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– Mirate, eres tan precioso...

– ¿Interrumpo algo? -Cuestionó Hoseok al encontrarse a Jimin hablar con un espejo.-

– Oh, querido Hoseok

– Creo que ya es tiempo que dejes ir a TaeHyung, hay muchas chicas disponibles.

– Eso nunca, Tae es demasiado hermoso y yo demasiado guapo, ¿no crees que estamos hechos el uno para el otro?

Ahí va de nuevo.
¿Quien puede hacer que entre en razón este hombre?

– Tae será mi esposo, ya lo verás.

– ¿Entonces puedo quedarme alguna dama? -Hoseok quien aún tenía puesta la mirada en las jóvenes trató por decidirse en alguna.- ¿Que tal Jei?

– Todas tuyas.

Se abrió paso entre la multitud de gente con los aires de grandeza, lástima que sea tan enano. En dirección al bar del pueblo, TaeHyung sería sólo suyo, se casarían y estarían destinados a estar juntos hasta el fin de sus vidas.

– Señor TaeHyung de Park, iugh.
El castaño comenzaba a desesperarse con aquel tipejo, ¿que clase de trauma tenía con el? Eso no era sano.- No es más que un tipo desagradable y estupido.

Se lo repetía una y otra vez mientras caminaba hasta la fuente ya libre donde solían lavar ropa, al ser sólo Padre e Hijo, el era quien solia encargarse de eso, después de todo su padre solia trabajar demasiado.

– Idiota, idiota, idiot...

Y se le prendió el foco.

Tomó uno de los botes vacíos y puso todas las prendas dentro, algo de agua y jabón, tomó prestado a uno de los caballos del pueblo y con la tienda sostuvo el bote a el, gracias a que el lago no era tan profundo, el caballo podría caminar por la pequeña acera y que el bote diera vueltas.

Tomó asiento en una pequeña banca satisfecho de su invento mientras sacaba el libro que había tomado esa mañana para leer.

– ¿Que haces? -Apareció una pequeña niña en ese momento.-

TaeHyung miró el bote ahora lleno de espuma gracias al agua y jabón y después miró a la pequeña.

– Lavar ropa.

La pequeña estaba a punto de irse, de no ser porque el joven la llamó, tomó asiento a su costado y le mostró el libro que tenía en manos.
En ese tiempo la sociedad era tan machista que las mujeres solo debían limpiar y cocinar, no tenían acceso a ninguna educación más la de ser sumisas. A TaeHyung le parecía estupido y de vez en cuando le enseñaba a leer a las niñas del pueblo, pues las damas ya tenían el cerebro lavado.

– Trata de repetirlo.

– El... ¿pajaro azul?

– ¡Muy Bien!

TaeHyung se sentía tan bien cuando las pequeñas niñas lograban leer ya sea pequeños fragmentos de los libros, sentía que ayudaba en algo.

– ¿Tu? ¿Otra vez enseñando a las niñas a leer? ¿No fue suficiente con una? -La gruñona señora solterona del pueblo, Seohyun apareció en ese momento, y a su costado algunos aldeanos que lo miraban como si realmente fuera algo malo.-

Entre tres hombres dejaron al caballo libre a regresarlo a su establo y quitaron el bote, lanzando este lejos y su contenido en el suelo.

TaeHyung cerró el libro y corrió a recoger sus prendas de la tierra, siendo ayudado por el amable hombre de la biblioteca.

– Deja de ser tan raro.

Beauty and the Beast (vkook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora