Capítulo 25

111 17 2
                                    

Querida Shailene:

Mi niña, me da tanta tristeza no poder verte... Me parte el alma no poder decirte cuánto te amo. Sé que piensas que he sido una mala madre, y puede que sí lo sea; tengo miedo, hija. Te juro que siempre intenté que tú nunca sufrieras. Me metí en problemas gigantes con tu padre, pero prefería eso ha que te pusiera una mano encima.
Lamento de todo corazón no poder estar contigo, porque desde que te fuiste de casa mi vida se volvió terrible. Me hacías falta; tus sonrisas, tus enojos, tus ocurrencias, tu bello rostro, tu forma tan única de ser. Eres una mujer maravillosa, eres inteligente, hija, sabes lo que está bien y lo que está mal. Busca tu felicidad, yo sé que para ti es una tortura vivir con Theodore... Él me lo ha dicho. Sí, él me lo ha dicho. Me ha contado todo lo que pasaba entre ustedes, es un buen hombre, de verdad que lo es, cariño.

Cuando llegaste a la edad del matrimonio, le rogué a tu padre que me dejará escoger a tu pareja. Tras súplicas y súplicas me lo permitió, pero observaba cada paso que daba.

Investigue a Theodore, tal vez tú lo conozcas como Theo pero no importa. Lo vi por primera vez cuando fuimos tu padre y yo a una conferencia de negocios, él estaba ahí. Me pareció fantástico su grado de inteligencia, intercambie palabras con él... Hasta a tu padre le pareció perfecto al instante.
Es un hombre maravilloso, cariño, creeme, lo es.
Me habló de su empresa de una forma animada, se le notaba lo orgulloso que estaba de sus logros en los ojos. Le brillaban. Comentó que estaba teniendo problemas muy graves y que podía perder todo...
Tiene una familia grande, su madre es públicamente conocida como una mujer controladora y obsesiva, así que tienes que tener cuidado con ella. Su papá está ahora jubilado y su hijo, Emmet, heredó la empresa familiar.
Theodore era perfecto para ti, un chico alegre, carismático, guapo, inteligente, amable y muy educado. Todo sonoba perfecto, hasta que me di cuenta de que tenia novia y él estaba a punto de proponerle matrimonio... Fue exageradamente difícil convencerlo, pero al final accedió.

Sé cuanto lo odias, hija, pero entiende lo; se siente tan solo como tú, pero es un hombre maravilloso, él puede ser tu felicidad y tú la suya.
Busca tu felicidad. Estas ya casada con un hombre fantástico, lo único que tienes que hacer para encontrar al hombre que yo conocí es siendo mas comprensiva; entiendo que tu odio hacia él ya es grande, pero aún puedes sustituirlo por amor...
Perdonalo, cariño, amalo y verás que todo será mas fácil. Estoy segura que jamás hubieras deseado casarte de esa manera, pero ni modo, hija, está vida nos tocó y no nos queda mas que verle el lado bueno. Te busqué al hombre perfecto, aprovecha lo, vive momentos inolvidables.

Te amo, hija, perdoname por haberte dejado, pero ya no podía soportar mas un día pensando en lo mucho que sufrías, yo te traje al mundo... Sabía que todo esto pasaría y de todas maneras me enamoré de tu papá, yo tengo la culpa de tu sufrimiento. La culpa me estaba comiendo, hija. Te amo y espero que me perdones por todas las cosas que te he hecho.






Theodore:

"La vida jamás ha sido fácil".
¿Lo recuerdas? Tus palabras se quedaron grabadas en mi mente, y permanecerán en mi corazón incluso cuando este muerta. Gracias por todo lo que has hecho por mi familia, jamás podre agradecerte lo suficiente, cariño.

Ahora que he decidido qué hacer con mi futuro, y ahora que no hay marcha atrás, aunque sea una resposabilidad que no te corresponde, te dejo a mis hijos bajo tu cálido manto. Te suplico que no dejes a mis hijos volver con Joseph, te doy lo que tengo, sé que no es mucho, pero es lo que he podido juntar durante todos estos años...
Mis niños son buenos, cuidalos mucho, como siempre lo haz hecho, hijo mío.

Aún recuerdo cuando te vi de pequeño, jugando en el jardín en la casa de tu madre. Jamás olvido como me miraste desde tu jardín hasta mi ventana, pidiéndome ayuda con solo tu dulce mirada. Desde ese momento te tuve un cariño inmenso. Te cure las rodillas, rogando que tu madre no se diera cuenta de tu ausencia. Me hubiera demandado si te veía conmigo...
Recuerdo cuando me visitabas cuando ni tu madre ni mi marido estaban en casa. Cuando viste a mi pequeña Shailene jugar con mi Ethan en el jardín, te brillaron esos hermosos ojitos tuyos, sonreíste y me preguntaste su nombre. Eras tan tímido que jamás quisite acercartele. Te hiciste amigo de Ethan en secreto, le preguntabas por Shailene, la mirabas desde tu habitación jugar en el jardín con sus muñecas o con Ethan, recuerdo haberte mirando por toda una hora, mirar a mi pequeña con una sonrisa en tu rostro. A veces veía como murmurabas el nombre de mi hija mientras comías las galletas que tanto te encantaban, las galletas que a nadie en mi casa le gustaban mas que a mí.

Cuando fuiste creciendo, te mudaste, pero seguías en contacto conmigo, con Ethan...Te preocupaste cuando Ethan te contó sobre nuestra situación con Joseph, quisiste sacar a mis hijos, pero no te lo permití, era meterlos a todos en una poblema enorme, y yo no quería que tú, mi niño, salieras lastimado, no podía hacerte eso...

Perdimos el contacto por unos años, y cuando te vi en esa conferencia de negocios con Joseph, cuando me miraste y tus ojos se iluminaron, pero no pudiste decirme lo que querías ni yo lo que tanto había querido decirte, abrazarte. Seguías tan guapo como siempre, encantador con tu hermosa sonrisa.
Aceptaste casarte con mi niña, a pesar de que tú ya tenías tu vida, tu novia casi esposa. Me sentí culpable, pero sabía que contigo estaría bien. Quizá las cosas no fueron como nadie quiso que fueran, pero siempre tuviste esa chispita en tus ojos cuando la veías, jamás la olvidaste, mi niño.

Gracias por todo, mi niño, y recuerda que la vida jamás ha sido fácil.
Cuida de mis criaturas y yo los cuidaré a ustedes desde dónde sea a donde yo me vaya.

Te odio... Con amor IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora