Capítulo 4: Comienzo del entrenamiento

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Luke se había quedado en el camarote de Lucy, ahí descanso con ella, el coronel Rickson estaba muy disgustado y celoso, pues no se imaginaba lo que habían hecho esos dos.

En eso llegó Roy, quien notó la mirada preocupada de Rickson, a lo que relacionó su extraño amor por Lucy y sus celos por Luke, decidió molestarlo más para divertirse un poco.

– Vaya, ¿aún no se levantan los tortolos? – preguntó bostezando.

– No, ese maldito debe estar amenazándola, hay que salvar a la general Langstan, puede estar en gran peligro – respondió Rickson.

– Ha ha ha Lucy es más fuerte de lo que crees, no creo que estuviera en problemas, si no toda la nave estaría destruida – comentó Roy.

– Sí... pero – balbuceó Rickson, mientras que se abría la puerta.

– Buenos días, lista para los deberes – saludó entusiasmada Lucy.

– B...buenos días ¡general Lansgtan! – correspondió Rickson.

– ¿Qué hay, Lucy? – dijo Roy.

– ¿Ah? ¿pero que hacían ustedes aquí? – preguntó Lucy.

– Ah... pues... verá... nosotros... no... eh... – balbuceaba Rickson nervioso.

– Buenos días a todos – salió Luke también.

– Espero que hayas dormido bien, Graysy – contestó Roy.

– Vaya, hace tiempo que no escuchaba eso – recordó Luke.

– No importa, vámonos Luke –agregó Lucy.

– Sí, esta bien, Lucy – sonrió Luke.

– Que buena noche pasamos – declaró Lucy mientras se alejaban.

– Y que lo digas – respondió Luke.

Rickson estaba en llamas por lo que había escuchado, esas insinuaciones las imaginaba en su mente y se sentía más enojado.

– Vaya, quien sabe que tanto harían esos dos mientras descansaban, técnicamente siempre es de noche aquí, pero bueno – comentó Roy.

– ¡No! Eso esta mal, un verdadero militar no debe de distraerse en esas cosas carnales – reclamó Rickson y se fue a la sorpresa de Roy.

Era hora de irse a la tierra otra vez, pues ahí estaban esperando sus amigos para reunirse de nuevo, Luke pensaba en entrenarlos y presentarlos con los amos del tiempo, así revelarían su plan con el equipo y sabrían de que se trataba todo lo que planeaban y ocurriría.

Estaban desayunando antes de todo, pues sería un viaje largo y debían tener energía para poder soportarlo.

– Entonces, ¿viene una gran amenaza? – preguntó Roy comiendo-

– Así es, no se de que se trata, pero los amos del tiempo nos quieren reunidos otra vez – respondió Luke.

– Me preguntó que querrán de nosotros – comentó Lucy.

– Igual me lo preguntó – dijo Luke.

Mientras ellos conversaban, Rickson les espiaba y escuchaba confundido lo que comentaban, Lucy se percató de su presencia y lanzó uno de sus cubiertos, el cual se enterró cerca de donde estaba Rickson, quien se asustó mucho porque casi le daba Lucy.

– ­Has escuchado suficiente, Rickson – dijo Lucy seria.

– Yo... yo... yo... – trataba de justificar Rickson.

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