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¿Ala Oeste?

Ahí vas de metiche TaeHyung.

Silencio cerebro.

No había nadie o ... Nada, rondando cerca en ese momento por lo que se escabulló entre los pasillos enormes, escaleras y un par de habitaciones hasta la cual supuso era la principal de la zona.

De repente todo estaba en silencio, solo escuchaba el viento golpear las ventanas, y el sonido de su propia respiración.

Empujó la enorme puerta de madera tallada recibiendo el rechinido a cambio, se escabulló dentro y observó el interior.
Parecía una habitación, muy amplia a decir verdad, habían varios muebles fuera de sitio, sillas y mesas rotas, había varios cuadros amontonados en las esquinas, solo uno estaba colgado.

 Parecía una habitación, muy amplia a decir verdad, habían varios muebles fuera de sitio, sillas y mesas rotas, había varios cuadros amontonados en las esquinas, solo uno estaba colgado

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Con la manga de su camisa apartó el polvo con delicadeza, no quería estropearlo.
El lienzo estaba rasgado pero no tanto como para observar la figura pintada a mano.

Era un chico de facciones finas, joven y bastante apuesto.

Oie pero que papeh
Observó los trazos con atención, estaba muy bien pintado que casi parecía una foto de no ser porque de cerca se notaban los trazos del pincel.
Cada rasgo estaba incluido, no sabía detalle que no se perdiera, una pena que este rasgado.

Observó los ojos verdes que sobresalían de todo, y estaba seguro de haberlos visto antes... Pero no recordaba donde.

Antes de empezar a babear se apartó y siguió chismoseando por toda la habitación, lo único intacto era la enorme cama del centro.
Por un momento olvidó que no debería estar ahí pero la luz de la luna lo distrajo, apuntaba directamente hasta el balcón.
Se acercó esquivando los escombros de madera y se acercó hasta lo que parecía ser un tarro de cristal. Dentro había una rosa roja, de todas las rosas que su padre solia conseguir para el nunca había visto una tan grande, los pétalos brillaban por el reflejo de la luz contra el cristal.

Rozó el cristal con la yema de sus dedos cuando un estruendo se escuchó a su espalda. Se apartó de un salto y giro su rostro hasta donde vino aquel escandaloso ruido.

– ¿¡Que haces aquí!? -La mirada de... esa cosa se movió del joven intruso hasta la rosa que tenía bajo custodia.- ¿Que le has hecho? ¿¡Que le has hecho!?

TaeHyung tropezó hacia atrás apartándose una vez la cosa esa se acercó a la rosa, le miró de arriba abajo como si planeara una y mil formas de matarlo.

– ¡Largo de aquí!

No necesito que lo repitiera dos veces y el joven salió corriendo de la habitación, regresó por los mismos pasillos hasta dar con el salón principal, se acercó a uno de los barandales de la enorme escalera y se deslizó hacia abajo.

– ¡Espera! ¿A donde vas? -Reconoció la voz de Leeteuk.-

– ¡Me largo!

– ¡Detenganlo! -El piano situado en una esquina del salón se movió usando las patas con las que se sostenía como si fueran piernas.
Pero al TaeHyung ser más ligero logró salir.

Para su buena fortuna Phillipe estaba ahí, se montó en el y salió de aquel lugar.
Nunca en su vida planeaba regresar ahí...

Creyó que estaría a salvo, pero los gruñidos dentro del bosque cubierto de nieve lo sacaron de sus pensamientos, giró el rostro y vio tres enormes lobos blancos a sus espaldas.

Beauty and the Beast (vkook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora