cinco

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16 de enero; Nashville, Tennessee.

— Hoy podrán salir a donde quieran ya que hemos llegado temprano y el show es mañana por la tarde-noche —decía Marcus a través del móvil, siendo escuchado por los cinco integrantes de la banda—. Lo único que les pediré es que para mañana estén sobrios y sin resaca, ¿sí? Por favor.

— Seguro, Marcus —respondió Tino por todos y cortó—. Son las cinco de la tarde, ¿qué quieren hacer?

— Yo quiero ir a comer —habló Aaron y Phil lo apoyó.

— Yo quiero ir a pasear —murmuró Alan, estirándose antes de ponerse de pie, guardando dinero en uno de sus bolsillos antes de tomar su móvil.

— Yo también quiero ir a comer —comentó Valentino—. ¿Tú qué harás, Austin?

— Eh... —el nombrado miró a sus amigos y se encogió de hombros—, acompañaré a Alan a pasear.

— Genial, entonces luego nos encontraremos aquí a las ocho o nueve, nos cambiaremos e iremos a algún bar, ¿les parece? —Tino había retomado su seriedad, al parecer—. Bien, que les vaya bien, par de tórtolos. Se me cuidan, eh —no, seguía igual.

— Lo que digas.

Mientras que Aaron, Phil y Tino se dirigieron hacia la izquierda, Alan y Austin fueron por la derecha. Caminaban en silencio, apreciando las calles algo frías y tranquilas de la ciudad. Por ahora, no se habían encontrado con ningún fan por lo que siguieron hasta llegar a unos locales frente a un parque verde y precioso.

— ¿A dónde quieres ir? —preguntó el menor.

— No lo sé —el castaño soltó una risa mientras se encogía de hombros—. ¿No quieres seguir caminando, tomar algunas fotos y luego ir a beber café? Como tú eres tan hipster y tumblr...

— Déjame —se quejó, mirándole de mala gana—. Pero, sí, es una buena idea. Camina, Carlile.

Retomaron la caminata, recorriendo tranquilamente el lugar. El clima estaba algo frío, pero era perfecto junto a las nubes ocultando los rayos del sol. Para Alan, el paisaje era hermoso. Varias veces se detuvieron para tomar fotos y otras para saludar a las personas que los conocían.

— Oye —le llamó—, Austin bobo. Mira a la cámara.

El castaño apenas pudo reaccionar para cuando Alan le tomó la foto. Aparecía casual, lindo y perfecto con el paisaje detrás de él. Se obligó a mirar al Austin real y le hizo una mueca, mostrándole la foto.

— Es injusto que salgas tan bien —murmuró el pelirrojo, sacándole la lengua. Austin sonrió y le guiñó un ojo.

— Ahora espera que yo te tomo una foto.

El castaño buscó su móvil y al encontrarlo, enseguida presionó el icono de la cámara apenas prendió la pantalla. Tomó la foto y sonrió, mostrándosela al pelirrojo.

— Soy hermoso —comentó Alan, admirándose a él mismo. Su nariz estaba algo roja por el frío.

— Lo eres —asintió el mayor, retomando la caminata.

El pelirrojo lo oyó y no supo qué decir ni hacer, así que se limitó a seguirlo. Miraba hacia los lados, sintiéndose algo nervioso, y guardó sus manos en los bolsillos de su pantalón. Le temblaban y no sabía si era por el frío o por los nervios.

Le sorprendía lo mucho que sus sentimientos cambiaban cuando estaba con Austin. A veces sentía que era la persona más afortunada del mundo al tener a alguien como él a su lado y en todo momento. Era un gran amigo y lo admiraba. Pero había veces en las que no podía evitar sentir algo más que una amistad y eso le aterraba.

down the road [cashby]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora