Capítulo 14

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Llegamos a lo que Emmet anuncia su casa. Es una casa muy bonita en un vecindario muy tranquilo. Hay muchas áreas verdad aquí; los árboles están enormes.

Emmet me lleva a la que dice será mi habitación y se queda conmigo abrazando me.

-Aún no puedo creer que se haya convertido en el idiota que es ahora-Dice él con la mirada perdida en la nada.

Lloro en silencio. Cada vez mi llanto se va calmando y toda gracias a Emmet. Él me tranquiliza con sus caricias llenas de ternura, todo lo que necesito.

-No sé como es que no nos dimos cuenta, Theo desde el inicio te trató horrible, incluso frente a nosotros...-Esta tan asombrado que no puede dejar de darle vueltas al asunto. Claro que no se da cuenta que me lástima al seguir hablando de él.

-Yo te voy a cuidar, Shailene, conmigo no te faltará lo que él nunca te ha dado-Dice y yo no sé de que habla. Theo no me ha dado absolutamente nada bueno, será que Emmet esta enamorado de mí...

Ja. ¿Quién en su sano juicio se enamoraría de una horrible y huesuda mujer?

Levanto mi rostro de su cuello y lo observo directo a los ojos.

Toma mi rostro entre sus manos y con sus pulgares limpia mis lágrimas.

-Eres tan hermosa-Susurra.

¿Qué rayos...?

-Fue difícil, pero tomamos todo lo que...-

Las chicas interrumpen el intento de Emmet de besarme entrando con una maleta en sus manos.

-¿Emmet?-Pregunta Mariana.

Él se aleja un poco de mí y yo lo observo extrañada.

¿Está enamorado de mí?
Esto no puede estar pasando me.
¡Es que está ciego!

...

Ha pasado exactamente un mes desde que me sacaron de la casa de Theo. Ahora prácticamente vivo en la casa de Emmet. Amber y Mariana me visitan casi todos los días; ellas me hacen feliz, provocan que mis pensamiento vayan por un camino feliz y no suicida.
No hace falta mencionar que sí, en efecto, Emmet me ha estado dando todo lo que Theo jamás me ha dado, con eso quiero decir, sonrisas, risas, caricias, abrazos sinceros y relajadores, salidas a lugares que todo mundo conoce menos yo. Hemos ido al cine incontables veces, a parques hermosos, restaurantes.

No sé nada de Theo y estoy feliz por eso. No ha venido a verme ni ha llamado, o eso creo yo.
Solo con pensar en ese idiota, me pongo de malas. 

-¿Qué película quieres ver?-Me pregunta Emmet.

Me abrazo a su brazo y miro la cartelera.

-Hasta el último hombre... Suena interesante-Digo dando brinquitos.

-Está decidido entonces-Dice él.

Emmet no ha intentado volver a besarme en todo este mes, lo cual le agradezco porque no sé como reaccionaría si lo vuelve a intentar. Debo aceptar que sí me atrae un poco, no sabría decir si estoy enamorada de él porque jamás lo he estado y no se distinguir de un sentimiento pasajero a un enamoramiento.

Entramos a la sala, buscamos nuestros asientos y nos sentamos con una sonrisa en nuestros rostro.

Emmet me hace feliz, él me ha enseñado lo que es estar feliz, sin ninguna preocupación, sin ningún temor. Con él me siento segura, algo que Theo jamás me pudo hacer sentir.

La película comienza y yo me emociono mentalmente cuando veo al chico ver a la enfermera con amor. Desde el primer momento supo que ella era la indicada.

Te odio... Con amor IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora