no sé. Simplemente no lo sé.

— ¿Por qué no admites que has cometido un error?

— No ha sido un error. Él no me gusta —contestó lo de siempre, intentando convencerse más a él mismo que a Valentino.

— ¿Entonces por qué estás así? ¿Por qué te sientes mal?

— Nos hemos distanciado... —murmuró apenas y subió sus piernas al sofá, abrazándolas y apoyando su barbilla en sus rodillas—. Austin se ha distanciado de mí por más de que había dicho que volveríamos a ser los mismos de siempre.

— Era obvio que ocurriría eso, Alan. ¿Acaso crees que es fácil superar un rechazo? —Alan se limitó a suspirar mientras lo escuchaba—. ¿Ahora te molesta que Austin no te abrace ni sea tan apegado contigo? Eres peor que una mujer, Ashby.

Alan se encogió de hombros y ocultó su rostro entre sus piernas antes de musitar un simple «ni yo me entiendo». Y se quedó en silencio por un largo rato hasta que oyó que los otros tres integrantes de OM&M se acercaban a la habitación.

— Joder, amo tanto a esa banda —venía diciendo Austin, a lo que Alan bufó y se acomodó en el sofá para fingir que se iba a dormir.

— Y cantarás con ellos en el próximo concierto —murmuró Phil, soltando una risa cuando entraron a la habitación y vieron al pelirrojo.

— Sí... Oigan, ¿alguien sabe qué le pasa a Alan? —preguntó Aaron y el menor sintió la mirada de los tres en su espalda—. Últimamente ha estado... mal.

— Debe extrañar a su novia —respondió Austin.

— Ah... sí, pero yo también tengo novia y no por eso estoy mal. Tampoco Phil ni Valentino —volvió a hablar el bajista y soltó un suspiro—. No creo que esté mal por eso. En fin, ya debemos ir al bus.