02

2K 230 101
                                    

– Tal vez si reuniera las esferas del dragón, podría dejar de tener una vida tan aburrida. -Se hablaba a si mismo TaeHyung mientras regresaba a su hogar a pasos lentos, no tenía mucha prisa de todas maneras.

– ¡Ahi va, ahí va! –Comenzaron a corear las damas, o como las llamaba TaeHyung, necesitadas.-
Y no se hizo de esperar la razón de su desafinado canto, pues los golpes de las pisadas de caballo contra el suelo le dieron a entender todo.

Ahí estaba el, tan reluciente, apuesto, enano y egocéntrico; Park Jimin.

El chico más friendzoneado del mundo, había declarado su amor a TaeHyung innumerables veces y a pesar de ser rechazado seguía insistiendo.
Amigo, quierete un poquito.

El castaño trato de apresurar el pasó, pero el enorme caballo se situó frente a si cortándole el paso, ahora que lo notaba... Jimin parecía Lord Farcuad en su caballo y no pudo evitar reír por su propio pensamiento.

El susodicho bajo y se arrodilló frente a Tae haciendo que este pensara en que su primer deseo a Shen Long sería que Jimin dejara de ser tan necesitado y se buscará alguna dama.

– Buen día, hermoso.

– Buenas noches...

Y lo rodeo apresurando su paso, todos miraban esa ridícula escena y sólo le ponía los pelos de punta, quería huir de ahí pronto.

Unos brazos le detuvieron.

– ¡Esperad!, por favor, os lo ruego

– ¿Que tranza?

– ¿Te gustaría cenar conmigo está noche, cariño?

Mostró una de sus típicas sonrisas donde sus ojos desaparecían y ahora se preguntaba el castaño si podía ver así. Podría correr y el no lo vería.

– Emm, verás, hoy no puedo.

– ¿Estas ocupado?

– No

Y salió corriendo adentrándose rápidamente en su hogar dispuesto a cerrar la puerta para perderlo de vista, de no ser porque aquel enano escurridizo se adelantó e interpuso su pie.

– Por favor, TaeHyung, solo una cena.

– Estoy a dieta.

– Cariño, no te hagas el difícil.

El castaño comenzaba a desesperarse, ¿no podía simplemente aceptar un no por respuesta?

– No estoy interesado pero gracias por la oferta.

Y cerró, gracias Goku.

Ya más tranquilo se adentró a la pequeña sala de estar encontrando a su padre Daehyun trabajar en uno de sus tantos proyectos que solía vender en el mercado de otro pueblo.

– Volví, papá.

– Me alegra que estés aquí.

Solo fueron unos minutos, pensó, sin embargo no dijo nada y observó el más reciente trabajo de su padre, un reloj totalmente echo a mano, parecía una pequeña casita donde el estaba sentado pintando un cuadro, era el mismo que tenían en aquella sala de estar, de su madre y el cuando aún era un bebé, y su madre estaba ahí cargándolo. Inconscientemente sonrió conmovido mientras el Señor Daehyun seguía trabajando en los últimos toques.

–Necesito... Un tornillo -Volteo a ver a su hijo y esté ya lo tenía extendiéndolo frente a si.- Muy bien hacemos un gran equipo. Ahora... -Se giro para ver a Tae sostener una tuerca y sonrió mientras negaba.- No, no... Bueno en realidad... -Y la tomó.-

– ¿Saldras al pueblo?

– Así es, pasaré a vender y comprar algunas medicinas, está molesta tos no me deja dormir tranquilo.

– Iré a ver a Phillipe.

Su relación de padre e hijo era bastante especial para ambos, después de todo era lo único que tenían después que su madre muriera. Solo Daehyun, TaeHyung y su caballo Phillipe.
Pero no era tan malo como podría sonar, después de todo se querían y era lo más importante.

– Ten mucho cuidado, por favor.

– Estaré bien, ¿quieres que te traiga algo?

– Una Rosa.

– Siempre me pides una rosa.

– Y siempre la traes.

El hombre asintió y montó la carretilla donde llevaba el reloj y un par de pertenencias más, observó a su hijo y echo a andar al caballo.

– ¡Volveré! Con la rosa.

Beauty and the Beast (vkook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora