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Capítulo 7:
Cuando volteé a ver a Liam, ya se había subido a un auto, hoy no podría hablar con él. Comencé a caminar, rumbo a casa, muerta de frío cuando un auto se frena cerca de mí. Volteé a ver quién era y era el castaño de ojos chocolate.
Me quedé dura mirándolo.
Él se estiró y con un movimiento rápido, abrió la puerta del copiloto.
- ¿Te llevo? – preguntó y me escaneó de arriba abajo
- No quiero ser molesta, Liam, gracias – dije y continué mi camino
Tocó bocina tres veces para llamar mi atención, volví a girar y acercarme a él.
- ¿Te llevo? – reiteró
Sabía que al final, terminaría accediendo así que no di más vueltas y subí.
- Gracias – dije y me acerqué para besar suavemente su mejilla.
Sentí como él se tensó y se sorprendió con lo que hice, pero también note que sus labios se curvaban lentamente en una… sonrisa.
- Sonreíste - dije con una sonrisa de oreja a oreja.
- No… no es cierto – dijo él cambiando su gesto a uno serio
- Eres aun más lindo sonriendo – dije y sonreí sin separar los labios
- Noté que tienes un amigo nuevo – dijo seco e ignorando mi halago, mi rostro se tornó a uno serio y dejé de mirarlo para fijar mi vista en la carretera
- Harry es un gran chico – contesté
- Oh, sí, lo imagino – dijo sarcástico
- ¿Qué tienes contra él? Es mi amigo – dije
- ¿Solo tu amigo?
- Lo conocí hoy – informé
- ¿Y ya es tu amigo? Vaya – dijo él
- Sociabilizo con la gente, ¿está mal, Payne? – pregunté y él me miró
- Apuesto a que él no quiere ser tu amigo – habló
- Apuesto a que tu estas celoso – contesté
- ¿Celoso? ¿De él? Ni lo conozco – dijo
- Eso parece, que estas celoso – sonreí
- Cree lo que quieras, pero no lo estoy – dijo serio
No contesté pero reí victoriosa.
- ¿Puedo preguntarte algo? – hablé luego de un tiempo, ya estábamos llegando a casa
- Dime – contestó
- ¿Cómo llegaste a mi casa aquella noche? – pregunté intrigada por oír una respuesta
- Te seguí – contestó cortante
- ¿Disculpa? – pregunté - ¿Cómo que me seguiste? ¿Por qué?
- Tenía que hablar contigo - contestó
Liam estacionó en frente de mi casa.
- Gracias por traerme, no debiste – dije
- No fue molestia – contestó él
- Gracias – volví a decir y besé su mejilla – nos vemos otro día – dije y bajé del auto
Saqué las llaves de mi bolso y abrí la puerta. Me giré a ver a Liam, quien tenía la vista al frente. Volví a girar y entré a mi casa.
Dejé mi bolso en el sillón y tomé sopa instantánea que se haría en unos minutos, en Wolverhampton hace siempre mucho frío y eso me encanta, pero hay que cuidarse y esa sopa es la mejor manera de calentarse.
Terminado mi improvisado almuerzo, miré la tele un rato. Mi celular comenzó a sonar. “Llamada entrante de Harry”
- Hazza – dije sonriente
- ______, ¿Cómo estás? – preguntó
- Bien, con algo de frío, ¿y tú? – pregunté
- Bien – contestó – oye, ¿qué tal si vamos a tomar un café afuera? ¿Qué dices?
- ¿Solos? ¿tú y yo? – pregunté arqueando una ceja aunque él no pudiera verme
- Solos, tu y yo, a menos que quieras venir con alguien – contestó él
- No, no te preocupes, solos está bien, nos conoceremos mas – dije
- Genial, ¿paso por ti? – preguntó
Le dije que sí y le pasé mi dirección.
Corrí y me vestí bien abrigadahttp://www.polyvore.com/cgi/set?.locale=es&id=59555156 hacía mucho frío y aun nevaba. Esperé alrededor de 10 minutos y Harry tocó a mi puerta
- Hola,_____- dijo él
- Hola Harry – sonreí
- ¿Con frío? – dijo sonriendo
- Hace mucho frío en verdad – dije
- Si, es cierto, vamos antes de congelarnos – dije y nos dirigimos a un café de por allí, cerca del centro.
El lugar era perfecto, había calefacción así que me deshice de mi campera y me quedé con el buzo con el bigotito y mi polera. El lugar estaba hecho a base de madera como una cabaña, era pintoresco y tenía aroma a montaña. Harry pidió dos cafés y nos pusimos a hablar.
- Y dime, Louis es tu mejor amigo, ¿cierto? – preguntó - ¿solo eso? – añadió
- Si, es mi mejor amigo – sonreí – y si, solo eso – agregué
Harry asintió y me miró fijo a los ojos.
- ¿Alguna vez te dijeron que tienes ojos hermosos? – preguntó y reí por lo bajo
- No en realidad – reí – no se fijan mucho en mi
- ¿Por qué no? Eres hermosa, tanto por fuera como por dentro – dijo él
- ¿Te parece? – pregunté
- Claro que si, tus ojos son profundos e hipnotizantes, tu sonrisa es perfecta, tu naricita es muy tierna – dijo sonriendo
- ¿Mi naricita? – dije riendo
- Si – dijo y tomó mi nariz en gesto de cariño – tu naricita – dijo y luego la soltó
- Qué lindo eres, Harry – sonreí
Harry me sonrió con esa hermosa sonrisa que tiene, dientes blancos y perfectos. Son de esas sonrisas que te pueden alegrar el día en cuestión de segundos.
Tomamos nuestros cafés y reímos de todo, hablábamos seriamente y bromeábamos. Harold me propuso la idea de ir a caminar al parque un rato y así fue, caminados agarrados de la mano, mientras bromeábamos. Vi a lo lejos una figura conocida.
- ¿Liam? – susurré
- ¿Qué? – preguntó Harry
- ¿Qué? – pregunté yo
Nos miramos unos segundos sin entender lo que pasaba.