Capítulo 28

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Theo a contratado a un doctor para que venga a revisarme y a darme medicamentos para el dolor, ya que no he querido salir del departamento para absolutamente nada.
Él y Emmet evitan preguntarme acerca de lo sucedido y se los agradezco de verdad, no me siento preparada para hablarlo ahora. Quizá nunca lo este.

Ahora me encuentro acostada en mi cama, cubierta por las cobijas mientras lloro en silencio.

Por primera vez, Theo y Emmet me han dejado sola. Emmet está recogiendo mi casa y Theo habla por teléfono con sus trabajadores.

Que me dejen sola me hace mal, por lo menos Theo me distrae con su molesta forma de intentar hacerme sentir mejor... Por lo menos lo intenta, y ciertamente me parece lindo de su parte que de verdad intente ser lindo. No me deja sola con Emmet en ningún momento.
Al estar sola, los recuerdos de esa asquerosa noche regresan a mi cabeza y esa necesidad de tallarme el cuerpo y cepillarme los dientes regresa.

Lloro mucho... Intento dejar mi mente en blanco, peor esos recuerdos me atormentan. Esos ojos grises y negros me persiguen...

Me levanto de la cama y camino de un lado al otro jalandome los cabellos.

-Mierda-Murmuro.

No puedo sacarme esos pensamientos de la cabeza... Van a volverme loca.

¿Por qué me dejan sola? Los quiero aquí conmigo, no quiero que me dejen sola ni un solo segundo. Quiero que mantengan a mi mente ocupada...

Mira a mi alrededor buscando algo que logre distraerme, pero nada que veo puede ser útil.

Las manos me sudan, todo el cuerpo me suda y ahora tengo calor.
Voy al baño y me mojo la cara... El calor no desaparece, me quito la sudadera y las pantunflas.

Necesito limpiarme.

Me desvisto y me meto bajo el agua, tallo con mis manos mi cuerpo mientras sollozo con fuerza, ignorando por completo que los chicos me escuchen o que puedan entrar y verme desnuda, con mis golpes, los moretones...

Tengo miedo, me da miedo nunca olvidar esto, porque se siente como algo que me va a perseguir toda la vida. Sus asquerosas manos tocando mi cuerpo... Ugh, tan repugnante... Odio esto, odio que me hayan hecho aquello... No creo haberlo merecido, nadie merece eso, esa clase de actos nadie debería de ser obligado a practicarlo, el sexo debe de ser diferente, ahora solo conozco una forma de sexo puerca, asquerosa, repugnante, horrible, desagradable, traumática...

-¿Estas bien, Shailene?-Escucho la voz de Emmet desde afuera.

Claro que no estoy bien, Emmet. Hace mucho que no estoy bien.

-¿Qué pasa?-Pegunta Theo a Emmet.

-Lleva un buen rato ahí dentro y no deja de llorar-Dice Emmet siendo grosero, por supuesto con Theo...

Odio que ellos estén peleados por mi culpa. Ellos eran tan unidos...

Theo entra al baño sin importarle nada, mucho menos las replicas de Emmet. Theo cierra la puerta con seguro y puedo sentir su mirada en mí, pero eso ya no me importa, él me ha visto ya desnuda antes...

-Malditos...-Escucho que gruñe.

Sigo frotándome el cuerpo ahora con jabón, ignorando a Theo.

Lo siento acercarse, me toma de la cintura con cuidado y hace que me de la vuelta para tenerlo de frente.
Mis lágrimas se confunden con las gotas de agua pero de todas maneras me limpia las mejillas en una dulce señal de cariño.

-Voy a encontrar a esos malditos, los haré pagar por todo lo que te hicieron, Shailene, te lo prometo-

Sus ojos están tan oscuros que no me atrevo ni siquiera a negar que vaya a cumplir su promesa. Además, quiero que la cumpla. Quiero que esos imbéciles desaparezcan de la faz de la tierra.

Te odio... Con amor IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora