Beauty and the Beast (vkook)

24

Taehyung quien observo todo corrió al cuerpo inmóvil de JungKook, las lágrimas no tardaron en aparecer en su rostro, el... no, no podía.

–JungKook... JungKook despierta, por favor...

Sacudió un poco su cuerpo cada vez mas frió con la esperanza que este reaccionara, que despertara.

–J-jungKook... No puedes morir...

Taehyung lloraba en silencio, derramando varias lágrimas sobre el rostro del chico/cosa rara entre sus brazos.

–Por favor depierta... T-te necesito...

De pronto olvidó todo a su alrededor, a Jimin, la pelea del primer piso, su padre, todo. Solo existían el y JungKook

–...T-te amo.

Hubiese deseado que sus palabras fueran escuchadas.

A sus espaldas la puerta de la habitación fue abierta y una silueta apareció. Era Hani.
La mujer que siempre había sido considerado la rara por el pueblo observaba la escena con ternura.
Sacó una de sus manos del bolsillo donde las guardaba del frió y tronó sus dedos.

Y todo pasó muy rápido.

El cuerpo que yacía en los brazos de Taehyung se volvió mas ligero, mas delgado y pequeño.
El castaño volvió a abrir los ojos encontrándose un apuesto muchacho donde debería estar la bestia.
Era muy similar al chico de la pintura que vio el otro día.

¿Que raios?

El chico, de piel blanca, cabello negro, una nariz de tucán y labios rosados abrió los ojos, mostrando un hermoso tono verde en ellos, y Taehyung juraría con su vida que los había visto antes.
El chico pelinegro observó a su alrededor y trató de colocarse de pie.

Stop, algo andaba mal.

Llevó sus manos frente a su rostro y observo con detenimiento, su piel era muy clara y sus manos eran bastante grandes.

Rápidamente se arrastró por el suelo y se observó en el espejo roto en el suelo que había caído durante la pelea con Jimin, de no ser porque la sorpresa le dejó mudo juraría que hubiese gritado.

Era humano, otra vez.

–¿J-jungKook...?

El chico se giró y observó al castaño, ambos compartían la misma sorpresa.

Y el ultimo pétalo de la rosa cayó.

Ambos se miraron y sonrieron.
Corrieron hacia el otro y se unieron en un abrazo.
Podían estar juntos.