Capítulo 7.

902 147 3
                                    

Charlotte

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Charlotte.

Una vez que la hora del almuerzo acaba, Alison me sujeta del codo y me arrastra hasta mi casillero, dejando atrás a nuestros amigos.

Cuando estamos pasando frente a un cesto de basura, la detengo y zafo mi brazo de su agarre.

—Espera un segundo. —Tomo la bolsa vacía de sus manos, camino al cesto para arrojar la basura y luego vuelvo junto a ella, colocando su mano nuevamente sobre mi brazo—. Ya puedes seguir tirando de mí.

Miro hacia su conmocionado rostro y me río a la vez que ella sacude su cabeza y continúa caminando.

—¿Qué demonios fue eso allá afuera? —Es lo primero que dice una vez que alcanzamos mi casillero. Suelta mi brazo y se recuesta en la puerta adyacente a la mía cruzándose de brazos.

—¿Tirar la basura? —Me hago la desentendida y señalo por sobre mi hombro hacia el cesto a mis espaldas.

Se endereza y me apunta con su dedo a sólo unos centímetros de mi rostro—. No juegues conmigo, Charlotte Lemaire.

—Oh, por Dios. —Me llevo una mano al pecho—. Esto es serio, dijiste mi nombre completo, incluso el apellido.

—¡Charlotte! —grita histérica.

De acuerdo. Esto se está poniendo feo.

Suspiro y me apoyo de costado en mi taquilla.

—Lo lamento. —Miro hacia el suelo para que no vea la sonrisa en mi rostro.

—No lo haces.

—No, no lo hago. Tienes razón. —Levanto la cabeza y la deslumbro con una sonrisa, y ante ella Alison inclina su cabeza hacia atrás y suelta un largo suspiro—. Sabes que se está acabando el tiempo y todavía no me dijiste a lo que te referías, ¿cierto?

—Es toda tu culpa. —Ignora mis arqueadas cejas y continúa—. Pero de todos modos, ¿a qué se debía esa charla con doble sentido con Noah?

Ah, con que se refería a eso.

—Hm... —Simulo estar buscando las palabras correctas aunque solamente lo hago para irritarla. Pero cuando abro la boca para contestarle con la mayor honestidad posible, Marcus aparece y me toma del brazo.

—Te la robo unos segundos Alison, tengo que hablar con ella. —Tira de su agarre sobre mí y me lleva con él.

—Yo estaba hablando con ella, Marcus. —Si fuera capaz de gruñir, estoy segura que la expresión en su rostro habría sido llamada exactamente eso.

A cada segundo que pasa, puedo ver cómo se molesta más y más hasta que su rostro se torna rojo. Definitivamente no quiero estar aquí cuando explote.

—Pero lo mío es más importante —dice Marcus antes de halar de mi brazo con más fuerza de la necesaria, casi tirándome al suelo.

—¿Y a ti qué te sucede? —Intento quitar mi brazo de su agarre, pero lo sujeta más fuerte—. ¡Ya suéltame, Marcus!

Dispuesta A EncontrarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora