-Shailene-Escucho que me llaman.
Vaya, esas pastillas son mágicas.
No sé cuánto tiempo ha pasado desde que me tomé las pastillas y me dormir, pero fue mágico. Fue fabuloso poder dormir. Lo había deseado.
Gracias, Dios.
-Shailene-Abro los ojos y veo a Theo parado a un lado de la cama, me observa mientras se abrocha los botones de su camisa blanca-¿Cómo te sientes?-Me pregunta serio.
Ni siquiera se le nota el interés.
Ah, y gracias, Theo.
-Gracias por las pastillas-Le digo tratando de sonar sincera. Se queda callado mirándome con algo en su mirada que no puedo conocía, una mirada completamente distintas a sus demás miradas groseras, esta vez, su mirada no es grosera, sino comprensiva.
-Hoy no quiero que te levantes-Se pone el saco-Duerme, te ves terrible-Levanto una ceja y me encojo de hombros-Si sientes mucho dolor, pídele a Rosa que te dé algo para el dolor, va a estar viniendo a verte-
Me quedo callada.
¿Qué debería de decirle?
-Rosa no tarda en traerte el desayuno... Y por favor, cometelo todo-
-¿Y si no tengo hambre?-
-No empieces-Dice comenzando a desesperarse-No lo hagas por mí, hazlo por tu salud. Estas súper delgada, ¿hace cuánto que no te ves al espejo? No quiero que te enfermes-Me regaña.
-¿Ya te vas?-Le pregunto desesperada porque se vaya de una buena vez.
-Sí-Aprieta la mandíbula-Adiós-Dice y sin más, se va.
Otro día miserable en está miserable casa. Pensar en que cada día que me despierte todo será igual de miserable me pone mal, muy mal; con el mismo chico gruñón, con discusiones que normalmente no llegan a nada mas que ha gritos e insultos.
Rosa me trajo el desayuno y no se fue hasta que me lo comí todo. Es una buena mujer, ¿cómo es que ha soportado trabajar para Theo cinco años? Que horror... Y pensar que tendré que soportar a Theo más de cinco años me hace llorar y quejarme del dolor al mismo tiempo.
Okey, okey Shailene, relajate, respira...
Me relajo un poco, si quiero curarme pronto debo dejar de hacer cosas que me causen dolor. Y espero que ese proceso sea rápido, que dormir boca arriba no es muy cómodo para mí. Ayer Theo me salvó, jamás imaginé a Theo levantándose a las once de la noche para traerme pastillas que me ayudarán a dormir. Fue muy extraño, hasta fue amable conmigo, tal vez solo porque estaba todo adormilado.
A la hora de la comida Rosa volvió a subir y me trajo de comer, se veía deliciosos y esta vez no puse resistencia. Ella se puso feliz y se quedó un rato mas a platicar conmigo. Después de que se fue, yo me quedé sentada en la cama, con la espalda recargada en la cabezera y las piernas estiradas. Ya me dolía mucho la espalda.
Pasaron las horas y yo no hacía nada mas que llorar en silencio. Comienzo a desesperarme, estoy harta, quiero hacer algo, normalmente prefiero no hacer nada, pero ya me estoy enfadando de esa rutina.
Esto es una tortura.
Quiero siquiera ir al jardín y sentarme en esa banca café que esta debajo de un árbol enorme; el jardín nunca lo he visto detalladamente, pero cuando llegué y Theo me llevó a la cocina vi esa banca, y desde ahí me ha llamado la atención.
Veo la hora en el reloj y me digo: "no tarda en llegar el idiota". Que mal.
Jamás había odiado a alguien tanto como a él, de verdad que lo odio mucho. Bueno, en realidad hay solo dos personas a las que odio de verdad, a mi padre y a Theo, pero el odio que le tengo a Theo es diferente. Con mi padre el odio es con miedo, en cambio, con Theo es odio, es rencor y es asco. Es un tonto, un mandón, un amargado, un grosero y un prepotente. Tantas cosas que lo describen como la mala persona que es, pero en este momento no me recuerdo todas.Hmm, hablando del rey de Roma.
Theo acaba de llegar y se le ve diferente. Parece cansado y estresado.
Entra a la habitación sin decir nada, se quita los zapatos y se mete a su closet para guardalos. Cuando sale, se a quitado ya el saco y la camisa.La verdad es que Theo tiene un cuerpo de en sueño. Es tan guapo... Lástima que sea un completo idiota.
Se acerca a la cama, se acuesta boca abajo y abraza su almohada.
Me gusta su olor, siempre huele así de rico. Espero nunca se le acabe ese perfume.
-¿Cómo te sientes?-Me pregunta con los ojos cerrados.
-¿Cómo se te ocurre que puedo estar?-Le pregunto sarcástica.
-No sé, tú dime-Me contesta adormilado.
-Estoy...-Pienso en las palabras que describan como me siento ahora-Aburrida, adolorida y molesta-
-¿Por qué estas molesta?-Me pregunta en un susurro.
¿Esta tratando de sacarme platica mientras se esta quedado dormido? ¿Por qué me pregunta?
-Porque estas aquí-Le digo molesta.
Theo abre los ojos y me mira con el ceño fruncido.
Aquí vamos otra vez...
-Contigo no se puede, ¿alguna vez tuviste amigos? Imagino que no, ¿quién quisiera ser tu amigo con esa maldita actitud que tienes?-Me dice él también ya muy molesto.
Sus palabras me hacen llorar, ¡pero llorar mucho! Me ha hecho recordar que tenía amigos pero que por su culpa los he perdido.
-¡Tenía amigos! ¡Y adivina qué!-Lo golpeo en la espalda con mi mano bien abierta-¡Me obligaron a separarme de ellos por tu culpa!-Le doy otro golpe y mientras lloro le grito que lo odio, que lo odio mucho.
Dejo de golpearlo cuando se levanta y hace el intento de tomar mis manos. Ignorando por completo el dolor que siento en la cintura me levanto de la cama y salgo corriendo de la habitación de Theo.
No debí de hacer eso, ya me arrepentí... Pero ni modo, ya estoy afuera así que no puedo regresar.
-Shailene-Me llama Theo. Lo ignoro y sigo caminando por el pasillo a las escaleras, pero antes de bajar el primer escalón, me toma del brazo-Te vas a lastimar, Shailene-.
-¡Sueltame! ¡Sueltame! ¡Tonto!-Logro zafar mi brazo de su agarre y bajo las escaleras lo mas rápido que me permite este dolor.
Llorando por sus palabras y obviamente por el dolor, entro a la cocina y me voy directo a la puerta de cristal que da entrada al jardín.
Camino con mis brazos alrededor de mi cintura en dirección a la banca. Al llegar a ella me siento, me abrazo el cuerpo y me pongo a llorar.
Ya no quiero vivir aquí. Ya no quiero estar aquí. Este mundo no tiene nada bueno preparado para mí. Deseo con todas mis fuerzas desaparecer de una buena vez.
Respiro profundo varias veces, necesito relajarme, estoy llorando como loca, se me arruga la cara haciendo que la mejilla me duela y mucho. De seguro tengo un moretón enorme.
No quiero verme en un espejo, sé que me veo horrible. La última vez que me vi al espejo era completamente otra persona. Mi rostro estoy segura que afirme que consumo drogas, pero mi marido y yo sabemos que eso no es verdad, aunque quizá él es la droga que me tiene así de mal...
ESTÁS LEYENDO
Te odio... Con amor I
RomanceNo es fácil, y quizá nunca lo sea, pero juntos es otra cosa. Theo James y Shailene Woodley viven situaciones que muchas veces ponen en duda sus delicados sentimientos. ¿Estas listo para los cambios?