Confeso
«Y con esta Constitución abierta, juramos comprometernos a su palabra y analogía porque pertenecemos a los Estados Segregados y estamos protegidos por el Memorial del Estado de Unión y Desarrollo. Desde el año 3803, este nuevo Estado fue creado y defendido por el Gobierno del SEC, y basados en su elección aquí se presentan leyes, derechos y libertades que ajustan a nuestra comunidad en una vida mejor. [...]
185. Fundamentales en las Leyes de Protección Individual y Jurisdicción:
17. En relación con la inmigración de otros Estados debido a situación bélica entre su política interior, por ejemplo el Estado Libre, el Estado de Unión y Desarrollo mandará refuerzos militares para el rescate de jóvenes y dejará la responsabilidad de los inmigrantes menores de doce años en manos de la Justicia. Así nacen los Niños de la Justicia quienes estarán bajo el techo de ésta y trabajarán al lado del magistrado declarándolos como las manos inocentes, sirvientes de un futuro pacífico para la humanidad.»
Constitución de Leyes, Derechos y Libertades de los Estados Segregados; Institución anexionada al Memorial del Estado de Unión y Desarrollo.
El último retoque. La última pincelada que iba a embellecer los rastros que quedaban de mi alma, aunque en realidad no. Se basaba en lo único, en lo último.
Me reflejaba en el espejo del baño con los azulejos grises y blancos, modesto. La leve iluminación de la madrugada se colaba a través de las rendijas de la ventana, creando un ambiente un tanto narcótico y oscuro. Pero era cómodo, ni podía ver mi imagen del todo y preocuparme por su horrible estado ni tenía la capacidad así de dejar relucir todos mis sentimientos. Una iluminación que sugería templanza y seguridad, que evitaba los decoros buscando la sobriedad.
Me temblaban las manos conforme delineaba el ojo con el lápiz negro. Me salía continuamente y aquello me desesperaba. No buscaba un maquillaje perfecto sólo conseguir perfilar mis rasgos, resaltar el color miel de mis ojos y esconder las lagunas que bañaban de púrpura las cuencas de mis párpados.
Todo en mí era negro. El vestido abultado con encaje que dejaba a la intemperie la marca de mis clavículas y los hombros. Un velo transparente que cubría mi rostro hasta la nariz y que se ataba a mi nuca. Unas manoletinas de tela que posibilitaban ver las venas, perceptibles, en mis pies.
La oscuridad pigmentaba mis sentimientos, no daba a conocer al resto de mis recuerdos. Hoy, con nada de sentimientos en mi exterior ni en mi interior.
Negro. Como él. Una especie de ritual. Un recuerdo, de él. Lo único que me quedaba, o eso creía. Un símbolo de luto por mi aflicción personal y la angustia compartida. Por la presión de la sociedad, por aquellos juicios que hablaban por sí solos.
La pantalla del teléfono móvil se encendió provocando que mi atención se desviara hacia este. Un mensaje nuevo fue el causante. Kael estaba abajo preparado para llevarme al Tribunal de Justicia. Él insistió.
Lo apagué tras leerlo y guardé el aparato inmediatamente en el cajón de un armario cerca del lavabo, deshaciéndome de él como si fuera a absorber mi alma de un momento a otro.
Suspiré profundamente pudiendo observar mi ansiedad y sufrimiento al otro lado. Me detuve a echar una última mirada en el espejo, para decir un adiós al presente que me introducía al futuro que se avecinaba. Me despedí de lo que dentro de unas horas sería otro tipo de persona y se convertiría en un pasado más que añadir a la caja de recuerdos.
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Re-Cordar, el renacimiento de Mnemosine
General Fiction«La vida es la secuencia de un ser en el tiempo, y así lo es un recuerdo». Pasó mucho tiempo hasta que pude volver a nadar en el mar, en ese momento recuperé lo que siempre había sido mío. Ahora escribo desde el océano, a la deriva de la marea fraud...