capitulo 27

168 4 0
                                    

Capítulo 27:

Quise preguntarle qué demonios estaba ocurriendo, todo esto era raro. Liam bufó.

- Promete que pase lo que pase, y no importa que pase, ni siquiera algo de vida o muerte, te moverás de allí abajo, hasta que yo te lo diga, ¿oíste? – dijo él, elevando la vos.

- Si – dije con un hilo de voz, estaba realmente asustada.

Él aceleraba y pasó algunos semáforos en rojo, el auto seguía persiguiéndonos. Tapé mis ojos con mis manos, en una maniobra violenta, mi cabeza chocó con la puerta. Gemí por el dolor.

- ¿¡Estás bien!? – preguntó él, elevando la voz ante los bocinazos

- ¡SI! ¡Solo me golpeé! - respondí del mismo modo.

Él me ignoró entonces, continuó manejando velozmente. Yo seguía cubierta por mis manos y llorando por el miedo. Luego de unos ratos se escucharon unos disparos. Me tensé completamente. Quería desobedecer las órdenes de Liam para espiar a ver qué pasaba. Pero no creo que sería lo más conveniente. Los disparos aumentaban pero se alejaban. Liam desaceleraba cada vez más, hasta que frenó. Abrí los ojos. No lo escuché hablar.

- Puedes levantarte ya – dijo Liam y entonces, lo obedecí.

Miré a mí alrededor, estaba en mi casa. Miré al frente y había un gran hueco en el vidrio delantero del auto. De ese agujero, salían grietas que daban de pensar que el impacto fue fuerte. Recordé los disparos mientras miraba el vidrio. Si Liam no me hubiese ordenado que me agachara, quizá podría estar muerta en este mismísimo instante. Lo miré con ojos muy abiertos. Él estaba tumbado contra el asiento, con los ojos cerrados y uno de sus brazos cubriendo al otro.

- ¿Liam? – pregunté asustada.

Él abrió los ojos y pude suspirar algo mas aliviada. Me miró con ojos cansados, el sudor caía por su frente y recordé la noche anterior. La mejor noche de mi vida, por una gran distancia. 

- Entremos – sentenció él y se bajó del auto. 

Bajé con él pero giré mi cabeza y divisé a un hombre de negro, algo rengo y dolorido, con un brazo cubriendo su estómago y un arma en su otra mano. 

- ¡Liam! – grité y él giró y lo vio.

Con un movimiento rápido, me paró detrás de él, sacó un arma, le quitó el seguro y le disparó a aquel hombre. No sé dónde impactó el disparo ya que cerré los ojos instantáneamente y me cubrí detrás de él para asegurarme de no ver esa escena. Estaba sorprendida por lo que hiso. ¿Él tenía un arma? ¿Por qué diablos tenía un arma? ¿Por qué le disparó a ese hombre?

- Entra a tu casa, ahora y quédate en la sala de estar, yo ahora entro – dijo interrumpiendo mis pensamientos.

No dudé y busqué las llaves en mi bolso. Abrí la puerta y la cerré detrás de mí. Corrí a la ventana y respiré hondo. Tenía que ver que haría con ese hombre. Corrí la cortina y vi que Liam se acercó al hombre de negro y lo arrastró hasta su auto. Lo subió en el maletero y luego, cerró el auto. Caminó hasta la puerta de mi casa. Corrí hasta la misma y le puse seguro. Él intentó abrir pero el seguro se lo impidió. No podía dejar que un asesino entrara en mi casa.

- ________, abre, nadie te hará daño – dijo él, golpeando la puerta.

- Aléjate – dije llorando.

- Escucha, se que estas asustada, pero no te haré daño – dijo él.

- No, no, vete – dije.

- Escúchame, me verán aquí y puede que vengan por mi – dijo – no me quedan muchas balas y estoy herido – cuando dijo eso me paré en puntitas de pie y vi como hilos de sangre caían de su saco gris – ábreme y te explicaré lo que sucedió.

Será una persona realmente extraña, pero estaba herido. Una parte de mi quería gritarle pero, él… de una forma u otra, salvó mi vida. Le quité el seguro a la puerta. Pero seguía insegura de si abrir o no. 

- Promete que no me harás nada – dije intentando reprimir lágrimas.

- Lo prometo, jamás te lastimaría – dijo él.

Cerré los ojos, suspiré y abrí esa puerta.

Él pasó y cerró la puerta con seguro detrás de él. Simplemente lo miraba con ojos llorosos. Liam tomó delicadamente mi mano y me llevó hasta arriba, hasta mi cuarto.

Me senté en la cama y él se sentó a mi lado. Yo apoyé mis codos en mis rodillas y mis manos cubrieron mi cara mientras lloraba. Él solo me miraba, no me tocaba ni nada.

- Ya todo ha pasado – dijo él, rompiendo el silencio.

- Solo quiero que me digas una cosa – sentencié, lo miré y me paré frente a él. Liam solo levantó su rostro para mirar el mío - ¿Qué sucedió?

Él suspiró y cerró los ojos. Pero no respondió. De repente se escuchó un auto que venía a toda velocidad y frenó. Él se paró rápidamente y miró un punto en la nada, como esperando una señal de un ruido.

- ¿Liam…? – susurré y él hiso un gesto para que me callara.

Luego de unos segundos se escucharon unos golpes a mi puerta. Quise gritar, unos ruidos se escaparon de mi garganta, pero reprimí el grito. Tomé el brazo de Liam. Él estaba quieto, al igual que yo. Un celular sonó, era el suyo. Liam miró automáticamente su bolcillo. Ambos lo hicimos. Él tomó su celular pero yo lo frené.

- No atiendas – dijo poniendo una mano cubriendo el celular.

- Puede ser importante – dijo él.

- Hay alguien abajo, Liam – dije asustada.

- No estés asustada – dijo.

Empecé a llorar otra vez, necesitaba su protección, así que por acto de instinto, lo abracé. Él se quedó quieto y no atendió. Yo lloraba en su pecho y él correspondió mi abrazo. Me rodeó con sus fuertes brazos y acarició mi espalda y cabello. Me sentía protegida. 

El celular de mi casa comenzó a sonar, ambos, aún abrazados lo miramos atentamente. Me alejé lentamente de él y me acerqué al aparato. Liam me frenó.

- Yo atenderé – dijo.

- Es mi casa, mi teléfono – dijo.

- Eso es lo de menos – sentenció y se adelantó a tomar el teléfono.

- ¿Quién habla? – preguntó – No, tú quién eres – lo miré atenta - ¿Harold?

- ¡Harry! – exclamé contenta y le arrebaté el teléfono - ¿Hola, Harry? 

- ¿_____? ¿Eres tú? – preguntó

- Si – respondí sonriente y miré a Liam quien me miraba seriamente y con una ceja alzada. Reprimí la sonrisa.

- ¿Quién atendió antes? – preguntó Harold.

- Mi… mi hermano – mentí.

- Uhm, está bien, oye ¿quisieras ir a cenar el viernes por la noche? – preguntó – hace mucho no pasamos un rato juntos.

- Me encantaría Harry – dije entusiasmada – y dime, ¿será algo formal o…? – pregunté pero Liam me arrebató el teléfono y cortó.

Lo miré indignada.

- ¿Qué sucede contigo? – pregunté furiosa.

Alguien volvió a tocar la puerta. El celular de Liam volvió a sonar.

- Liam… - susurré.

Esta vez, no tuve tiempo de frenarlo. Atendió.

CriptonitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora