Capítulo 48.

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Charlotte

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Charlotte.

La vida es buena de nuevo. Un mes ha pasado desde Acción de Gracias, y Noah y yo hemos vuelto a estar juntos. Sin embargo, al estar tan ocupados con todos nuestros trabajos finales, no pudimos tener citas para recuperar el tiempo perdido ni salir tanto como nos hubiera gustado.

Emma y Marcus finalmente hicieron oficial su noviazgo y ahora corren rumores del cómo ella pudo transformar al "Marcus homosexual" en uno al que le atraigan las chicas, pero nosotros simplemente los ignoramos.

¿Y la guinda del pastel amo-mi-maldita-vida? Mi tía llamó la semana pasada con algunas buenas noticias, mis hermanos y yo volaremos hacia Francia para Navidad, y extendió la invitación hacia mis amigos y Noah. Así que ahora, mis tres mejores amigos, mi novio y yo nos encontramos en el aeropuerto Le Bourget de Paris esperando por nuestras maletas.

—Fue muy amable de parte de tu tía el habernos comprado boletos de primera clase. —Noah se posiciona detrás de mí y rodea mi cintura con su brazo, descansando su mentón en mi hombro y fijando su vista en la cinta transportadora frente a nosotros.

—Aunque eso fue un gran error. —Ali camina junto a mí y sujeta el asa de su maleta cuando esta aparece, haciendo acopio de toda su fuerza y tirando de esta fuera—. No estoy acostumbrada a que me mimen tanto. Y ahora, definitivamente va a apestar cuando tome otro vuelo con mi familia y tenga que viajar en la clase turista.

—De haberlo sabido, le hubiera dicho que nos sacara boletos en clase turista —le digo sarcásticamente mientras mi novio me suelta y recoge nuestras valijas.

—Creo que eres la única mujer que empaca ligero. —Noah vuelve junto a mí y analiza el aeropuerto, para luego reírse y señalarme con la cabeza a donde Marcus lucha por dar más de tres pasos sin tropezar mientras carga con su equipaje y el de Emma—. Hasta Marcus empacó más que tú.

—Es Marcus. —Es todo lo que digo, tomando su mano y dirigiéndonos hacia la salida en busca del coche que mi tía nos dejó temprano en la mañana.

 —Es todo lo que digo, tomando su mano y dirigiéndonos hacia la salida en busca del coche que mi tía nos dejó temprano en la mañana

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Detengo el coche a dos casas de distancia de a la que realmente nos dirigimos y me volteo a mis acompañantes.

—Sé que todo este lugar les va a parecer intimidante la primera vez, pero espero que no se sientan de esa manera. Es sólo un montón de ladrillos, y es mi hogar. —Miro a través del parabrisas, dónde se puede ver la nevada cima de la casa y sonrío—. A pesar de todo lo que vean, sé que van a pensar que son todos creídos, pero no es así. Todos nosotros tenemos unas raíces humildes. Mi tía era una estudiante de preparatoria cuando conoció a mi tío en un museo de arte, que no era nada más que un interno en una pequeña empresa. Evidentemente con los años se enamoraron y se casaron, y después de trabajar extremadamente demasiado para llegar a la cima, mi tío fue ascendiendo de puesto dentro de la compañía y compró la mejor casa disponible en el mercado para ella.

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