Liam miró la pantalla y atendió rápidamente.
- ¿Cómo está Zayn? – preguntó.
Muchas personas exclamaron “shh” y él solo gruñó por lo bajo.
- ¿Cómo que no mejora? – susurró él, pero pude escucharlo – Si, yo estoy bien – dijo luego - ¿Dónde están? – preguntó al instante y lo miré raro, solo que él no me miraba – pásame las coordenadas – dijo y lo miré aun más raro.
¿Acaso esto se trataba de una película de ciencia ficción? ¿Acaso es broma que pida las “coordenadas”? ni que fuese un detective policía o algo así.
- Bien, voy en camino – dijo en fin y se paró del asiento.
- ¿Disculpa? – pregunté y él me miró, sus ojos mostraban preocupación.
- Tengo que irme, lo siento – dijo y bajó las escaleras.
Me paré impulsivamente y fui tras él. Con los pochoclos y todo.
Cuando abrí la puerta de salida de la sala lo vi a él casi corriendo.
- ¡Liam! ¡Espera! – grité y él giró
Mientras yo corría hacia él, él caminaba hacia mí.
- ¿Qué quieres? – preguntó enfadado
- ¿Cómo que quiero? ¿Cómo puedes dejarme así como si nada? – pregunté enojada.
- Lo siento, debo irme, es urgente – dijo y dio media vuelta.
Por acto de instinto, tomé su brazo izquierdo y él lanzó un grito de dolor, acto posterior, se tomó el brazo.
- ¿No entiendes? – dijo algo conmocionado por su dolor en el brazo - Debo irme, es urgente – dijo
- Aunque sea, haz un acto de caballero y llévame a casa – dije
- No puedo, ¿no entiendes? No puedo, es urgente – dijo ya harto
- Pues, deja que valla contigo entonces – dije cruzándome de brazos.
Me miró con duda unos segundos y bufó. Creo que gané.
- Bien, lo haré, pero promete que harás todo lo que diga – dijo - ¿lo prometes?
- ¿Qué hay sino? – pregunté desafiante.
- Te quedarás aquí – dijo él
- Bien, llamaré a Harry para que venga a buscarme – dije victoriosa.
- Eres una maldita manipuladora – me acusó
Me miró enfadado. Tomó mi brazo y nos dirigimos a la salida. Reí victoriosa. No hay nada mejor que ocasionarles celos a los hombres. Nada mejor.
Subimos al auto y el viaje fue en silencio. Llegamos a una especie de campamento en las afueras de la ciudad. Había casas y unos chicos fuera de una de esas casas. Antes de bajar, Liam me habló.
- Te quedarás aquí – ordenó
- No, iré contigo – dije cruzándome de brazos.
- No seas caprichosa, te quedarás aquí – dijo
- Como quieras – dije. Salió y le puso seguro al auto. Cualquier intento de salir era en vano.
Me hiso una cara burlona y luego se reunió con unos chicos, a pocos metros del auto.
Vi a Liam realmente preocupado, creo que era por ese tal Zayn.
Observaba como hablaban hasta que todos dirigieron la mirada hacia un punto a su costado. Miré al igual que ellos y eran una banda de chicos, de nuestra misma edad, aproximadamente.
Todos los chicos que acompañaban a Liam, giraron a esa dirección. Pude divisar que aquellos chicos, enfrentados a los, supongo amigos de Liam, tenían armas. Entonces comencé a gritar, tan fuerte como pude para llamar la atención de Liam y avisarle que esos hombres tenían armas. Cuando él giró a verme le hice señas con las manos para que se diera cuenta de que estaban armados. Al entender mis señas, corrió hacia mí. Se subió al auto y prendió marcha.
- ¡Hay que ayudarlos Liam! - exclamé
Comenzaron a escucharse disparos y mi corazón latía a mil.
- ¡Agáchate! - exclamó Liam con furia
No hablé más e hice lo que él me ordenó.
Estaba asustada, no sabía que podía pasar. No sabía que eran capaces esos tipos. Lágrimas empezaron a salir de mis ojos.
Frenó el auto y corriendo rodeó el auto. Yo seguía agachada con las manos en mis oídos y los ojos cerrados.
Él me tomó de un brazo un poco brutal y me llevó hasta una habitación. Yo no abría los ojos, estaba asustada, sentía punzadas en el pecho y miedo, mucho miedo. Las lágrimas no cesaban.
- ¡Escúchame! – exclamó Liam sosteniéndome por ambos hombros.
No le prestaba mucha atención, estaba ida por lo que acababa de vivir.
- ¡Maldita sea, ______, reacciona! – exclamó con furia y me sacudió un poco.
Reaccioné un poco y lo único que hice, por impulso, fue abrazarlo. Necesitaba que unos brazos me protejan. Necesitaba sentirme segura y convencida de que todo iba a estar bien. Necesitaba cesar mis lágrimas. Liam, tímidamente correspondió mi abrazo y acarició mi cabello cuidadosamente. Sentí como al principio, sus músculos se tensaban y luego, se relajaban. Cerré mis ojos y lo apreté más contra mí. Mi cabeza seguía apoyada en su pecho. Y uno sus brazos, reposaban sobre mi espalda, mientras el otro acariciaba mi cabeza.
Se separó de mí. Me miró y limpió un poco mis ojos.
- Tengo que irme – sentenció
- No puedes dejarme aquí – dije luego de sollozar – iré contigo
- Ya fue demasiado haberte llevado, te quedarás aquí y esta vez, me obedecerás – dijo él, serio.
- ¿Dónde estamos? – pregunté mirando el lugar
- Es mi apartamento – dijo él – aquí te quedarás – yo iré a ayudar a mi grupo – dijo y volteó para irse por la puerta
- ¡No! – exclamé y él giro – No te vayas… -dije casi en susurro – te necesito, tengo miedo
Sus ojos mostraban comprensión, pero al mismo tiempo; furia.
- Aquí estarás bien – dijo él – ve a dormir un rato
- No te vayas, ¿y si te pasa algo? – dije y luego sollocé una vez más, mientras miles de lágrimas corrían por mis mejillas.
- Yo estaré bien – dijo – ahora debo irme – intentó irse otra vez.
Corrí hacia él y otra vez lo frené.
- Voy contigo – dije segura
- No – sentenció el, cortante – es peligroso, te quedas – dijo
- ¿Y no lo es para ti? – pregunté y luego sollocé otra vez.
- No, no lo es – dijo y habló ya con fastidio
- No dejaré que vayas – dije llorando
- No me hagas tomar medidas, ______ - dijo serio.
- No irás – sentencié.
El suspiró y de su chaqueta sacó un pequeño pañuelo. Sabía que ese pañuelo tenía un líquido que me desmayaría. Luché contra sus brazos pero fue en vano, me ganó sin mucho esfuerzo.
“Estarás bien, ______” fue lo último que escuché y me desvanecí.