23

800 114 23
                                    

Jimin subió las enormes escaleras, guiándose por sus instintos hasta dar a uno de los balcones, donde anteriormente estaba JungKook, todo estaba vacio y en silencio, pero sabia que seguía ahí.

Siguió subiendo hasta otro de los balcones, viendo desde ahí a JungKook a un par de metros de distancia de si. Era ahora o nunca.

–Baia baia... Que tenemos aquí.

JungKook no respondió.

–Tae, me ha enviado.

La decepción en sus ojos es demasiado notoria, sin embargo no habló en ningún momento y apenas dirigió mirada al chico de sonrisa arrogante y estatura de minion.
Estaba totalmente resignado, por un momento... un pequeño momento, creyó que tal vez Taehyung podría sentir lo mismo que el, que tal vez había algo entre ambos, pero siendo realistas, ¿quien amaría a una bestia?

En ese momento como toda buena película Taehyung entró corriendo buscando desesperadamente a JungKook y Jimin.

–¡JunKook!

–¿Tae? –Levantó la cabeza mostrando su evidente emoción, estaba aquí, había vuelto.–

Ignoró al tercer chico presente y corrió donde su amado, sin embargo no contaría con que Jimin comenzara a disparar, obligándolo a esconderse entre las gárgolas del castillo.

–¡Jimin, no!

Todo era una persecución, Jimin escabullendose para lograr dispararle a Jungkook, quien este a su vez huía de las balas, y por ultimo, Taehyubg tratando de frenar todo.

–Odio los triangulos amorosos. –Gruñía JungKook buscando la ruta mas segura para ir donde su castaño de ojos bonitos.

–¡Taehyung es mio!

–¡You got no Jams!

–¡TE MATARE!

JungKook estaba demasiado agitado, y agotado, observo desde su sitio, detrás de una de las gargolas del techo al enano que trataba de alcanzarlo, Taehyung interrumpió su propósito, pero falló y recibió un golpe en la mejilla por parte del enano arrogante. La sangre de JungKook hirvió, nadie, NADIE tenía el derecho de tocar a su Taehyung.

De un salto se situó frente al chico tomándolo del cuello y elevándolo del suelo hasta su altura, si las miradas mataran, Jimin estaría bajo tierra lo suficiente para llegar a México.
El enojo que transmitía su mirada era algo totalmente indescriptible, podría sacar fuego de los ojos ahora mismo.

–E-ey, no, por favor no... –Suplicó el minion.

–Yo no soy una bestia.

Y lanzó a Jimin lejos, por mucho que lo deseara no podría matarlo, el no era un monstruo, claro que no lo era.
El pelinegro salió corriendo del lugar en ese preciso momento, poniendo fin a la pelea, o almenos eso creían, hasta que el sonido de un arma se escuchó y la bala impacto contra JungKook haciéndolo desplomarse en el suelo.
Jimin reía a sus espaldas dispuesto a disparar una segunda vez, los peldaños que quedarón después de sus tiros anteriores lo hicieron tropezar y caer al vació.

Beauty and the Beast (vkook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora