Capítulo 26

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No puedo evitar llorar a mares. Tengo el corazón roto.
Leer la carta que mi mami le escribió a Theo me dejó con una nudo en la garganta.

Ahora entiendo porque no quería divorciarse de mí... Él quería cuidarme, mantenerme bajo su cálido manto.

Lloro con fuerza.

Siempre me quiso, desde pequeños y yo jamás lo supe. No entiendo porque mi mami jamás me lo dijo, pero ahora todo tiene sentido. Ahora entiendo porque Ethan desapareció. ¡Siempre fueron amigos!

Leer las cartas me costó preparación mental por todo un mes.
No he salido de mi casa mas que para ir a trabajar. No recibo a nadie, ni siquiera al pobre de Thomas, piensa que por algún motivo estoy molesta con él... Todos los días toca a mi puerta, pero jamás le abro ni le respondo las llamadas. Damien no me habla y lo agradezco. De Theo... Bueno, de él no sé nada, ni de él ni de su familia.
Un día después de que me diera mi carta, apareció en mi buzón un sobre con una cantidad de dinero muy grande. Sé que él me lo ha dejado, sé que es el dinero que él había dicho me correspondía... Hay tantas cosas que puedo hacer con ese dinero, pero no he gastado ni un solo centavo del dinero, tengo miedo de tocarlo...

Estoy triste, y mis problemas alimenticios han regresado. Estoy muy sola... No le contesto llamadas a nadie, ni a Emmet, Amber, Mariana, Thomas, a nadie... Los únicos que no me llaman son Damien y Theo. Me pregunto que habrá pasado con ellos. A Damien jamás lo he vuelto a ver en el restaurante. Las pocas veces que he ido, no lo he visto, y asumo que jamás regresará. Theo no me a buscado, ni una llamada, ni un mensaje, ninguna flor... Eso me tranquilizaba, pero desde que tuve el valor de leer su carta, me he sentido terrible y mis sentimientos están en duda...
No quiero aceptar algo que solo me ha causado daño, prefiero ni siquiera pensar en mis sentimientos por él e intentar olvidarlo, pero no puedo...

Evito meterme al internet, porque la última vez que lo hice, una nota sobre Theo en Nueva York estaba de encabezado en un periódico en línea.
Actualmente no tengo ni la menor idea de en dónde podría estar, no sé si ha regresado a Chicago O si sigue aquí, en Nueva York.

Hoy me siento horrible, todo en mi está en duda... Necesito distraerme, necesito correr. 

Corro en el parque, con la música en mis audífonos en un volumen alto. Necesito dejar de pensar en él, necesito dejar de pensar.

Él solo me hace sentir miserable. Siempre lo ha hecho. Él no merece que yo este así.
Tengo que arreglar mis problemas, olvidar lo que me hace infeliz y regresar a lo que me hacía feliz.
Hablaré con Thomas, haré nuevos amigos, saldré con ellos, jugaré con mis bebés, me tomaré una vacaciones y volveré a comer, pero por ahora necesito correr y sacarlo de mi cabeza.

Siento que alguien corre a mi lado, a mi velocidad... Miro a mi lado, a la persona que me sigue el paso.
Es una mujer, una mujer que jamás había visto, es pelirroja, con pecas y una sonrisa macabramente bonita.

Me quito un audífono y disminuyo la velocidad.

-¿Es que acaso no te cansas?-Me pregunta.

Dejo de correr y respiro profundo.

-¿Disculpa?-

-Llevas más de cinco vueltas sin parar, yo llevo dos y apenas te alcanzo-Se ríe y me observa de pies a cabeza-Pareces tensa...-Comenta-Soy Abie Battle-Se presenta.

Su forma de presentación me es muy rara, normalmente las personas no te interrumpen de está manera. Es extraña.

-Ah...-Dudo en decirle quien soy, no la conozco, pero quizá sea un buen momento de hacer una amiga-Shailene Woodley-Agrego.

Te odio... Con amor IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora