∞Capítulo 2∞

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Ten cuidado con los deseos porque podrían hacerse realidad.

-Annabel Pitcher.


Samantha.


Enésimo día de sol ininterrumpido. Ya he perdido la cuenta de tantos días despejados seguidos, puede que sean semanas. No recuerdo la última vez que vi una nube, ni si quiera me acuerdo de cómo era ¿Y el cielo nublado? Hace demasiado tiempo, mejor no hablar de ello.

Estoy harta de la monotonía del clima sureño, mediterráneo y semiárido, que al resto de la gente le gusta y disfruta. Puede que si viviera al norte de la Costa Oeste odiaría los días nubosos y amaría los soleados al ser un fenómeno casi extraño.

Ahora estoy leyendo una antología de Oscar Wilde sentada frente al alfeizar interno de mi cuarto. Lo utilizo como mesa, aunque no es tan grande como un escritorio, pero cumple la misma función. Un confortable rincón de lectura en el que me gusta leer. Cuando voy al instituto lo uso para estudiar y hacer los tediosos deberes.

Me encanta leer, tanto que se puede considerar una obsesión. Soy una auténtica adicta a la lectura, leo mucho, quizá demasiado. En estos últimos años se ha convertido en un vicio. Mi habitación lo refleja claramente, pues está tan llena de libros que parece una pequeña librería. Es una biblioteca personal, mi propio paraíso.

Paso horas leyendo, me sobra tiempo, sobre todo en verano, que acabo libros en un día, a no ser que sean muy largos, entonces tardo dos.

Los libros me hacen viajar a diferentes mundos sin falta de desplazarme. Me trasladan a lugares a los que nunca iré y a épocas en las que nunca viviré. Entre hojas de papel viajo sin dar un paso a presente, pasado o futuro. Los libros no tienen ninguna tecnología, pero son máquinas del tiempo. Podemos retroceder o avanzar a través de años y momentos con solo leer. Son billetes de viajes inmóviles.

No me conformo con una sola vida, no me conformo con una época, ni con una perspectiva cuando puedo vivir mil vidas distintas aparte de la mía. Los libros son geniales, no entiendo por qué hay gente que dice lo contrario.

Mientras leo mordisqueo una barrita de Snikers. Adoro estas chocolatinas. Mmm es que me babo por ellas, no puedo pasar ni un día sin comer por lo menos una. Tengo una reserva personal en un escondite que solo yo conozco.

Hoy será igual que ayer, el mismo día de mierda. Lo único que haré será leer, escuchar música, ver la tele y ayudar con desgana en alguna tarea de casa porque soy una vaga, mi madre siempre me lo dice, así que ya lo tengo asimilado. Soy perezosa de nacimiento, en realidad creo que es algo que ya me viene de vidas anteriores.

Nunca me pasa nada. Todos los días son iguales unos de otros, réplicas. Estoy atrapada en la monotonía. Lunes, martes, miércoles... Da igual qué día sea, nunca varía, sobre todo en verano.

El resto del año es casi igual, con el añadido de que las mañanas las paso en esa cárcel temporal a la que los más optimistas llaman instituto y tengo que dedicar las tardes a los estudios, deberes y trabajos que manden los profesores. Entonces los días pueden diferir, pero solo un poco. Cambian de aburrido a más aburrido. No mejoran, empeoran. De solo pensar que no queda ni una semana para volver a ese infierno me dan ganas de pegarme un tiro.

Hoy es tan solo otro día encerrada en mi solitaria rutina, pero tampoco hago nada por salir de ella. Mi vida transcurre sin emoción alguna, me muero de aburrimiento conmigo misma, soy la clara representación de Forever Alone.

No sabía que eso cambiaría. Preferiría que no lo hubiera hecho. Cualquier cosa era mejor que lo que pasó.

No sé si debo dar gracias o echarle la culpa al aburrimiento por la soledad de mi gran afición a la lectura. Es por esas dos cosas que leo tanto ¿Quién dijo que la soledad era mala? Leer es un buen hábito, pero la razón por la que lo obtuve no es muy buena.

Always 1 - Destinos Cruzados #PGP2017 #BLAwards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora